Primer encuentro de la Compañía del Dragón, de SIAH, en el campo de Milvus
Si sigues con un mínimo de frecuencia este blog, sabrás que hace un par de meses anuncié el nacimiento de la Sociedad Ibérica de Arquería Histórica o SIAH para abreviar.
En poco más de un mes y medio nos ha dado tiempo a pasar de 5 personas a 45, tener dos Compañías (y una tercera a punto de formarse) y un Gremio.
Una de estas Compañías, la Compañía del Dragón, abarca la región de la Comunidad de Madrid y territorios adyacentes y toma el nombre de la Sierra de Guadarrama y sus siete picos que, en tiempos, se denominaba la Sierra del Dragón.
Teníamos muchas ganas de un primer encuentro y María, nuestra presidenta, propuso organizar una tirada informal en alguno de los campos 3D de la Comunidad de Madrid. Finalmente la votación se decantó por el domingo 6 en el campo de Milvus, en Collado Mediano.
Asistimos diez personas socias de SIAH, nueve de la Compañía del Dragón y una de la Compañía Errante. Si no recuerdo mal éramos Diego, Jose Ramón, José Manuel, Marko, Fer, Rafa, María, Jorge, Haritz (Errante) y yo. Andrea también se sumó.
Fue un verdadero placer "desvirtualizar"a algunas personas. En mi caso particular eso sucedió con José Manuel, José Ramón y Diego pues a María y a Jorge los había conocido unas pocas semanas atrás.
El plan no podía ser más sencillo. Llegar a las 11h, entrar en el recorrido a las 11.30h, comer paella por encargo a las 14h y volvernos a casa. ¡Pero eso no fue lo que sucedió!
Algunos no llegamos a las 11, sino algo más tarde, nada muy grave. El caso es que Fer, Marko y Andrea habían ido antes y seguían en la recta final del recorrido así que cuando nos hicimos la foto de grupo rondarían las 12h. Menos mal que hacía un día mucho mejor de lo que todos esperábamos. Nos temíamos ventisca, manos ateridas de frío, mascarillas desbordantes de condensación, tiritera, lluvia o nieve, etc... Pues no, hizo un día bastante correcto. La brisa era fría pero en el recorrido estábamos a cierto resguardo y aunque el sol apenas se asomó entre las bajas nubes sobre Collado Mediano, lo cierto es que fue bastante soportable.
Nos repartimos en 3 patrullas para mantener el número máximo de 4 integrantes y al recorrido que nos fuimos. Milvus tiene un recorrido 3D fijo que es el que puedes disfrutar por 10€ si no eres abonado del club. Este recorrido emplea distancias RFETA así que simplemente tiramos desde la piqueta azul.
En mi patrulla estábamos Rafa, Fer, Diego y yo. Teníamos un empate de arcos nómadas y rectos. Fer y Diego no solo tiraban con arcos nómadas sino que además empleaban la técnica del pulgar Diego, nuevo en esto del arco en 2020, había asistido hacía semanas a un curso de técnica de pulgar del propio Fer y había seguido investigando y experimentando por su cuenta.
Rafa y yo manejábamos el más cómodo arco recto con agarre de tres dedos. En mi caso, fui con mi arco de tejo réplica del estilo Nydam de los siglos IV/V, a veces denominado "protovikingo". Es un arco precioso pero tiene un nervio que me obliga a estar en forma o a tener un día "fino". Lo de estar en forma en 2020 es una utopía ¿y lo de estar fino? No iba a caer esa breva pero hubo destellos de esa comunión con el arco y el tiro que me dejaron muy buen sabor de boca.
La compañía, fantástica. Además, ahora todo "sabe mejor". Disfrutar de este privilegio que es tirar con arco en la naturaleza disfrutando de unas preciosas vistas nunca lo subestimé ni lo di por hecho pero ahora la sensación pervive de forma más intensa y continuada.
Una cosa que me gusta del recorrido de Milvus es que engaña bastante en cuanto a extensión. Crees que vas a resolver las 24 dianas en una hora larga y te lleva tus buenas dos horas. Es en parte porque no hay mucho árbol y todo te parece más cercano pero al final hay mucho zigzag engañoso.
Tuvimos innumerables oportunidades para fotos y vídeos evocadores. Especialmente estéticos (en mi opinión) eran los tiros de Fer y Diego. Pero al que no se lo podía toser era, sin duda, a Rafa, que con bastante desparpajo iba solventando cada lance de forma invidiable.
De vez en cuando gritaba bien alto "¡Siempre una flecha más!" que para los que estuvieran en el recorrido al margen de SIAH era difícil de interpretar. Pero es que es el lema de la Compañía del Dragón. Aprovecho para compartir el escudo de la Compañía.
A las dos en punto finalizamos el recorrido y esperábamos con ganas la paella encargada gracias a la intermediación de Salva, de Milvus. Desafortunadamente, nuestra hambre tuvo que esperar aún 40 minutos más. No tuvimos ninguna explicación pero 40 minutos parados sí que nos recordó que buen tiempo, lo que se dice buen tiempo, no estábamos disfrutando.
Parapetados tras la caseta de piedra del punto de encuentro comimos de todo menos en silencio. En particular, disfrutamos mucho de las diversas explicaciones de José Ramón sobre recetas tardorromanas/visigodas y formas de preparar tintes naturales como un amarillo precioso a base de cáscaras de cebolla bien oscuras.
En ese punto, algunas personas ya se habían tenido que marchar. De las que nos quedamos, María, Fer, Diego y yo decidimos volver a meternos en el recorrido mientras Jorge se quedaba calentito en el coche esperando.
Fue una bola extra fantástica. El día seguía respetándonos y nos tomamos la libertad de repetir suerte de nuevo en el recorrido. Y no penséis que fuimos apresurados, en absoluto. Nos tomamos estas flechas vespertinas con el mismo respeto que las de la mañana. Aprovechamos para comentar cuestiones propias de SIAH. Es curioso porque aunque llevemos poco tiempo con la asociación, la percepción es de cierta madurez. Creo que eso se debe a que los integrantes, por norma general, sabemos lo que queremos y hemos visto algo de mundo así que traemos esa experiencia a SIAH desde el primer minuto.
Tuve la impresión de que Diego agradecía ese segundo recorrido porque las flechas volaban mejor, más rectas, más atinadas. Me aseguré, igual que por la mañana, en sacar suficientes documentos gráficos para glosar tres recorridos.
Concluimos este segundo recorrido sobre las 5.30h de la tarde, momento en el que ya se intuía que la luz avisaba que se empezaba a cansar de alumbrarnos en el campo. Desontamos los arcos, nos metimos en nuestros coches y emprendimos el viaje de vuelta a casa con la piel de la cara tirante por el fresco del día pero bien saciados de flechas y con ganas de volver a reunirnos en no mucho tiempo gracias a más clubes anfitriones.
Gracias a Salva y a Milvus por acogernos, estuvimos muy cómodos. Para muchos fue su primer contacto con el club y creo que se llevaron una buena primera impresión. Continuaremos con estos encuentros seguramente ya el año próximo y, entretanto, tenemos el Códex de SIAH para seguir apasionantes debates sobre arquería histórica y los grupos de whatsapp para la cháchara super informal.
Os dejo con un vídeo resumen del día.