II Encuentro de la Compañía del Dragón de SIAH, en Bastión de Alanos
El invierno nos regaló un día inesperadamente soleado, de los que te dejan el cutis seco y tirante y el cuerpo de hombros bajos y pies que buscan reposar en altura.
En SIAH, la Sociedad Ibérica de Arquería Histórica, nos agrupamos por Compañías allí donde hay al menos 5 personas socias en una región (la Compañía Errante acoge al resto). Lógicamente, la zona de la Comunidad de Madrid territorios adyacentes en Segovia, Guadalajara, Cuenca, Toledo o Ávila, supera con creces ese número y nos denominamos la Compañía del Dragón.
María, nuestra presidenta, impulsó este segundo encuentro tras el éxito del primero en el campo de tiro de Milvus.
A la espera de organizar una liguilla con tiradas bimestrales, estos encuentros nacen con la intención de conocernos en persona, tirar flechas, admirar la variedad de arcos históricos y pasar un buen rato.
Nos juntamos 13 personas en Bastión de Alanos sobre las 11 de la mañana ¿por qué habríamos de madrugar en invierno? y organizamos las patrullas de forma que cumpliéramos las exigencias en materia de actividades y deportes al aire libre.
Yo estuve con Borja, que había venido unas semanas desde Inglaterra, Marko y Diego. Cuatro arcos diferentes. Borja, con un flatbow moderno prestado, Marko con su victoriano recurvo y Diego con su nómada Han de fibra. Por mi parte, estrenaba mi arco del neolítico ibérico, una réplica de Jürgen Junkmanns del arco de La Draga. Por supuesto, de tejo.
No solo el día estaba precioso, el campo estaba muy bonito. Con las lluvias de las últimas semanas, el verde estaba generoso. Por otro lado, las dianas estaban muy cuidadas. Ya fuera con o sin necesidad de reparaciones, el resultado era un conjunto de 24 propuestas de muchísima calidad. Esto es algo a destacar porque es razonable que los recorridos fijos de los clubes estén más "machacados" que las dianas que se sacan a lucir en días de tirada social u oficial. Este domingo, sin embargo, el nivel era prácticamente de tirada oficial, impresionante.
Sin el frío metiéndonos prisa, nuestra patrulla fue al ritmo cómodo de tirar por parejas salvo en propuestas que lo desaconsejaban.
A todos se nos dio bien el día pero especialmente hay que comentar el caso de Borja, que con poquísima experiencia (eso se empeñó en contarnos, jeje) sacaba muchísimo partido de su oportunidades de aprendizaje. Además, los consejos sobre mejora de la técnica que compartíamos, los absorbía de manera perfecta y el resultado de la siguiente flecha era el mejor testimonio de su progreso.
Por mi parte, estuve muy feliz con mi nuevo arco. Hay cierto respeto con arcos self-bow de tejo porque pueden tener mucho nervio y no admitir ni un solo error en la técnica para la precisión que queremos conseguir. Afortunadamente, este arco de ~42 libras funcionó perfectamente. Además, las flechas de madera de 35-40# con las que lo puse a prueba demostraron volar rectas y limpias. Creo que lo dejaré sin empuñadura de cuero, el "palo" tal cual y tan solo una referencia para el punto de enfleche.
De lo que también me aseguraré es de comprobar que tiro con flechas que tienen punta. No me di cuenta de que una la había perdido y la metí en el carcaj en primera posición. Aplicando mi mejor técnica, el vuelo era absolutamente extraño. No entendía nada. Hasta el punto de quedarme pensativo y decir "no, no, he tirado muy bien, no puedo explicar por qué la flecha ha hecho eso". Hasta que descubrí el motivo. Y volví a meter la misma flecha en el carcaj. Hay un límite para cometer este error así que tras la segunda o tercera vez que esto me ocurrió le pedí a Marko que la guardara por mí. Pocos placeres mayores en tiro con arco hay que poder explicar con precisión por qué una flecha no ha volado como debería...
Cuando concluimos el recorrido, la mayoría de asistentes de SIAH optó por quedarse y sacar sus diferentes viandas y bebedizos y disfrutar de una suerte de picnic. Las oportunidades de compartir fueron prácticamente nulas, claro.
Durante la pausa para la comida, María se acercó a su coche y trajo una bonita colección de propulsores y azagayas. Nos explicó el funcionamiento y nos comentó lo divertido (y complicado) que resultaba tirar con ellos. Sin duda, hay ganas de probar este precursor del tiro con arco que necesita mucha de la misma capacidad para acertar a un objetivo a distancia. Estoy seguro de que en SIAH celebraremos algún evento en donde habrá espacio para probar el tiro con arco con propulsor. En tiradas prehistóricas que celebran por toda Europa suele haber tanto tiro con arco como de azagaya, naturalmente.
Para mí un día ha merecido la pena si algo me ha emocionado o algo he aprendido. Ese día sucedieron las dos cosas. Aprendí de la mano de María y me emocioné con un día arquero en buenísima compañía. Quizá por eso no tuve reparo alguno en apuntarme a un segundo "medio recorrido" después de la sobremesa. Con el día que hacía había que aprovecharlo hasta que el bajón de temperatura u otras obligaciones nos echarán del campo.
Más de la mitad decidió quedarse a esa tirada cuasivespertina y volvimos a disfrutar igual o más que por la mañana. El mismo recorrido, mezclados en patrullas nuevas, se hizo completamente nuevo. Hay pocas cosas que superen a una luz rasante anaranjada de la tarde cuando vas paseando con tu arco y flechas de propuesta en propuesta con todas las oportunidades posibles para reír o exclamar de alegría ante cualquier flecha bien tirada (o suceso inexplicable, que pasan).
Al término de este medio recorrido, ya sí opté por volver a casa pero un numeroso grupo aún continuó con el resto de las dianas, no me extraña nada.
Este segundo encuentro de SIAH en Madrid fue todo un éxito y el testimonio claro de que buscaremos más fórmulas para repetirlo en los próximos meses si las condiciones de la evolución de la COVID-19 nos lo permiten.
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