I Torneo Iunis Ignis de Bastión de Alanos (2015)
El puente de San Isidro de 2015 pareció una ocasión perfecta para que el club de tiro con arco de Bastión de Alanos celebrara su primer torneo Iunis Ignis de los cinco que previsiblemente celebrarán desde mayo hasta octubre.
Llegamos sobre las 10.45h y las patrullas estaban ya casi listas en su configuración. Angela no se encontraba con cuerpo para tirar así que solo me apunté yo y me tocó en la patrulla de Jacobo, Verónica, Mar y Almudena. Jacobo tuvo que ausentarse tras la primera diana porque vino visita al club así que el resto del recorrido lo pasamos entre los cuatro y Angela, que se ofreció para anotar las puntuaciones.
El recorrido estaba diseñado con dos rondas de 14 dianas para un total de 28 dianas puntuables. El campo es bastante grande y esto se nota más cuando el recorrido se presenta con 14 dianas y hay más espacio entre algunas de ellas pero es que también se disfruta andando por la dehesa a la que pertenece el club y que tenía la vegetación desbocada, tan bonita de ver como traicionera con las flechas que se escapan.
Linces, jabalíes, osos, arañas gigantes, perdices, búhos, gatos silvestres o ciervos presentados a distancias muy variables de entre 15 y 50 metros y en algunas de ellas con tiros nada limpios. Si no era un árbol en medio, eran dos, y si no, hierba tan alta que cubría parcialmente al animal.
Aquí tenéis un vídeo muy cortito de unos pocos tiros y momentos previos a los bocatas de salchichas y lomo que disfrutamos después.
Empecé relativamente bien pero pronto empecé a tener fallos de altura. Tiraba bien centrado, pero se me iban rozando por arriba o por abajo y al corregir, corregía en exceso. Las distancias eran las responsables en su mayor parte y mi longbow y sus 35 libras ya sabemos que viven al límite. Además, el efecto psicológico de tirar con flechas algo más pesadas me descentró en exceso, síntoma claro de que todavía no he alcanzado la madurez suficiente para tirar con concentración y seguridad cuando solo han ocurrido pequeñas variaciones en el equipo.
Volví a sufrir de ansiedad en la suelta. Anclar, anclo, eso no es el problema, pero muchas veces el anclaje apenas me dura medio segundo. Para evitarlo, tengo que reunir toda la concentración posible antes de armar el arco, creérmelo y entonces anclo los 2-3 segundos y ¡fum! la flecha vuela directa a su objetivo, es que no falla...
La mañana transcurrió muy tranquilamente. Tanto fue así que nos llevó tres horas y media terminar el recorrido. No hicimos pausa para descanso pero tirábamos de uno en uno (en la mayoría de dianas tampoco se podía hacer de otra forma) y eso a la larga es tiempo que se va sumando. Cuando el sol ya no podía pegar más fuerte, llegamos a las zonas comunes con los merenderos y casetas y nos refrescamos con agua y bebidas bien fresquitas mientras esperábamos al resto de patrullas.
Yo hice una puntuación de 164 (creo recordar) y acabé muy frustrado, pensando que probablemente había hecho una de las peores tiradas de los últimos meses. Bueno, me lo tomé con filosofía y anoté las mejoras que tenía que machacar. Luego vino la sorpresa, ¡había quedado primero en categoría LBO! Encantado de la vida recogí el premio de manos de Jacobo Arroyo, un precioso blasón de Bastión de Alanos que habrá que coser a alguna sobrevesta cuando llegue la ocasión.
Muchísimas gracias al club Bastión de Alanos por organizar esta serie de torneos durante los meses de calor del año, una magnífica oportunidad para disfrutar un nuevo recorrido cada vez con un sano toque de competición.