¿Cómo saber si estamos demasiado tensos en la posición de anclaje? Esta técnica puede ayudarte a descubrirlo
En cualquier modalidad de tiro con arco, desde un palo neolítico hasta un arco de poleas con la última moda técnica, hay una necesidad en el gesto técnico que reduce mucho el margen de error en cada flecha.
Esta necesidad viene a ser reducir al máximo el desequilibrio en la tensión que sufre nuestro cuerpo cuando estamos en el punto de anclaje y próximos a que se produzca la suelta. ¿Cuántas veces no nos pasa que solo cuando la flecha ha salido de nuestro arco es cuando descubrimos que algo no estaba bien en nuestra postura? O, de forma más sutil, ¿cuántas veces nos quedamos sorprendidos porque nuestra flecha se ha desviado lateralmente mucho respecto de una referencia?
Es muy fácil que una aparente estabilidad en el momento del anclaje e instantes antes de que se produzca la suelta esté escondiendo un desequilibrio o torque que se va a desvelar en el momento en el que la flecha inicie su vuelo. Precisamente porque dejamos de disponer, con el arco en tensión, de un instrumento de contención de ese desequilibrio al que me refiero.
Escribí mucho sobre esto en el artículo «La suelta no es el problema, es el síntoma» pero hoy quiero proponer una sencilla técnica de entrenamiento. Servirá para descubrir por nosotros mismos si ante una aparente estabilidad de nuestra postura se esconde en realidad un desequilibrio problemático esperando a que la fleche abandone la cuerda para revelarse cruelmente.
La facilidad para apuntar que tiene nuestro cerebro es en realidad nuestro talón de Aquiles
A mucha gente le sorprenderá pero lo cierto es que incluso sin llevar miles de flechas tiradas, nuestra mente tiene una enorme facilidad para mantener un arco apuntado a un sitio. No estoy diciendo que esa postura esté bien elegida para que la flecha impacte donde se desea (quizá debería ser más abajo o más arriba, eso sí que requiere de mucha práctica) pero sí que una vez "decidida" una postura del cuerpo pensada para impactar con una flecha en un sitio determinado, podemos mantenerla casi sin alteración.
Si no os lo creéis, os animo que cojáis un puntero láser, apuntéis a una referencia de entre 5 y 10m y comprobaréis que solo con "quererlo" podréis mantener el puntero en su sitio.
Lo que está sucediendo es que nuestro sentido de la vista está retroalimentando a nuestro cerebro con la información necesaria para que éste maneje los músculos del brazo o de la mano y efectué las correcciones necesarias para que mantengamos la posición adecuada y el puntero láser en su sitio. Lo hacemos sin darnos cuenta porque lo tenemos muy interiorizado, como muchas actividades mecánicas que dependen de la vista y que se procesan mediante estos atajos mentales.
A nuestro cerebro no le importa si estamos acumulando demasiada tensión cuando estamos en el punto de anclaje, lo único que quiere hacer es mantener el compromiso postural vinculado a nuestra imagen marco del arco, la flecha y la diana, el sight picture en inglés.
Esta estabilidad visual no tiene por qué estar asociada a un buen equilibrio de nuestro cuerpo, ésta es la durísima realidad. Alguien desde fuera puede ayudarnos a identificar problemas clásicos viendo una mano estrangulando la empuñadura del arco o detectando un temblor en el hombro de arco o en el brazo de cuerda. También puede ver si tenemos un rictus facial tenso que muta mucho al soltar la flecha un muñeca de cuerda muy torsionada.
Pero si estamos solos y no podemos grabarnos ¿cómo saber si tras nuestra estabilidad del sight picture esconde una tensión óseo-muscular problemática que se hará patente en el momento de la suelta?
Una técnica que ayuda "apagando" al cerebro; ojos cerrados
Es una de las pocas que puede hacerse en solitario o sin necesidad de grabarse, lo cual es muy práctico.
Para poder realizar esta sencilla técnica es clave garantizar unos máximos de seguridad. Necesitas poder tirar flechas a un parapeto de al menos 1.5m x 1.5m con total seguridad de que hay una zona de seguridad tras él. Aquí no valen medias tintas. Afortunadamente, no necesitas tirar a una gran distancia, con 5m es más que suficiente.
Hemos dicho antes que el cerebro es tremendamente eficaz corrigiendo rápidamente nuestra postura para mantener nuestra imagen de marco (arco, flecha, diana, resto de elementos como brazo, entorno, etc). Necesitamos desactivar esta función correctora y lo conseguimos cerrando los ojos. Sí pero ¿cómo exactamente?
En primer lugar colócate cómodamente ante el parapeto o diana. Insisto, con todas las medidas de seguridad que te puedas imaginar y, si puedes, con alguien cerca para alertarte de algún movimiento brusco (esa persona no tiene por qué practicar tiro con arco). Tira una media docena de flechas a una referencia en la diana para cogerle el punto a la distancia y comprobar que tienes una agrupación adecuada. Si no tienes una agrupación adecuada, tu problema de base es otro y no tiene sentido que continúes con esta técnica.
A 5m, con flechas de madera, una agrupación adecuada significa que todas las flechas están dentro de un círculo de unos 10cm de diámetro.
Una vez que estés cómodo con este proceso, continúa con el siguiente paso.
Consiste en volver a tirar una primera flecha como las anteriores pero en la segunda, tras el momento de anclaje, cierra los ojos y aguanta unos segundos en esa posición tratando de no intervenir en absoluto en la postura, simplemente manteniéndola así un tiempo prolongado para lo que estés acostumbrado antes de, finalmente, proceder a resolver el tiro completamente antes de volver a abrir los ojos.
Repite este mecanismo con las flechas impares siguiendo tu técnica normal. Con las flechas pares emplea la técnica que "apaga" el sentido de la vista tras un anclaje firme y solo reabre los ojos cuando hayan transcurrido un par de segundos tras la conclusión de todo el ciclo (el ciclo del tiro no acaba con la suelta, por si hay alguien despistado, acaba verdaderamente con el followthrough o gesto final previo a una posición de descanso antes de la siguiente flecha).
Es decir. Flechas impares, tú técnica normal buscando un buen agrupamiento. Flechas pares, preparación, pretensado, anclaje, CERRAMOS OJOS unos segundos, se produce la suelta, terminamos el tiro, ABRIMOS LOS OJOS.
Es clave evitar en las flechas pares que:
- La flecha salga disparada cuando cerremos los ojos. Mantén la disciplina. Al principio cuesta porque cerrar los ojos genera ansiedad y esa ansiedad la queremos liberar soltando la flecha. No te preocupes si te cuesta un rato dominar el impulso de soltar la flecha al cerrar los ojos, al final lo consigues. Te puede ayudar un poco repetir varias veces el llegar al punto de anclaje y desmontar la flecha para aliviar un poco ciertos procesos mentales programados (lee el artículo sobre a fiebre del amarillo referido arriba para conocerlos en detalle).
- Abramos los ojos en el momento de soltar. No queremos interferir lo más mínimo en el tiro, tiene que ser verdaderamente a ciegas. Si abrimos los ojos justo antes o durante la suelta, tanto la tensión facial como nuestro cerebro reactivado van a ensuciar el proceso. Aguanta con los ojos cerrados un tiempo incómodamente alto para ti tras haber tirado la flecha. Aprovecha para sentir a tu cuerpo durante todo el proceso. Cuando se apagan los estímulos visuales, esa ausencia de ruido ayuda a percibir otros estímulos procedentes de tu cuerpo y te van a dar muchas pistas sobre lo que realmente está sucediendo.
Naturalmente, tanto si padeces de snapshooting o tiro precipitado/instantáneo (es decir, apenas has anclado y ya estás soltando la flecha) como si sueltas con el arco en movimiento (normalmente de bajada) esta técnica te va a costar horrores pero no descarto que a lo mejor te sirva colateralmente para controlar ese proceso (si te está ocasionado problemas, que es altamente probable).
Cómo evaluar los resultados
Llega el momento de la verdad y hay que distinguir entre dos tipos de resultados, ambos igualmente importantes para la autoevaluación del problema.
La percepción del propio cuerpo durante los segundos con los ojos cerrados
Aunque lo usamos como un medio para un fin, en realidad este proceso es un fin en sí mismo. Quitarnos el estímulo visual hace brillar otros estímulos (musculares, sobre todo) que teníamos amordazados. Por ejemplo, podemos sentir si nos duele la muñeca de arco o si se acumula tensión en el hombro de cuerda o en el cuello. Uno de los descubrimientos más frecuentes practicando esta técnica es notar dolor muscular en el brazo o antebrazo de arco, así como en la palma de la mano de arco, desvelando un problema de correcta alineación ósea o de pronación del codo de arco.
La verdad tras las flechas pares
Las flechas pares, aquéllas que hemos tirado sin referencia visual, atendiendo solo a nuestra seguridad interna de que estamos respetando la postura en el momento del anclaje, nos van a decir un dato clave y luego una serie de matices.
El dato clave viene proporcionado por una diferencia de agrupación de al menos el doble de la alcanzada por las flechas impares. Si habíamos conseguido una agrupación de un diámetro de 10cm y las flechas pares crean un nuevo círculo de un diámetro mayor de 20cm, esta técnica desvela que tenemos un problema de desequilibrio claro en la tensión en el momento del anclaje.
Nuestro propio pulso o movimientos involuntarios del cuerpo con los ojos cerrados pueden hacer que la agrupación se amplíe un poco, es perfectamente normal y esperable, pero a una distancia de 5m es imposible que eso, por si solo, desvíe tanto la flecha de la referencia que conseguíamos con los ojos abiertos. Piénsalo de esta manera; colócate ahora mismo con un arco invisible y anclando, el típico gesto del arquero. Cierra los ojos y trata de mantener la postura. Me apuesto lo que quieras a que eres capaz de quedarte como una estatua así el tiempo que quieras hasta que el agotamiento empiece a hacer mella. Si tuvieras un puntero láser en la mano del brazo extendido y a alguien de testigo, el puntero láser apenas se saldría de un círculo de 3cm de diámetro a una distancia de 5m.
Esto es así porque estás disfrutando de una tensión equilibrada en cada brazo y no te supone un esfuerzo mantenerlo así durante un minuto entero, por ejemplo.
Frente al parapeto buscamos lo mismo pero con un arco en tensión. Si todo se realiza correctamente, el margen de error que incorporan los ojos cerrados no podría explicar divergencias mayores que aproximadamente el doble de tu agrupación de control.
Una vez resuelto el dato clave, vienen los matices y aquí reconozco que un mismo resultado en el parapeto puede tener problemas diferentes en origen. Yo voy a comentar los matices que he identificado para mí y que pueden ser relativamente aplicables a otras personas siempre que estemos tirando con un arco de unas libras apropiadas a nuestra capacidad y técnica.
- Si veo que las flechas pares se me van hacia la derecha del grupo de control, significa que no estoy abriendo bien de espalda y estoy usando en exceso el bíceps de cuerda. O bien, que estoy "encogido" de pecho y no estoy abriendo adecuadamente.
- Si veo que las flechas pares se me van hacia la izquierda del grupo de control, significa que tengo mal resuelto el brazo de arco. Normalmente esto es debido o a mucha tensión en la mano de arco o a no haber pronado el codo de arco hasta su posición correcta.
- Si veo que las flechas pares se me van hacia arriba del grupo de control, significa que tengo el hombro de arco demasiado elevado y el brazo de arco tiende a subir para estar más cómodo (aunque yo no lo vea ni lo desee conscientemente).
- Si veo que las flechas pares se me van hacia abajo del grupo de control, significa que estoy más cansado de lo que creía pero también que tengo el brazo de arco demasiado bajo respecto del de cuerda.
Recuerda, estos mismos resultados pueden evidenciar problemas muy diferentes en otras personas.
Obviamente, si las flechas pares están muy cerca del grupo de control, independientemente de su posición relativa, significa que en términos generales no teníamos un desequilibrio en la tensión óseo-muscular. Efectivamente, nuestra capacidad para corregir posturalmente gracias al uso del sentido de la vista no estaba teniendo que esforzarse porque no había mucho que corregir.
Hay personas a las que esta técnica nunca les va a funcionar. No me refiero al tema del snapshooting o tiro dinámico, que es un serio hándicap en general y aquí en particular, sino a aquellas personas que tengan dificultades para mantener el equilibrio con los ojos cerrados o carencias en su propiocepción. Esta técnica presupone que cerrar los ojos no empeora la situación para la persona. Puedes descubrir si es tu caso simulando el proceso con un puntero láser y alguien a tu lado.
Una vez que hayas identificado la desviación de tus flechas pares respecto del grupo de control ve cambiando una cosa cada vez ayudándote de la percepción de tu propio cuerpo durante la fase de ojos cerrados. Si pones el foco en diferentes partes del cuerpo, los desajusten acaban por "chillarte" y te dan pistas de dónde puedes intervenir en primer lugar, incluyendo el proceso de respiración en tu gesto técnico, que se vuelve mucho más protagonista en ausencia del estímulo visual.
Espero que esta sencilla técnica te ayude y puedas comentar aquí tus descubrimientos. Recuerda lo más importante, las medidas de seguridad tiene que ser extremas, no arriesgues lo más mínimo porque una sola flecha asustadiza puede provocar muchísimo más problemas que los que venías a resolver.