Canadá: visita a Dragonflight Archery en Alberta
Artículo originalmente aparecido en el blog de Angela.
En la mayoría de nuestros viajes, siempre que podemos, buscamos la oportunidad de encontrarnos con camaradas arqueros. A veces esto se transforma en simplemente asistir a un evento, como sucedió en Corea del Sur, o directamente tomar parte en una competición, como ocurrió en Normandía. Escocia, Francia, Italia, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos y Corea del Sur son los estados o países en donde hemos tenido éxito.
Ahora Canadá se suma a esta lista gracias a la gran hospitalidad de Adrian y Carolyn, fundadores de Dragonflight Archery cerca de Water Valley en la provincia de Alberta.
Ambos se mudaron, junto con su hija e hijo, hace casi 15 años desde Inglaterra para pasar el resto de su vida lejos de grandes urbes y la gente que en ellas habita y empezar en nueva etapa. Parte de esa etapa incluyó la creación de un club y campo de tiro con arco dentro de sus 300 acres de terreno boscoso. Para ponerlo en perspectiva, eso equivale a unas 120 hectáreas, más de 6 veces la extensión del campo de Arqueros de Madrid.
Contacté con Carolyn meses antes de nuestro viaje y pudimos acordar el día 6 de septiembre como la mejor opción ya que era el día en el que volvíamos de nuestra visita de los parques nacionales de Banff y Jasper hacia Calgary para devolver la autocaravana.
Llegamos un poco antes de la hora acordada, a eso de las 11 de la mañana y aparcamos la autocaravana mientras nos cambiábamos el calzado y aguardábamos a que aparecieran Adrian y Carolyn, algo que hizo el primero sobre las 11.30h sorprendido de que sus dos perros no hubieran ladrado avisando.
Nos presentamos los cuatro, Álex, Yami, Angela y yo y nos invitó a pasar a la gran nave que contenía sala de tiro, oficina, taller, tienda, campo 3D indoor y hasta estancia para campamentos juveniles en verano. Todo repleto de carteles de madera con mensajes con más o menos sorna y muy cuidado.
Al poco rato apareció Carolyn y ya los seis terminamos de hacer todo el tour por el edificio que llevó un buen rato, no solo porque fuera grande y amplio, sino también porque en cada estancia Adrian y Carolyn encontraban motivos para explicarnos parte de la historia del lugar, anécdotas o la propia actividad del club hoy en día.
Ahí aprendimos que este club tiene un enfoque más de campo privado en donde ambos llevan prácticamente todo el peso de la actividad, desde los cursos de iniciación hasta el mantenimiento del campo, la compra de dianas, etc. Con esto en perspectiva, podemos decir que el esfuerzo (y dinero) invertido allí era descomunal. No hemos visto nada similar en nuestros viajes, quizá lo que más se acerque en enfoque (negocio familiar con instalaciones variadas) sea Terra d'Arquers Vall-Llobera.
También merece la pena destacar el enorme palmarés de Adrian di Paola, sobre todo en la modalidad de arco mecánico en World Archery (eliminada hace unos años) o Bowhunter Compound en IFAA cuando competía por todo el mundo, acumulando tres títulos mundiales, 5 europeos y numerosos nacionales, antes de mudarse a Canadá.
Disponían de un recorrido 3D de 20 dianas y otro creo que de 14 de tipo field que prometía mucho pero que preferimos dejar para después de comer, algo que luego descartamos como veréis más adelante.
En este campo eran muy bienvenidos arqueros tradicionales, ya fuera con longbow o recurvo, y más teniendo en cuenta el origen inglés del club, pero en general los arcos que más abundan en Canadá y también aquí son los arcos compuestos. Y ésos son los que nos ofrecieron para poder disfrutar el día, unos Mathew Genesis de iniciación que estaban pensados para agarre con dedos y sin backstop, lo más parecido a un recurvo de iniciación pero en formato compuesto.
Podéis ver un vídeo promocional de estos arcos
Naturalmente, los aceptamos encantados, ya que nuestro único objetivo era poder tirar unas flechas en buena compañía y en un entorno privilegiado, independientemente del tipo de arco o nuestra adptación a él.
Nos quedamos con Carolyn calentando en la sala de tiro mientras Adrian se marchaba unas horas a ayudar a su hijo con su nueva casa y la mudanza.
Tras unos veinte minutos pusimos rumbo al campo 3D de 20 dianas al que se accedía atravesando un camino ancho a cuyos lados había varios edificios (incluyendo su casa) y cabañas así como diversos animales de granja entre los que destacaban las cabras.
Como las piquetas de tiro estaban pensadas para arcos compuestos de mucha mayor potencia y no estábamos familiarizados con estos arcos, optamos por lo más razonable, adelantarnos bastante en cada propuesta de tiro. Aún así, las primeras flechas no fueron a donde queríamos y terminaron escondidas en la maleza de los alrededores de la diana. Con la hierba y los arbustos tan exhuberantes, el proceso de encontrar las flechas perdidas se llevaba su tiempo y rápidamente le cogimos mucho respeto al recorrido, tanto que Yamila y Álex optaron por racionar mucho las flechas y tirar solo cuando tuvieran claro que si fallaban, la flecha sería fácil de encontrar.
Angela, por su parte, tardó poco en entender su arco y tras unas primeras dianas con resultado irregular, lo cierto es que fue acertando en prácticamente todas. Por mi parte, tardé un poco más en hacerme con el arco pero luego pude asumir mayores riesgos en la segunda mitad del recorrido viendo que los fallos eran mínimos.
Carolyn iba adaptándose como podía a nuestras distancias "cortas" pero lo cierto es que tuvo muchas flechas memorables y fue una magnífica anfitriona. Gracias a ella aprendimos muchas cosas acerca de la historia de su cambio de Inglaterra a Canadá, lo particular de su club de tiro incluyendo su enfoque en enseñar bien la técnica en un país en donde se caza mucho con arco en el mes "exclusivo" antes de las armas de fuego y luego no vuelve a tener casi protagonismo el resto del año.
El entorno natural era maravilloso y el propio bosque de la finca de Adrian y Carolyn estaba en el estado semi-salvaje que tanto nos atrae a los arqueros 3D. Caminos estrechos, algunos apenas intuidos en el terreno, junto con las marcas de colores nos iban llevando de diana en diana sin absolutamente ninguna prisa
Tardamos más de 3h en completar el circuito, algo que nos preocupaba por la hora de la comida para Adrian y Carolyn pero que afortunadamente no supuso ningún problema ya que tenían horarios muy flexibles.
Nos lo pasamos realmente bien, disfrutando de la variedad de las dianas y las diferentes distancias y ángulos de tiro y encantados de tener a Carolyn de compañía que nos dio su particular punto de vista sobre las diferencias entre Inglaterra (y Europa) y Canadá sobre todo en lo relativo a la gente. Tras casi 15 años de estancia tenían cosas buenas y malas que decir pero en todo caso tenían claro que no iban a volver a Inglaterra.
Cuando volvimos nos invitó a su casa, una maravillosa casona en donde la madera y los troncos de madera eran protagonistas dentro y fuera de ella. En la terraza posterior, Carolyn se puso manos a la obra con una buena ración de hamburguesas en una barbacoa que ha dado de comer a muchos arqueros en muchos eventos en el pasado (véase la foto del comienzo). Fue en ese momento cuando Adrian volvió a aparecer y se unió a la comida y ya los seis pudimos continuar la sobremesa de manera muy agradable y relajada en la terraza intercambiando historias e impresiones de todo tipo, desde lo puramente arquero hasta política local y europeaoptaro, pasando por las necesidades y exigencias de su vida en una región de clima tan duro.
Evidentemente, ninguno de los cuatro queríamos irnos de allí y sacrificamos sin problemas la visita al campo de estilo field prevista para después de comer a cambio de estar reclinados en las cómodas sillas y bancos al aire libre rodeados de árboles y con el cielo respetándonos bastante bien.
Fue una segunda parte a la altura de la primera, sin arcos ni flechas, pero realmente a gusto y pudiendo, por primera vez en nuestro viaje, tener cierta interacción cercana con gente, aunque en este caso no fueran canadienses de origen. Estaba yo pensando que sería buen momento para entregarles un pequeño detalle de nuestra parte, un parche con el escudo de Ithilien y dos pines, como muestra de agradecimiento, cuando Carolyn se metió en la casa y volvió con un parche de DragonFlight Archery para cada uno, realmente bonitos y originales. Pareció la oportunidad perfecta para corresponder y entregarles nuestro parche y nuestros pines que, junto con la explicación del origen de Ithilien, arrancó la expresión "You're just as bad as us!" de Adrian.
Desafortunadamente, al acercarnos a las seis de la tarde, la necesidad de poner rumbo al camping de caravanas con el que habíamos acordado una hora de llegada entre las 6 y las 7 de la tarde se hizo evidente y tuvimos que despedirnos. Sin embargo, aún tuvimos ocasión de ser testigos de algo fantástico, la llegada a las 6 de unos cuantos niños y niñas con sus arcos compuestos para practicar, una nueva generación de arqueros apoyada por Dragonflight Archery que seguro que compartirá toda la pasión y oficio por el tiro con arco de Adrian y Carolyn.
Nos despedimos con un maravilloso sabor de boca gracias a una pareja de arqueros transplantada de Inglaterra a Canadá que nos recibió como si fuéramos familia o amigos de hace muchos años. Desde luego, no parece que vayamos a vernos pronto a juzgar por la distancia que nos separa pero dudo mucho de que nos olvidemos de esta visita.