Tras dos sesiones de tiro propiamente dichas creo que ya puedo hablar con cierta propiedad de este arco que apareció como regalo completamente inesperado estas navidades.

Habré tirado una 150 flechas probando todo tipo de variantes en la técnica y creo que podría estar horas hablando de este arco pero haré lo posible por sintetizar y mostrarlo en un vídeo para que se pueda visualizar mejor su forma y su comportamiento al tirar.

Antes de empezar, quisiera compartir con todos un momento especial que viví hoy al ir al campo por la tarde. El cielo estaba encapotado y hacía un frío y viento desagradables, quizá por eso no había nadie cuando llegué y quizá por eso tuve la enorme suerte de ver a dos corzos en la finca.

En esta reseña voy a obviar las generalidades sobre el arco, esa información está contenida en este otro artículo que escribí hace pocos días, y me voy a centrar en las sensaciones, cómo se comporta y cómo tengo que cambiar mi forma de tirar para sacarle el máximo partido.

Sensaciones

El arco es precioso en la mano, completamente simétrico y de una forma muy sugerente. Es un arco exótico, para qué engañarnos. Tiene muchísima personalidad y eso anima mucho a coger y tirar flechas con él. En la mano (soy diestro de ojo así que sujeto con la izquierda) el peso parece descompensado hacia la pala de abajo pero seguramente es porque lo cojo un poco por encima del ecuador en la empuñadura y dejo un ángulo bajo la palma que tiende a meter el siyah inferior hacia mí.

La empuñadura es fina y eso me genera cierta incomodidad al cogerlo. Es mucho peor cuando suelto porque, como veréis en el vídeo, el arco vibra con cierta violencia y provoca una fricción intensa en los callos de la mano. Ahora mismo, mientras escribo, tengo el del meñique y el anular con una gasa y esparadrapo. Le puse una tira de cuero fijada con más esparadrapo para mejorar el agarre pero necesito algo más trabajado para poder cogerlo con la mano más abierta y asegurar que es el brazo el que absorbe la vibración a través de la muñeca, no la palma de la mano.

Cómo se comporta

En principio uno podría pensar que se comporta como un recurvo porque, al fin y al cabo, es un arco recurvo, pero es más complicado que eso. Es un arco compuesto, hecho de trozos y láminas de madera todo reforzado con cuero e hilo de algodón. En estos arcos las libras se miden a 30 pulgadas porque tradicionalmente se abren hasta la oreja. En mi caso, sigo anclando en la comisura de la boca así que sus 36 libras se quedarán en unas 33. La apertura no es suave ni progresiva. La gente que lo intenta abrir sin mucha intención se sorprende de lo duro que está y es lógico, porque los siyahs de los extremos exigen toda la fuerza desde el primer momento, suavizando en todo caso la tensión hacia el final, cuando anclamos.

No es incómodo de abrir, es simplemente que no es progresivo como mi flatbow de Falco. Es curioso notar una vibración en el arco que se transmite sutilmente a la mano que lo sujeta. Creo que es por los extremos de la cuerda que van pivotando en la ranura a medida que abrimos. Es una sensación muy agradable porque parece que el arco te hablara mientras lo abres.

La suelta es un espectáculo. Para empezar, la cuerda en su camino hacia el arco se encuentra con unos topes en los codos de los siyahs que impiden que la cuerda oscile de forma violenta y peligrosa cerca de la mano del arco. Al golpear en esos topes, transmite un segundo "golpe" al arco, es como si tiraras dos flechas muy seguidas, no sabría cómo explicarlo (puede verse en el vídeo en el momento de cámara lenta)

Aquí es cuando se ve que el arco es bastante rápido. Sin ser un arco de gama media o alta, su diseño y fabricación consiguen sacar mucho rendimiento de esas 33 libras efectivas. De todas las flechas que he probado, las que mejor van son unas de madera de 5/16, 330 grains, puntas de 70 grains, spine en torno a 40# y longitud del vástago de 27" (lo que las hace las más cortas que puedo tirar con seguridad). Si no cometo ningún error, vuelan rectas, sin culebreos.

Cambios necesarios en mi técnica

El más notable para evitar que las flechas se vayan medio metro a la izquierda en dianas a 25 metros es cantear el arco hacia la derecha. Traté por todos los medios de evitar cantearlo pero, si no lo canteo, es imposible que la flecha vaya recta a donde estoy mirando. Cabe la posibilidad de que con un spine de flecha de madera idóneo, la paradoja del arquero me fuese favorable pero mientras no dé con esas flechas perfectas, necesito cantear el arco unos 20-25 grados.

Al cantearlo sucede algo muy conveniente y es que la flecha descansa en la uve que forman mi mano y la empuñadura. Al apoyarse parcialmente en la empuñadura, la mecánica de la flecha funciona mejor y vuela recta hasta donde estoy mirando. Cantear el arco me obliga a inclinar la cabeza, claro, pero al no estar acostumbrado, no es raro que la cuerda me golpee el brazo, algo que no me sucedía desde hace mucho tiempo. Una opción es separar más el brazo del cuerpo, perdiendo equilibrio mecánico y otra sería inclinar también el tronco, tendré que seguir probando...

Mi agarre no ha cambiado, es el mediterráneo que tanto me gusta, pero el punto de ennoque de momento no existe, lo calculo a ojo tras apoyar la flecha en la mano y subir como un centímetro la referencia en la cuerda. Cuando haya tirado otras 150 flechas me atraveré a colocarlo.

Con la empuñadura tan pequeña tengo que concentrarme en apoyar bien el interior de la palma cada vez. He detectado dos posiciones de la mano, una que se centra en el arco entre el pulgar y el índice y otra que se centra en el interior del pulgar. He tenido buenos y malos resultados con ambos apoyos pero me inclino más por apoyar en el valle que deja el final del pulgar.

No es que haya cambiado mi técnica. Hago exactamente lo mismo, si veis el vídeo arriba y comparáis con aquéllos en los que tiro con mi Falco, es fundamentalmente lo mismo. El único cambio importante es el canteo del arco, que quisiera minimizar todo lo posible pero que en cuanto reduzco menos de 20 grados, las flechas vuelven a irse a la izquierda.

Con este arco tengo también que realizar una acción muy consciente que con el Falco no es prácticamente necesaria. Tengo que poner la mano del arco, cuando estoy anclando, a trabajar "empujando" el arco hacia delante. No simplemente "sujetando" el arco, sino "empujando". Es la técnica del "push-pull" que busca mantener el arco atrapado entre una acción de empuje por delante y de tirar por detrás. Si se me olvida y simplemente "sujeto", al soltar, el arco se permite hacer siempre algún extraño pero, sobre todo, se nota cómo pierde un par de libras en ese último momento y las flechas a dianas de más de 25 metros caen antes. Esta acción supone un poco más de tensión en el brazo izquierdo pero los resultados son claramente mejores. Por contra, con el Falco, esto no es tan necesario. Mi teoría es que todo esto ayuda a que el arco vibre menos en el momento de la suelta y la cuerda pueda transmitir el máximo de potencia a la flecha, pero es simplemente una teoría, podría tener que ver con la propia técnica.

Conclusiones

Este arco me encanta, es divertídisimo de usar. Es un arco preciso pero es enormemente crítico así que sólo cuando ejecuto la técnica dentro de un margen muy estrecho la flecha vuela a donde yo digo. No lo veo necesariamente como algo malo, es simplemente otro tipo de arco más "crudo". Puedo imaginarme a mucha gente que tras tirar 10 flechas con un arco así lo descarte porque se encuentre con que vuelve a ser un principante y ¿a quién le gusta eso? pero no hay que desanimarse, hay que entender las particularidades del arco, reflexionar y tirar con la máxima concentración. Los golpes de la cuerda en el brazo o el roce en los callos no consiguen deslucir el disfrute general de tirar con arco muy distinto a los que he tirado hasta ahora (recurvos, réflex-déflex, flatbows, longbows...) pero eso no quita para que tenga que conseguir "engordar" la empuñadura y encontrar el modo de no darme en el brazo o puede que acabe cogiéndole miedo.

Angela acertó plenamente con este regalazo y las conversaciones con José Menchón, de la tienda Arquería Menchón donde lo adquirió, confirman que hay toda una corriente a favor de estos arcos pero que es muy minoritaria. José Menchón también me sacó de dudas, este arco no podría competir en la categoría de histórico porque no se ha fabricado exactamente con los materiales y las técnicas anteriores al siglo XIX. Por tanto, en cualquier tirada competiría como un arco recurvo (aunque use flechas de madera). No me preocupa en absoluto, de hecho, tengo ganas de participar en alguna tirada social con este arco y ver si consigo quedar en la mitad alta de las puntuaciones de recurvo instintivo.

Espero que os haya gustado conocer algo sobre este tipo de arcos similares a los mongoles o coreanos y que nos mantengamos siempre abiertos a probar arcos diferentes para poder considerarnos verdaderos maestros arqueros.