Para los que no lo supierais, Angela y yo nos apuntamos hace un año al campeonato del mundo de IFAA Bowhunter (la forma que tiene IFAA de hablar de 3D o Bosque) y estamos esta semana en la región italiana de Chianti participando en el torneo. Ésta es la primera parte del resumen del campeonato. La segunda podéis leerla en su propio artículo.

Momentos previos

Cuando nos inscribimos hace un año al WBHC (World BowHunter Championship) estábamos aprovechando un número de plazas que se habían liberado tras el lleno inicial semanas antes debido a inscripciones sin su correspondiente pago. Recuerdo que estábamos en Mont Saint-Michel en Normandía, en nuestras vacaciones del año pasado (por cierto, que tuvimos tiempo de tirar en un campeonato local como ya relatamos) sin apenas cobertura y esperando a la hora exacta a la que se ponían de nuevo un pequeño conjunto de plazas "a la venta". Angela estaba en plan "bueno, mira, lo que tú quieras" y lo que yo quería era aprovechar que iba a ser en la Toscana y que iba a ser un campeonato para vivirlo. Mitad torneo, mitad turismo (ya conocemos la Toscana y nos encanta).

Un año más tarde estábamos facturando el equipaje en el aeropuerto de Barajas con nuestro tubo rígido para cañas de pescar conteniendo mi Falco Force, el Bodnik Slick Stick de Angela y mis flechas en tres paquetes mientras que la maleta estándar guardaba las flechas de Angela, el resto del equipo y la ropa.

Aterrizamos en el aeropuerto de Florencia a las cinco de la tarde este viernes pasado. Los arcos llegaron en perfecto estado y nos fuimos a por el coche de alquiler para descubrir que la compañía intermediaria, rentalcars.com, con la que habíamos hecho la reserva nos había cobrado un seguro a todo riesgo que la empresa de alquiler de coches no reconocía. A otras 4 personas delante de nosotros les pasaba lo mismo y tuvimos que llamar todos para pedir una devolución de esa cantidad y contratar el seguro a todo riesgo con la compañía de alquiler. Aviso a navegantes, rentalcars.com es una estafa y como mucho hay que hacer la reserva mínima, dejando todos los extras para cuando llegas a por el coche.

Nuestro alojamiento no estaba en Florencia sino en Barberino Val d'Elsa, a 30 kilómetro de la ciudad, en plena Toscana, así que tras un largo callejear conseguimos movernos desde el aeropuerto hasta Florencia y desde Florencia hasta la coqueta casa-molino restaurado donde nos alojábamos.

El sábado decidimos ir de nuevo a Florencia, concretamente al hipódromo del Visarno, donde la organización del mundial que corría a cargo de la Federación Italiana de tiro con arco (sí, en Italia WA e IFAA están en la misma federación) te hacía el control del equipamiento y terminabas de registrarte.


Aquí estoy yo esperando mi turno para el bowcheck

El control del equipo fue muy rápido, casi me atrevería a decir que demasiado. Quizá fuera así con categorías menos problemáticas como mi Longbow o Traditional Bow de Angela y fueran mucho más puntillosos con arcos de poleas. El caso que es miraron mi arco por encima, vieron las flechas, mostré mi monocular y me pusieron una pegatina tanto en el arco como en el monocular dando su visto bueno. Con Angela hicieron lo propio. En mi caso no me pidieron la score card de IFAA y a Angela se la miraron cuando ella insistió en mostrarla. Creo que si estás inscrito en el mundial es porque tu propia asociación nacional ya respondió por ti y no van a comprobarlo en los 1680 participantes. O eso, o estaban haciendo un control muy laxo...

Había bastante ambiente con mucha gente recién llegada pero no había apenas cola y tras unos minutos curioseando en las tiendas de tiro con arco que estaban en el trayecto de entrada/salida al control de equipo, nos fuimos de vuelta al coche y a casa. El plan de esa tarde era explorar la zona de Chianti, alguna iglesia medieval, algún pueblecito y sobre todo disfrutar de las vistas de la Toscana, que son a veces la quintaesencia de una postal.

El domingo fuimos a hacer turismo a Florencia, ciudad que ya conocemos pero que nos sigue maravillando. En nuestra lista personal de ciudades bellas, Florencia está la primera y algo viajados a estas alturas estamos... Pateamos el centro de la ciudad, con la catedral y el palacio viejo entre otros y comimos al sur del río. Por la tarde yo volví al hipódromo para asistir al "briefing". Yo pensaba que el briefing era un evento multitudinario en donde te informaban de asuntos clave y temas de última hora relacionados tanto con la organización del evento en sí como del reglamento. Pues no, el briefing de este WBHC era una bienvenida y un emplazamiento a que nuestros delegados nacionales nos comentaran los pormenores de lo que esa mañana a las 11 se había comentado en una reunión específica de delegados nacionales. Ahí descubrimos que no había habido ningún delegado nacional por la mañana porque había habido un accidente personal de un familiar de un miembro de la expedición española, incluyendo hospital y escayola, que había roto todos los planes.


Momentos antes del briefing

Así que me ofrecí a poner la oreja en cualquier delegación que hablara inglés o francés pero muchos se habían ido así que lo más parecido fue la italiana que básicamente estaba recitando el libreto de reglas que te dan en el registro así que no pareció que nos hubiéramos perdido mucho salvo escucharlo "en nuestro idioma".

La siguiente parada era el desfile por las calles de Florencia así que me fui con Noelia, Luis (con el pie aún recuperándose) e Imma en autobús hasta el centro y allí en la Piazza de Il Duomo nos congregamos muchos participantes para recorrer a pie con nuestras banderas y carteles de "Spain", "France", "South Africa", "Argentina", etc el tramo entre la catedral y el Palazzo Vecchio. Fue muy divertido disfrutar del privilegio de recorrer esos 500 metros siendo los protagonistas mientras los turistas se quedaban en las acercas haciendo fotos, vídeos y preguntando qué estaba pasando. Como en Florencia no es que hubiera pocos turistas españoles, nuestra delegación recibía muchos aplausos y vítores espontáneos y hasta un grupo de unas 15 niñas de 15-16 años en excursión escolar se sumó con guitarra y el "porrompompero" a nuestro grupo. Fue un momento de vergüenza ajena por el topicazo pero de risas por ver que el desfile era contagioso.


El espectáculo de las banderas

El desfile concluyó en la Piazza de la Signoria con un espectáculo-coreografía de abanderados con sus banderas con escudos nobiliarios que a golpe de tambor movián las enormes banderas y las lanzaban al aire para volver a recogerlas o intercambiarlas con otros abanderados. Podías imaginarte perfectamente un espectáculo similar tres siglos atrás en la misma plaza con buena parte de las construcciones más importantes exactamente iguales. Esto también atrajo la atención de muchísimos turistas que seguían preguntando a cuénto de qué venía todo eso y por qué había tantas banderas de países. Este desfile fue, probablemente, el evento en solitario que más promoción por el tiro con arco ha hecho en el que Angela y yo hemos participado.


Una buena parte de la delegación española. Angela está en segunda fila, en el medio. Yo ando en la tercera y a la izquierda.

Terminó el espectáculo y pasamos a los discursos de bienvenida con todas las personalidades disfrutando de su turno de palabra. Empezando por el alcalde de Florencia, luego IFAA y finalmente la Federación Italiana. Hubo tiempo para que todos en la delegación española nos hiciéramos múltiples fotos entre nosotros o con turistas españoles pero llegó el momento en el que aquello se dio por terminado y el objetivo pasó a ser dar un paseo antes de cenar por Florencia.


Aquí como abanderados, Angela con una bandera "tradicional"

Lunes

El Campeonato del Mundo funciona con un sistema de grupos que no es más que una agrupación de varias categorías y modalidades. Angela, que tira en modalidad Traditional Bow está en su categoría de AFTRB (Adult Female Traditional Bow) y yo estoy en AMLB (Adult Male Longbow). Angela está en el grupo I que incluye otras muchas categorías como VMLB (Veteran Male Longbow) y yo estoy en el grupo H (que solo engloba a AMLB de tantos que somos). El sistema de grupos se emplea para asignarte recorrido por día y qué día descansas. Si estás en el grupo I, como Angela, descansas el martes. Si estás en el grupo H, como yo, descansas el miércoles. Eso significa que de lunes a viernes vas a tirar cuatro días y descansar uno. Qué recorrido haces cada día también depende de tu grupo. Este lunes, yo tiraba en el recorrido 7C (7 del total de 8 que hay) con la fórmula Unmarked Animal (tres intentos con tres flechas desde tres piquetas diferentes, por resumir) y Angela iba al 8C (también Unmarked Animal). El martes mi grupo iba al 8C así que Angela me pasó información clave como "hay una zona que es un pedregal" o "las dianas están lejísimos", jajajaja.

Pues con esta información ya podemos pasar a comentar cómo fue el lunes. Nos levantamos a las 6.30h para tener tiempo de llegar a tirar algunas flechas de calentamiento antes del cierre del campo de entrenamiento a las 8 de la mañana. Llegamos sobre las 7.30h así que por eso lado no hubo problema. Según íbamos en el coche por la carretera que conducía a las dos zonas de cuatro recorridos nos fuimos encontrando carabinieri ordenando el tráfico, arqueros y arqueras andando por las cunetas con todo su equipo, gente bajándose de autobuses puestos por la organización que venían de ciudades cercanas, etc. Los 1680 arqueros y arqueras participantes habían tomado la zona claramente. Así que cuando llegamos al parking de los recorridos 7C y 8C, ya veníamos con ambiente de campeonato. Allí dejamos el coche en un parking improvisado y fuimos a tirar algunas flechas a un numeroso grupo de animales 3D puestos a lo largo de unos 50 metros y a diferentes distancias. Yo pensaba que tendríamos que hacer cola para tirar pero no fue así, había muchos huecos y la gente tiraba tres o cuatro flechas y se ponía a un lado. Pudimos tirar unas 10 ó 12 flechas sin problemas.


Aspecto del campo de calentamiento de Castagneto cerca del parking P4


Angela volviendo de una ronda de calentamiento. La camiseta de Ithilien daba mucha categoría

Eran las 8.15 cuando todavía había gente tirando flechas pero el grupo de calentamiento empezó rápidamente a disolverse como si una llamada telepática les hiciera darse la vuelta y subir la pendiente hasta lo que parecía el punto de encuentro. Digo bien con eso de "llamada telepática" porque llamada de la organización no recuerdo que hubiera. Nosotros también fuimos para ese punto y Angela se marchó a su recorrido siguiendo unas indicaciones pero yo me quedé con la esperanza de encontrar a mi patrulla entre la gente que estaba cantando el número de la suya. Al final escuché "¡21!" y me encontré con Anton, un austriaco muy alegre que estaba igual que yo. Cuando transcurrieron 10 minutos y no vimos a más "21"s nos dirigimos a la diana confiando en que allí estuvieran todos, como así ocurrió.

Nos esperaban Alejandro, de Argentina, Stefano y Pier Angelo de Italia y Pavel de República Checa para formar junto con Anton y yo una patrulla bastante colorida y diversa. Más o menos todo el mundo se manejaba con el inglés así que fue rápidamente elegido el idioma de la patrulla aunque no dejó de escucharse el ocasional comentario en italiano o en español.

Quedaban 10 minutos para las 9 y en nuestra patrulla era todo silencio. Se mascaba la tensión. Seguramente otras patrullas con otra composición estarían de chistes pero en ésta no se daban las condiciones por el motivo que fuese y tampoco se trataba de forzar nada. Llegaron las nueve y no oímos la señal acústica así que seguimos esperando, en silencio pero más nerviosos, y cuando iban a ser las nueve y cuarto apareció por un recodo un miembro de FIARC un poco a la carrera diciendo que empezáramos a las nueve y cuarto mientras desaparecía por detrás de un árbol y se dirigía a la siguiente patrulla (que no veíamos). Nos encogimos de hombros porque ya eran las nueve y cuarto y decidimos esperar dos minutos más antes de levantarnos, respirar hondo, darnos la mano y desearnos lo mejor ¡el campeonato empezaba!


Stefano se dispone a tirar una flecha a un oso de Grupo I a unos 54 metros

La modalidad de Unmarked Animal se compone de dos unidades de 14 dianas compuestas a su vez de 3 dianas grandes y muy lejanas (hasta 54 metros, grupo I), 3 dianas medianas y lejanas (hasta 45 metros, grupo II), 4 dianas pequeñas y más cerca (hasta 30 metros, grupo III) y 4 dianas de las más pequeñas y más cerca (hasta 18 metros, grupo IV). Cualquier parecido con WA en donde la máxima distancia para recurvos y longbows es de 30 metros es... inexistente. Lo que todo el mundo quiere es dar con la primera flecha, porque es la que más puntúa, solo tiras la segunda o la tercera en caso de fallar y siempre puntúan menos. Son 20 y 18, 16 y 14, 12 y 10 puntos respectivamente dependiendo de si impactas en la zona vital corazón y pulmón) o en el resto del animal. Al menos en cuanto a puntuación, es mejor dar en una oreja en la primera flecha que conseguir un corazón en la segunda. Para hacerlo más complicado, las dianas de grupos I y II tienen tres piquetas en lugar de una, separadas 3 metros así que si fallas la primera flecha, la segunda la tiras desde una posición ligeramente diferente.


En este coyote de grupo II me quedé muy a gusto

Estábamos organizados por parejas y yo iba con Pier Angelo. Cada arquero tenía una piqueta propia así que era fácil colocarse. Ya en las primeras dianas vimos claro que el entorno estaba tan bonito como sediento de terceras flechas. Ninguno tirábamos mal pero un tiro a 50 metros en picado hacia abajo con ramas asomando amenazadoras para dar aun oso de tamaño medio de pie es objetivamente difícil. Las primeras dianas sirvieron para tantear el "espíritu estricto o laxo" de la patrulla y creo que si 10 era lo más estricto estaríamos en un 6. Sácabamos las flechas del parapeto antes de terminar de anotar puntuaciones, había algo de murmullo mientras se tiraban flechas, a veces abandónabamos nuestro puesto de tiro antes de que el otro arquero hubiera terminado, cosas así. Solo hubo dos momentos en donde hubo que hablar del reglamento. Una fue en la diana 15 en donde había que hacer intercambio de izquiera-derecha en las piquetas de cada pareja hasta que llegara la diana 1. El reglamento de IFAA es claro pero el libreto italiano ignoraba ese punto. Rápidamente adoptamos la versión de mayor rango, el reglamento de IFAA. La segunda ocasión fue cuando a Pavel se le clavó muy débilmente su primera flecha por golpear contra un hierro interno que sujetaba al animal. La flecha estaba suspenida en el aire pero el impacto de una segunda flecha de otro arquero hizo que la de Pavel se cayera. No todo el mundo vimos ese segundo momento (estaríamos mirando los viñedos toscanos en el horizonte) pero sí recordábamos el primero y el aviso de Pavel. Resolvimos darle a Pavel la puntuación de la flecha como si hubiera estado clavada todo el tiempo. Anton era el capitán de patrulla, Alejandro y Pavel apuntaban y el resto buscábamos flechas. Hubo tiros de todo tipo, algunos de trámite pero la mayoría muy bonitos. El recorrido era muy agradable y la mayor parte del tiempo estábamos en sombra aunque el entorno estaba bastante seco y levantábamos algo de polvo según andábamos por los caminos o tramos de tierra entre piquetas. Todo el mundo tuvo algún momento de gloria, una primera o segunda flecha con un vuelo precioso clavándose en el corazón. Yo recuerdo especialmente dos. Ambos grupos I, con sendas primeras flechas tomándose su tiempo en una parábola perfecta para clavarse en el pulmón de un reno y un ciervo, uno ligeramente hacia abajo y otro hacia arriba. Ahí nuestro nivel de rigidez con las normas bajaba del 6 al 4 porque entre que al arquero se le escapaba un suspiro muy sonoro y al resto una exclamación de asombro y enhorabuena, no es que fuera lo más apropiado para el arquero de la misma pareja si aún no había tirado su flecha o tenía que avanzar para tirar la segunda.


Aquí Pavel y Alejandro anotan puntos mientras el resto buscamos flechas

Nos movíamos en un bosque puramente mediterráneo pero por la ubicación de la Toscana, bastante tupido. El calor apretaba así que bebíamos bastante agua y aprovechábamos cada puesto de botellas de agua que había por el recorrido para beber medio litro y masticar alguna cosilla que lleváramos para aplacar el hambre. Un par de sandwiches y unas avellanas fueron suficientes para la mañana, no se trataba de llevar una paella para cuatro aunque el recorrido fuera a durar unas cuantas horas.

Hablando de lo cual, yo tenía mucha curiosidad por saber por qué empezando a las nueve, la gente hablaba de que terminabas sobre las cuatro o las cinco. No me salían las cuentas salvo que fuéramos a paso de tortuga. Efectivamente, no fue así. Yo terminé a las dos de la tarde (5 horas de recorrido) y Angela terminó un poco más tarde pero no mucho. En ningún momento hubo tapón así que fuimos a la velocidad que se esperaba. Con tranquilidad, tomándonos nuestro tiempo en cada diana, buscando flechas, anotando con cuidado, etc. La media son 8 minutos y medio por diana, bastante razonable, aunque evidentemente lejos de los 4 ó 5 minutos de las tiradas habituales.


En esta diana a 54 metros y hacia abajo clavé la primera flecha en un momento fantástico

Al final Pier Angelo "ganó" en nuestra patrulla, con 420 puntos, yo quedé segundo con 410, luego hubo un 400 y algo, dos 396 y finalmente un 280. Salvo ese 280 que fue claramente un tema mental, estábamos todos en un pañuelo de puntos. Resulta que la patrulla era muy homogénea en puntos aunque nuestras formas de tirar o lo que se nos daba bien era completamente diferente. Algunos fueron de menos a más, otros de más a menos, otros con baches ocasionales (mi caso) pero en general nos quedamos con buenas sensaciones y nos sentimos bastante a gusto con el resto de integrantes de la patrulla. Firmamos las hojas y cada arquero se quedó con su tablilla personal (usada por el segundo anotador) mientras Anton recogía el resto para entregarlas a la organización.


Pier Angelo, Stefano, Tony, Alejandro, Pavel y yo

La poca tensión que aún podía respirarse se esfumó con unos apretones de manos y una foto de grupo y ya solo me quedaba saber qué tal le había ido a Angela en el otro recorrido, el 8C. Me dijo que regular, sobre todo los tiros lejanos, del grupo I, en donde no conseguía dar con la distancia y las flechas se le quedaban cortas (Angela apenas tiene problema de lateralidad por su técnica). La duda que teníamos era si un recorrido u otro era significativamente más complicado pero eso sólo lo sabríamos cuando yo hiciera ese mismo recorrido y pudiera comprobar la media de puntuaciones, algo que justo iba a hacer al día siguiente.

La clasificación con la puntuación salió bastante tarde, creo que sobre las 22h y nos dejó un magnífico sabor de boca por dos motivos. El primero porque vimos que gente conocida (sobre todo españoles) estaban en general haciendo un buen papel, algunos de ellos en puestos de podio ya desde el primer momento, el segundo porque nuestra propia clasificación nos sorprendió positivamente. En nuestro primer campeonato mundial, estábamos cómodamente situados en la mitad del ranking, muy por encima del objetivo mínimo que nos habíamos marcado de superar el tercer tercio.


Angela en su patrulla del lunes junto con Clementina, Veronique, Virginie, Manon y Rolf

Martes

El martes Angela descansaba en su categoría de AFTRB pero yo sí que tiraba, concretamente en el mismo recorrido que ella el lunes. Me avisó de que había zonas donde pegaba fuerte el sol y con bastantes piedras. Me levanté más o menos a la misma hora y me fui al mismo parking, el P4, situado al lado de los recorridos 7C y 8C. Mi patrulla, la número 12 de 28, estaba compuesta por cuatro italianos y un alemán así que en ese sentido poca diversidad de nacionalidades pero el ranking manda y así es como luego te van agrupando. La gracia es que te agrupan por ranking (primera patrulla de seis, los que están más arriba, etc) pero luego la asignación de capitán, primer y segundo anotador es por orden alfabético de apellido así que con mi "Ruiz" estaba siempre en las últimas letras de la patrulla (van de A hasta la E, cada arquero tiene asignada una letra para organizar los turnos de tiro), lo que me descartaba siempre para ser capitán o anotador. Tampoco es que tuviera mucho problema con eso pero no tengo claro que sea justo, al final mucha gente siempre es capitán (que tiene bastante poder en la patrulla) y el resto nunca lo tiene. Yo apostaría o por ranking o por orden aleatorio provisto por la organización.

Después de calentar llegué dando un paseo de unos 15 minutos hasta la diana 12 donde ya estaban los otros cinco. En el camino, fui saludando a los que reconocía de la patrulla del día anterior, un mínimo gesto en un campeonato internacional. Al llegar me encontré a los cuatro italianos hablando entre sí y el alemán en un rincón así que rápidamente traté de hacer algo más de piña. Entre mi itañol y el inglés, creo que la cosa mejoró un poco.

Este recorrido fue más duro que el del lunes. Especialmente los Grupo I estaban colocados de forma especialmente traicionera con desniveles fuertes y con animales que muy bien podrían haber sido Grupo II por el tamaño del pulmón. Como era para todos igual, no había motivos para quejarse, tan solo relativizar la puntuación si no llegabas a lo del día anterior.


Una diana en medio de las vides, muy original pero muy traicionera

Tampoco quiero extenderme mucho con cada día. Lo más destacado de este día es que de repente noté que las puntuaciones en una patrulla que veníamos con puntuaciones casi idénticas del lunes daban muchos bandazos. Si todos estábamos al comienzo entre 402 y 412, en este segundo recorrido hubo gente que no superó los 300 y yo, que acabé primero, llegué a los 396.

Este recorrido no lo disfruté tanto porque el sol te perseguía y te aplastaba contra el suelo en cuanto te salías de una ridícula sombra y a mí eso (y a cualquiera) lo va agotando poco a poco. Probablemente bebí 4 ó 5 litros de agua. Hubo algún tiro muy original, como un Grupo I de un oso blanco (pequeño, la verdad) en una pendiente rodeados de vides en un viñedo bastante bonito. Eso sí, las flechas que salieron despedidas o rebotadas cayeron en el propio campo de vides y hubo que sortear la alambrada del propio campo. Pero sin duda me quedo con el último tiro. Un Grupo I a un ciervo tumbado a 54 metros y en caída. La última flecha del día, o eso quería yo, ya que si impactaba con la primera, no tenía que tirar más siguiendo la norma de la ronda Unmarked Animal.


Otra pareja tirando a la última diana

Me tocaba tirar el primero, junto con mi pareja, en la piqueta de la derecha. Salí de la protección de una pequeña sombra de un olivo donde el resto se sentaron apretados como niños viendo un espectáculo. Respiré hondo una vez, dos, incliné la cabeza hacia abajo, la giré, vi el animal lejísimos y aposté por una flecha alta, muy alta. Coloqué el arco, abrí prácticamente con la flecha en horizontal, anclé bien un par de segundos y solté limpio hacia atrás. La flecha voló durante al menos un segundo teledirigida hacia la zona vital y cuando impactó los espectadores saltaron de la zona de sombra al grito de "bravísssimo!" "Grande Pablo!" "Complimenti!". Fue una flecha para recordar, por lo bonito del vuelo y la caída final sin piedad en todo el vital. Aquí los italianos hay que reconocer que se alegraron de veras y uno, Carlo, me decía "Esta noche vas a soñar con esa flecha, es más YO voy a soñar con esa flecha". Fue un cierre perfecto a un día de mucho trabajo para no caer en ningún valle de puntos.

En el ranking que publicaron sobre las ocho de la tarde, confirmé que había habido un buen baile de posiciones. Había habido gente que había subido 10 puestos y gente que había bajado esos mismos 10 puestos. En mi caso, pasé del 73 al 72 (de 158), así que muy contento pero salvo por esa última flecha y alguna otra más, no creo que ese día vaya a recordarlo salvo quizá por el compañerismo de la patrulla. Curiosamente, el alemán, que tenía un cabreo monumental con la organización italiana no se cortaba un pelo y hablaba abiertamente de caos absoluto de los italianos, algo que a los italianos no pareció afectarles mucho (o no entendían su inglés). Básicamente, el alemán hizo un resumen pormenorizado de la ejemplar organización del europeo en Austria del año pasado y todos los fallos (algunos conocidos por mí, otros no) del mundial de este año. El año que viene toca europeo y será en Alemania así que me estoy imaginando a la organización alemana trabajando desde ya para hacer un europeo "ejemplarizante" que contraste con el "caos italiano".

A la vuelta le confirmé a Angela que mi recorrido del martes, su recorrido del lunes, había sido objetivamente más difícil, algo que pude comprobar al hacer cuentas con las puntuaciones de todos los participantes esa noche. En el recorrido 8C las puntuaciones eran, de media, 40 puntos más bajas que el 7C, incluyendo al top 10 del ranking.

Miércoles

El miércoles tocaba descanso para mi categoría, AMLB, pero aún así me desperté con Angela, que volvía a la competición, para hacer de chófer y orientar la mañana hacia una serie de recados. Este día a Angela le tocaba el recorrido 5C, que junto al 6C estaban en otra zona, con el P3 como parking correspondiente. esta zona estaba un poco más animada, con un punto de encuentro con tiendas de artículos de arquería, cerveza de grifo (no en ese momento, pero sí luego) y hasta un stand de un hotel-spa en Alemania para animar a los que van a ir al europeo el año que viene a hospedarse allí (en un resort de ski). Desde el parking P3 junto a la zona de calentamiento hasta el punto de encuentro y salida a los recorridos había un reguero de hormigas arqueras de todas las nacionalidades levantando algo de polvo blanco del camino a su paso. A la izquierda el bosque precintado por donde luego encontrabas una o dos dianas y a la derecha una vista espectacular de las colinas de la Toscana, mezcla de zonas arboladas, campos de vides y olivos y la hacienda ocasional.


Angela calentando en la zona cercana al parking P3 para los recorridos 5C y 6C

Cuando a las pocas horas volví a recoger a Angela, me dijo que había sido una jornada agridulce. Había tirado con Mónica, que había tenido un día mejor que el lunes pero la patrulla había estado comandada por una polaca que no hablaba nada de inglés pero que tenía una manera de enfocar el cumplimiento de las reglas que bordeaba el "unfair play" o la poca deportividad, chillando un "NO!" tras una flecha que hubiera rebotado en el suelo antes de impactar en el animal cuando la tiradora aún está en la piqueta y puede tener su segunda flecha. En particular, fiscalizó completamente a Angela en especial tras una flecha que era duda sobre si había rebotado antes de impactar en el animal. Las dos anotadoras, una italiana y una francesa, dijeron que no había rebotado, Mónica estaba en la misma línea y Angela dijo que no se mojaba, que lo que la patrulla decidiera. La polaca aceptó a regañadientes el veredicto pero desde entonces se convirtió en la guardaespaldas de Angela cuando le tocaba tirar a ella. Por esto y por otros detalles, la polaca se cargó cualquier oportunidad de buen ambiente en la patrulla, una verdadera lástima. Fue incluso peor en la patrulla de Natalia, en donde una alemana la amargó a ella y a todas las demás el día. Estas cosas son quizá el mayor riesgo de los campeonatos, incluso cuando por ranking estás muy lejos de cualquier posibilidad de podio. Siempre hay alguien que cree que su misión ese día es ser justiciero o justiciera por encima de todo, con el prejuicio de que la gente quiere hacer trampas y al final, el día se echa un poco a perder.

En cuanto a puntos, Angela se mantuvo en su ranking pero lo que no recuerdo es si hubo mucho baile del resto de arqueras de su categoría (unas sesenta), lo que sí había era una diferencia minúscula de el segundo tercio, con diferencias de puntos acumulados para 20 arqueras de menos de 30 puntos (hablamos de totales de 480 puntos, por ejemplo), así que claramente en el terreno de lo competitivo era una categoría muy equilibrada y emocionante.