Arqueros de Madrid cumple su séptimo año en la ubicación actual de su campo, la finca Monte Viejo en El Molar (aunque muy cerca del municipio de San Agustín de Guadalix). Como en ocasiones anteriores, decidió organizar una jornada arquera imposible de resistirse, con dos recorridos 3D y una barbacoa.

En ocasiones especiales como ésta me cuesta "un poco menos" convencer a Angela de que se sume al madrugón (y esta vez era oficial porque 2 recorridos no se hacen en 3 horas) así que fuimos los dos junto con Luiyo, Álex y Yamila. Además, hacia el final de la mañana se sumaron de acompañantes Ana y Álex con su bebé Gael, que les tiene un poco apartados de los recorridos 3D de momento pero que ya empieza a acostumbrarse.

Con una patrulla de amigos y un día de total relax con 48 dianas esperándonos pacientemente en dos de las zonas más chulas del campo tendría que haber ocurrido una catástrofe para que no hubiéramos salido de allí agotados pero felices y muy agradecidos a la organización.

Angela, Luiyo, Yamila, Álex y yo

Se apuntaron unas ciento treinta personas sin contar con acompañantes y así estaba de concurrida la línea de calentamiento en una mañana a la que aún le costaba clarear veniendo de una noche más corta por el cambio de hora. Cuando llegamos a las nueve y cuarto trataron en vano de secuestrar nuestra atención para indicarnos dónde estaba cada recorrido inicial, ya que desnudos y recurvos iban a uno y poleas y longbows a otro para, tras el descanso, intercambiar recorridos.

Luiyo en plan "fucker"

Fusionarlos a los longbows con los poleas no nos causó mayor desasosiego hasta que descubrimos con horror que los poleas iban delante de nosotros y no al revés. Si hubo un punto negativo en la organización del domingo fue este incomprensible orden. Como os podéis imaginar, se formó un tapón inmediatamente y las patrullas de longbow se agolparon toda la mañana. Precisamente habiendo huecos de sobra en el recorrido (al ser la mitad de los participantes por el reparto en dos recorridos), lo lógico hubiera sido dejar a los longbows con dianas vacías por delante y retrasar al máximo el tapón.

Naturalmente, no cabe otra que tomarnos estas cosas con mucha tranquilidad pero la próxima, por si acaso, llevaremos más provisiones en la mochila para hacer frente al hambre canina que se fue apoderando de todos, jajajajaja.

Apúntate a tiro con arco, decían, se respira calma y meditación, decían.

El primer recorrido, el "amarillo", discurría por la vaguada más exterior del campo, que se expone en algunas partes, tras un repecho, a la mismísima A-I por la que no pocos asistentes habían venido en sentido sur ese día. Ya he dicho varias veces que esa zona del campo, a pesar de la proximidad de los coches y su ruido, es la que más me gusta. Es muy variada y tiene algunos tiros lejanos maravillosos.

Angela fue con su Golden Halla, el Custom Slick Stick de Bearpaw. En realidad fue con ese arco por un malentendido. Tras su decisión este año de enfocarse a dos arcos, su prehistórico Mollegabet y el coreano tradicional con material modernos (el Authentic KTB de Freddie Archery), quiso decirme la noche anterior "Mollegabet" y le salió "Golden Halla". Cuando sacó del maletero del coche el longbow moderno no salía de su asombro pero, afortunadamente para mí, sí que recordaba con precisión sus propias instrucciones. En cualquier caso, por si a alguien le quedaba alguna duda, yo era el único responsable del error :) El caso que es eso no cambió su división en Longbow así que no hubo que hacer ninguna corrección aunque luego veremos que hubiera sido irrelevante.

Angela y su "Golden Halla" frente a un jabalí. Una propuesta preciosa

Yo fui como excepción con el Falco Saga. Como estoy haciendo muchas tiradas con arcos históricos tengo este arco aparcado pero me pareció una excusa perfecta para hacerme un "intensivo" con un longbow reflex-deflex de altas prestaciones. Además, quería hacer un experimento alrededor del tiempo necesario de ajuste a este arco tras semanas sin tocarlo y confirmar mis hipótesis.

Yamila sueña con el corazón de un zorro

Yamila fue con su recurvo, Alex con su recurvo takedown y Luiyo con su longbow. Así que éramos una patrulla mixta, tres longbows y dos recurvos.

Por el ángulo se puede imaginar uno que la diana está bien arriba

Tuvimos toda una colección de propuestas entre árboles, lejanas en pendiente, lejanas en ligero descenso, pequeñas, medianas, grandes, fauna ibérica, de la sabana... todas de gran calidad y con un número de parapetos ajustados a la verdadera necesidad aunque en alguna ocasión echáramos de menos alguno como en el león que tenía tras de sí un montículo de ramas secas que más parecían zarzas celosas de las flechas que por ahí se perdían que un cómodo "backstop".

Álex frente a dodo

Tanto Angela como Yamila optaron por no anotar puntuación pero igual que yo quería hacer el análisis de adaptación con el Saga, hice un seguimiento mental de la puntuación de Angela para nuestra estadística particular. Creo que ya casi todo el mundo conoce esta técnica sencilla de ir anotando solo la diferencia sobre una puntuación base pero la recuerdo por si acaso. La más fácil es sobre 10. Si en una diana obtienes un 8, anotas -2 en la cabeza. Si a la siguiente obtienes un 13, añades +3 a -2 y te quedas con +1 y así vas acumulando con cantidades siempre muy manejables. Al final simplemente aplicas la cantidad final a 240 (10 x 24 dianas) y tienes el resultado. Si llegaste con +24, 240+24 = 264.

Una bonita doble foto de la secuencia de tiro de la pareja de moda

Por mi parte confirmé que un primer recorrido de ajuste con el Saga me deja en torno a 240 puntos así que todo estaba dentro de la normalidad.

El hecho de que el día estuviera un poco nublado hizo que la luz fuera especialmente buena para disfrutar del campo. Además, como había lloviznado un poco recientemente el olor a ozono y a algunas hierbas clásicas de bosque mediterráneo se mezclaban con intensidad en varias partes concretas del recorrido. Esto te hacía apegarte más al terreno y al momento en sí y percibir de forma más consciente tanto el entorno como la compañía y la propia actividad.

Una pausa desde la piqueta roja. Nótese el T-Rex al fondo.

Terminamos muy tarde este primer recorrido habiéndonos comido casi todas mis provisiones en forma de snacks, avellanas, un poco de embutido, etc. Cuando llegamos al punto de encuentro allí estaban todos los participantes del recorrido rojo que llevaban unos 40 minutos de descanso. Aún así nos tomamos un breve respiro antes de volver a introducirnos en el segundo recorrido.

Piqueta roja para Luiyo. Se entiende perfectamente

Aquí de nuevo teníamos a las patrullas de poleas delante así que nos encogimos de hombros y nos lo tomamos con filosofía. Sin embargo, tras unas dianas, una patrulla de poleas al menos decidió adelantar posiciones y se hizo un pequeño hueco que nos dio un poco de respiro. En todo caso, el hambre azuzaba e hizo que los tiempos se acortaran bastante, nada que ver con el primero.

Álex entre la maleza

En esta ocasión el recorrido cubría un terreno más habitual de los recorridos fijos estacionales pero en todo caso muy bien aprovechado. Nos dio la sensación de que este recorrido era quizá un poco más asequible que el primero pero pudiera ser que llevábamos unas cuantas flechas a nuestras espaldas, no sé.

Aquí obtuve un precioso pleno

Creo que en términos generales se nos dio mejor, incluso a Yamila y a Luiyo que en un momento dado pasaron a tirar desde la piqueta roja las dianas más lejanas. Por mi parte, hice "clic" como a la mitad de recorrido con el grip del arco, que lo tenía demasiado exterior a la mano y tenía que "calzar" mejor la palma en la empuñadura ergonómica del Saga. Fue hacer eso y pasé a una media de 13 puntos por diana con un número destacado de dieces. Me tengo que apuntar estas cosas para el futuro para ahorrarme al menos 40 flechas de poca calidad... sobre todo si el Saga lo cojo una vez cada 4 meses.

Yamila y Angela en el punto más alto del segundo recorrido

En cualquier caso, la que tuvo una actuación sobresaliente fue Angela, que llegó a los 272 puntos. Pero independientemente de la puntuación con su longbow con el que demostró una capacidad de ajuste envidiable, fue la primera vez que hacía dos recorridos seguidos con el arco de mayor número de libras que tiene y ya sabéis lo que dicen; para dominar un arco tienes que poder hacer dos recorridos en buenas condiciones. Ella acabó algo cansada pero muy entera así que prueba definitivamente superada. La clave fue su gesto técnico impecable con este arco, como si hubiera tirado con él las últimas semanas. Aparte de las alturas, era difícil apreciar nada reseñable que corregir. Al final obtuvo un total superior a 500 puntos pero como no anotó en la tablilla ni entregó nada se quedó para nuestra referencia interna.

Luiyo frente a la invasión de jabalíes

Lo que sí que fue unánime fue la sensación de ser unos privilegiados por estar disfrutando de un planazo así. Ya sé que lo digo a menudo pero me da igual insistir, poder hacer estas cosas es un lujo y no hay que darlas por sentado. Nos pudimos centrar exclusivamente en pasárnoslo bien y como además éramos una patrulla de amistades de muchos años, nunca faltó el buen humor.

¡Me pido doble-cinco!

Cuando concluimos nos fuimos realmente hambrientos a por la barbacoa que ya empezaba a servir a una fila de personas que crecía rápidamente. Todo estaba delicioso, ya fuera el chorizo criollo, el que no era criollo, la carne, la panceta, las salchichas o las costillas. Nos supo a gloria, sentados en la hierba y con la boca y el estómago sustituyendo en protagonismo a las manos y los ojos de la mañana. Para entonces Álex y Ana ya llevaban un buen rato acompañándonos con el pequeño Gael y como habían pagado su correspondiente ticket de barbacoa se habían sumado al festín.

La expresión lo dice todo (después de comer)

No tardaron mucho en salir las hojas impresas con los resultados y tras unas pequeñas correcciones, comprobamos que no habíamos merecido podio ni por asomo. No es del todo cierto. Angela, de haber anotado y entregado sus dos tablillas, habría recibido el primer o segundo premio, algo que ya sabéis que no le preocupa lo más mínimo, lo cual no quita para que estuviera muy contenta de cómo había tirado ese día a pesar del "malentendido" del arco...

Durante la comida

Nos quedamos a aplaudir a todas las divisiones, con puntuaciones verdaderamente estratosféricas en algunos casos, y nos despedimos de Arqueros de Madrid sobre las 4 de la tarde para ir a casa y tomarnos el cafecito de después de comer y quedarnos a gusto en casa el resto de la tarde del domingo.

No pude evitar confeccionar ese mismo día un vídeo recopilatorio que os dejo aquí y que espero que os guste, creo que puede ser útil para dar a conocer el tiro con arco 3D. Muchísimas gracias a Arqueros de Madrid, a los que montaron el recorrido, a los que prepararon la logística y a los que sacaron adelante una barbacoa fabulosa. ¡Enhorabuena y a por el próximo aniversario!