Angela y yo tuvimos por fin la oportunidad de participar en la liga de invierno de Bastión de Alanos de esta temporada. Incapaces de poder alegrarnos del todo por un 10 de marzo "demasiado bueno" que es síntoma de lo que se nos viene encima, al menos nos volcamos con la práctica del tiro con arco en la mejor compañía.

El plan era un poco diferente esta vez. Sí es cierto que participaríamos en la tirada en sí, en nuestras respectivas categorías y tratando de hacer un buen papel, pero sobre todo en el caso de Angela, tenía que decidir con qué arco ir para "fijar" en parte su segundo arco este año. La rotación entre casi cuatro arcos de forma constante hace tan variadas las sesiones de fotos como complicado el dominar la rasante y la personalidad de cada uno.

Un mosaico con diferentes fotos del arco coreano de Angela

Se decidió por el coreano, un arco de estética y construcción tradicionales  pero con algunos materiales modernos, como fibra de carbono en lugar de cuerno. Aparte de un estreno a mediados de octubre y una prueba con parapeto de agarre de pulgar hace una semana, el arco no había visto más luz que la de las lámparas de pie de nuestra casa. Podéis leer un artículo con las primeras impresiones aquí mismo.

Por mi parte decidí volver al Longbow Inglés de Carruaje del siglo XIX tras unas semanas con el arco protovikingo estilo Nydam.

El Grozer de Jacobo junto con mi longbow inglés de Sylvan Archery

La tarde anterior preparamos dos juegos de flechas para el arco coreano, unas de carbono propiedad de su Custom Slick Stick de 30# y otras de madera para su Slick Stick de 25# y así tener la posibilidad de probar dos tipos de flechas relativamente diferentes. Además, Angela se aseguró de meter sus anillos de pulgar para dedicar un tiempo después de comer a continuar con sus primeros pasos en la técnica asiática de tiro con arco, propia del arco que compramos en Corea del Sur el año pasado.

Sobre las 10 de la mañana llegamos en nuestro coche a la zona de aparcamiento del club Bastión de Alanos y pronto estuvimos enredados con todo el montaje del material. Fuimos a las dianas de calentamiento que lucían algunos animales 2D bien hermosos y yo me dispuse a desempolvar mi longbow inglés que se desperezó rápidamente devolviéndome las sensaciones del Campeonato de España IFAA Bowhunter del septiembre pasado. Particularmente me fijé en no girar la muñeca de cuerda hacia afuera de forma que el agarre resultara lo más paralelo a la cuerda o, mejor dicho, me conjuré para "desgirar" la muñeca lentamente hacia adentro mientras buscaba la sensación de abrir un poco más cerrando de escápulas. Los resultados eran sueltas limpias y vuelos de flecha rectos.

Aquí Jacobo transmite una tensión "relajada" si es que se puede decir algo así

Angela realizó sucesivas rondas tanto con las flechas de madera como las de carbono. Estas últimas, siendo unas Nijora PRO 1000, tenían el culatín muy justo para el grosor de la cuerda y forro del arco coreano pero el "calentamiento" con agua hirviendo la tarde anterior pareció darles la holgura suficiente para que fueran "compatibles". Al final optó por reducir variables y aunque se llevó la aljaba de espalda repleta de flechas, me comentó que daría preferencia a las de carbono.

La aljaba de Angela no daba más de sí

A la hora de determinar su categoría, la primera "empezando por abajo" que fuera compatible era Traditional Recurve, casualmente la misma con la que tira con su longbow réflex-déflex de 59". Desde luego, se podía decir perfectamente que estaba tirando con un "Traditional Recurve", de eso no cabía ninguna duda. Otra cosa muy distinta era el hándicap de tirar con un arco de 48" con agarre mediterráneo (y el inevitable pinzamiento) y sin ventana...

Para una longitud de arco de 48", el pinzamiento con agarre mediterráneo es casi inevitable pero Angela consigue apurar al máximo

Más de setenta arqueros y arqueras nos dimos cita esa mañana en Bastión de Alanos para disfrutar de un recorrido de 24 propuestas de la máxima calidad (algunas con dos y más dianas formando una escena) en donde las distancias conjugaban World Archery e IFAA para un conjunto de categorías de arcos y reglamento propio de IFAA.

Angela, Jorge, Andros y yo. Foto cortesía de Jacobo

Nuestra patrulla estaba formada por Andros Martínez, Jorge Herranz y el propio Jacobo y sobre las 10.45h empezaron a silbar las primeras flechas. Las cinco figuras caminamos bajo un brillante sol por una dehesa reverdecida por las lluvias recientes optando por dejar primero paso a Andros y Jorge con sus flechas de carbono y arcos más precisos y luego a los tres con los arcos más "raritos".

Andros en la concentración previa a una flecha
Jacobo capturado en un momento clave de la técnica

Aunque la temperatura nunca llegó a despegarse de la veintena de grados, agradecíamos los momentos de tránsito por entre encinas y demás vegetación desde una propuesta hasta la siguiente. Si la memoria no me falla, no tuvimos un arranque de recorrido digno de mención salvo quizá Angela que se manejaba bastante bien con su arco coreano y su imposible rasante para las 23# a su apertura.

Otra muestra del día completamente primaveral que se vivió
Con la sierre de fondo, Angela se dispone a cazar a un jabalí "gigante"

Bastión de Alanos había dispuesto un recorrido con dianas de SRT y Wildcrete de gran variedad y calidad, tratando de minimizar el uso de parapetos pero sin por ello condenar a nuestras flechas ante los inevitables fallos. La pregunta con la que habían anunciado la tirada días atrás "¿Real or Target?" estaba totalmente justificada.

Andros y Jorge extraen las flechas en esta propuesta doble de depredador y presa

Así fuimos. A ritmo de paseo, con el mejor ambiente que se puede pedir, sin mayor ambición que disfrutar de buena compañía arquera y manteniendo una conversación de conversaciones interrumpida solo por el vuelo de una flecha y la reacción unánime y solidaria del resto de compañeros de fatigas.

Un Grupo I a máxima distancia con una Angela orgullosa posando con un pulmón precioso. En el vídeo final se podrá apreciar mejor.

Andros, con su perro Illidan, y su arco de nosecuántas libras que cada vez que impactaba con sus flechas dejaba a la diana en shock, Jorge, con su longbow y flechas de carbono y su elegante aljaba de cinto, Jacobo con arco nómada y canteo característico, Angela con su mirada penetrante más allá de su arco coreano y el que escribe, con el arco más largo y la curva más canónica. Los cinco "y el perro" fuimos avanzando en nuestro recorrido con mayor o menor fortuna con el pico de Abantos de fondo y con cierta sensación de estar casi a nuestro aire, ya que nunca llegamos a adivinar tapón.

Un paseo por la dehesa... con arcos y flechas
Jorge con un cuidado exquisito con el grip del arco

Yo fui de menos a más, algo que puedo certificar viendo la foto de la tablilla, pero no me libré de cuatro dobles-cero en lo que de todas formas fue una actuación bastante decente por estar compensado con algunas flechas realmente fabulosas. Volver a coger este arco fue una sabia decisión para alejarme del nervio del arco de tejo pero sé que solo puede ser temporal. Si quiero facilidad y puntuación, el arco longbow inglés me da lo que necesito, pero si quiero un mayor reto, el arco vikingo de tejo es lo que tengo que meter en el maletero.

Luciendo polo coreano, flecha estonia, aljaba española y arco inglés

Angela, por su lado, pareció fusionarse con el arco coreano por momentos. En la diana número 16 Jacobo nos desveló que ambos teníamos la misma puntuación (sin decirnos cuál) y entonces Angela decidió que iba a meter más de 10 puntos por diana y dejarme tirado en la cuneta. Al menos dos buenas noticias pudo extraer ella de esa mañana en el recorrido. Una, que a pesar de las 48" y el perfil de gran recurva de las palas, el pinzamiento con agarre mediterráneo, aun "sacrílego" para los asiáticos, es admisible para ella. Y dos, que las 23# a su apertura del arco le proporcionan una rasante impresionante que le permite enfrentarse a los Grupos I de IFAA de tú a tú. No en vano, el diseño del arco coreano se considera uno de los más eficientes del mundo.

Siempre sienta bien un centro geométrico en esta diana doble (una flecha a cada animal)

Eran las tres de la tarde cuando aparecimos bien saciados de flechas pero a cambio con el hambre propia que da el paseo por el campo. No tuvimos que esperar mucho para poder degustar un plato colmado de paella hecha in situ y sentarnos con nuestros buenos amigos del club Arcochinillo, Angela, Nurit y Dimas, que se habían acercado desde Segovia para participar también en la tirada. Tras asegurarnos de que podríamos compartir un rato después con Fer Baelo para probar técnicas de pulgar, nos relajamos buscando algo de sombra de las grandes encinas del punto de encuentro convertido en merendero.

A escasos minutos del café

Al cabo de una hora llegó el ansiado momento del café y sin la pesadez del estómago nos fuimos a practicar un poco a las dianas de calentamiento. Apenas habíamos tirado una flecha con el anillo de pulgar cuando nos avisaron que "tocaban a podios" así que volvimos obedientes a la explanada donde siempre está dispuesto el cajón y esperamos a que Haritz se marcara su particular monólogo improvisado.

Como era previsible, Angela y su arco coreano se subieron al podio, concretamente el segundo puesto, en la categoría Traditional Recurve, una victoria personal con muchos matices en un estreno que sirvió de verdadera prueba de fuego para su técnica. Por mi parte, resulté ganador en la categoría de Historical Bow y obtuve uno de los muy codiciados doblones de Bastión de Alanos.

El súper podio de Traditional Recurve
El podio de Historical Bow

Pero el día estaba lejos de terminar. Tras los podios, los aplausos y los agradecimientos, Angela y yo retomamos nuestra posición en las dianas de calentamiento, asistidos ahora sí por Fer Baelo que venía de hacerse medio recorrido y por Emilio que estrenaba un nuevo arco de AF Archery que pude probar y disfrutar (¿50 libras? aún sigo alucinando).

Angela pasó entonces de la seguridad y comodidad de su técnica "mediterránea" a la "alienígena" del agarre de pulgar con la ayuda y consejos de Fer Baelo que lleva al menos año y medio trabajando en solitario esta forma de tirar con arcos nómadas. Y así estuvimos casi otra hora con una luz típicamente vespertina, viendo cómo las flechas que por la mañana volaban certeras al corazón de las dianas, se desviaban ahora un metro hacia a la derecha del objetivo.

Hay que reconocer que la estética de la técnica asiática tiene algo hipnótico. La flecha en el lado derecho del arco, sin que haya que "cruzarla" y un agarre mucho más fino, elegante y estable que te anima a abrir hasta casi la altura de la oreja... Ves entonces el arco coreano en su verdadera forma, su naturaleza emergiendo de veras, como agradecido de que lo lleves hasta su verdadero límite.

Y con la sensación de haber hecho una importante concesión al propio arco que el resto del día se rindió a la otra técnica (por estar bien ejecutada), decidimos finalizar el día, despedirnos, volver a agradecer una tirada inolvidable y encaminarnos al coche con la piel de la cara, cuello y brazos adquiriendo un tono rojizo por momentos...

Fue solo una jornada pero valió por toda una liga de invierno y cuando subíamos con el coche el repecho a la salida del campo pudimos ver como otro grupo de fieles alaneros se internaba de nuevo cual romería familiar en el recorrido. Fue una imagen perfecta para terminar nuestro día ¡gracias Bastión!

Terminamos la reseña con un estupendo vídeo que da una idea de la jornada.