Un año después volvíamos al estupendo campo de Arco Club Los Mosqueteros. El año pasado fue durante la III jornada de la misma liga y, al menos para mí, resultó todo un descubrimiento. Quizá por eso insistí a Luiyo para que se animara a participar a pesar de que es, probablemente, el campo más alejado de los cinco clubes que conforman este año la liga.
Gabriel Montalbán también se había animado a venir
Iniciando el camino en Santo Tomé del Puerto (km 99 de la A-1), nos quedaban poco más de 45 minutos así que el trayecto se nos hizo bastante llevadero y llegamos cómodamente sobre las 8.30h. Aparcamos fácilmente en la esplanada habilitada para ello y no tardamos mucho en ponernos a calentar.
Luiyo había apostado finalmente por tirar con su arco recién comprado, el Bodnik Raven, y yo me tuve que conformar con mi segundo arco histórico, un arco protovikingo del siglo IV "estilo Nydam" con nock laterales. Digo conformar porque es un arco de una sola pieza de nogal con una cuerda reciclada y bastante más corto que mi longbow inglés (68" vs 75"). Esto significa que trabaja una paradoja del arquero diferente y es más nervioso y más lento, lo cual en una tirada IFAA se tiene que notar. Aparte, hace meses que no tiraba con él. Es lo que pasa cuando tienes que dejar "en el taller" tu primer arco, al menos tenía un reemplazo para salvar la jornada y poder tirar en mi categoría.
Antes de empezar todo es posible. ¿Es eso un Falco Force?
En el calentamiento fui directo a las dianas más lejanas, equivalentes a Grupo I, a unos 54 metros y el alma se me cayó a los pies de lo lento que era el arco. Tenía que apuntar a Cuenca para que la flecha llegara en condiciones a la diana. Me armé de paciencia y me aseguré de tirar con una técnica aceptable los 20 minutos que estuve yendo y viniendo a por las flechas (muchas en el suelo a los pies de las dianas).
En el barullo del calentamiento no me di cuenta pero luego me resultó muy obvio que faltaban algunos habituales de la liga. El más inmediato al que eché en falta fue a José Antonio Molina, con el que suelo tirar en la misma patrulla "de históricos" (que creo que estaba en una recreación histórica a su vez), pero tampoco vi a Jacobo o a Vero o a alguno más de Bastión de Alanos. Días más tarde (ayer concretamente), buscando información del ranking actualizado, me topé con alguna discusión en redes sociales con Bastión de Alanos como protagonista (imposible de descifrar por mi parte) y comprendí que algo había pasado. Como soy ajeno a la polémica, lo único que puedo decir es que ojalá no llegue la sangre al río, algo que se suele poder evitar si la gente habla calmadamente. La liga IFAA de la Zona Centro es para mí una de las "temporadas del año" y me encantaría que siguiese siendo un esfuerzo y disfrute colectivo.
Hecho este paréntesis me centro de lleno en la tirada en sí. En mi patrulla estábamos César, el maestro Gamboa, Fer Baelo y yo. Sospechosos habituales de otras tiradas nos entendemos a la perfección y una patrulla así es garantía de buen ambiente y compañerismo.
César ante nuestra primera propuesta, un jabalí "cómodo"
Nos colocamos en nuestra propuesta de salida, creo que era la 25, en mitad del llano casi lindando con el río Arandilla que iba de generoso de aguas por la temporada de lluvias. Durante la espera confirmamos nuestros peores temores, arreciaba un viento fresco que si no te movías te dejaba tiritando, sobre todo a mí que había ido demasiado "despechugado". Afortunadamente, no tardaron mucho en dar la señal de inicio y nos pusimos a la tarea de meter buenas flechas en el recorrido de 28 dianas.
¡Patrullón! César, Fer, Gamboa y el que escribe
Yo tengo que decir que a mí este campo me tiene encantado. Es muy bonito, tiene cierta variedad en el terreno y en los meses de abril y mayo (e imagino que en octubre también) luce precioso. Por pedir, hubiera pedido una tirada en mitad de mayo pero eso lo queremos todos para todos los clubes y todas las tiradas y dos fines de semana de mayo al año no dan abasto. Al igual que las ciudades, que con río ganan, a los recorridos les pasa lo mismo. Ya sea el riachuelo que a veces se deja ver en Bastión de Alanos o este río Arandilla, hay que reconocer que tirar con el murmullo de las aguas cerca te mete de lleno de una tirada de bosque como ésta. Además, lo bueno de este campo es que tiene un pinar al otro lado de la pradera que con su pequeña pendiente y su densidad de árboles da mucho juego para tiros engañosos o largos y en picado.
¿Alguien adivina por dónde discurre el río?
El recorrido me recordó un poco al del año pasado, lo cual no aporta ninguna ventaja porque uno no se acuerda de cada propuesta, pero sí vi una mejora en cómo se gestionaba el fallo de las flechas. Ya fuera un parapeto estratégicamente colocado o un montículo de arena, el caso es que no daba miedo fallar (recordad que hablamos de arcos históricos, no precisamente lo más fiables por muy bueno que sea el arquero o arquera).
La patrulla que nos antecedía. Se juntaron dos poleas y dos recurvos. Hubo momentos de tapón pero no por ellos
Hubo un tiro (calculo que la diana 4 ó 5) que sí que fue una trampa en toda regla (y lo digo de broma, claro). Era a un Grupo I abajo y bien lejos. Creo que era un gorila pero ahora mismo no caigo. Con un arco como el histórico, ni de rodillas (y lo intentamos varios), conseguimos evitar que las flechas golpearan en unas ramas a medio camino a modo de techumbre. Yo, viendo la poca fortuna de mis compañeros, no solo me arrodillé sino que me aplasté contra el suelo obligándome a cantear mucho el arco pero ni aun así. El tiro fue bonito y a mí me encantan estos tiros complicados pero en esta ocasión casi se podría decir que para nosotros era un 0 desde el comienzo.
Fer Baelo nos muestra cómo se hace
Del llano pasamos al pinar superando un pequeño desnivel y diez o doce dianas después volvimos a bajar para otros tiros más rectos encaminándonos poco a poco a la margen del río en donde habían dispuesto una media docena de propuestas, incluyendo un enorme córvido precioso que ya anunciaba que la cosa estaba a punto de concluir.
El maestro Gamboa no solía perdonar y aquí con los cuervos no perdonó nada de nada
En cuanto a la patrulla, tuvimos suerte desigual. Javi Gamboa empezó enchufado y terminó enchufado, con mucha seguridad metiendo buenas flechas y no perdonando en los tiros más cercanos, que es lo que hay que hacer. Fer Baelo también tiró bastante bien con ese handicap autoimpuesto de tiro mongol con su arco Grozer. No sé si me lo pareció a mí o qué pero me dio la sensación de que las flechas le volaban mejor esta vez, señal de que algo diferente está haciendo (o que ha dado con unas nueva flechas más adecuadas para su arco, o las dos cosas). César empezó bien pero luego se le atragantó el campo. Apenas se paraba y estaba muy muy fallón. Medio en broma, medio en serio comentaba que si no fuera por nosotros se habría ido al coche a esperar que terminara todo. Y entonces sucedió algo inaudito que todos recordaremos para siempre. Ya medio de cachondeo se plantó ante el tiro más largo de todo el recorrido, un Grupo I que está orientado hacia las dianas de calentamiento y la caseta. Le tocaba empezar a él así que se fue a la primera piqueta, se plantó con cierta guasa, abrió el arco y dijo "mira, el animal está ahí y esto está aquí" al tiempo que elevaba el arco unos 35 grados. Lo digo como de broma, como una machada de un maestro que quiere dar una lección pero sin que le cueste ningún esfuerzo. Soltó y la flecha dio de lleno en el animal, muy bien centrada. Claro, el primero que no se lo creía era él pero la reacción espontánea está grabada y la podréis ver en el vídeo. Obviamente, y más conociendo a César, fue a la segunda piqueta y volvió a recitar su particular lección. "Mira Javi, esto está aquí y entonces está así". Otra flecha que se clavó de lleno en el bicho. El acabose, a todos nos dio la risa porque no nos lo podíamos creer.
Aquí se puede ver el momento grabado para la posteridad.
Y aquí está la foto de familia, con Fer de ilustre invitado, que también colocó una flechaza.
La cuestión es que César fue a la siguiente diana, un Grupo II ¡y volvió a hacer lo mismo! Dos magníficas flechas guiadas por el mantra guasón. Y en el Grupo III de después ¡lo volvió a hacer! Metió seis flechas seguidas (y no cualesquiera flechas, había unos cuantos vitales). Supongo que el sortilegio se tenía que acabar en algún momento y en la cuarta diana creo que falló una pero la machada ya había quedado para la historia y nunca la olvidaremos. Fer tenía la teoría de que al decir la frase boba César se paraba más en el anclaje y por eso le iban mejor, pero a saber si era eso o que unos duendes invisibles llevaban en volandas las flechas, visto lo visto me creo cualquier cosa.
Un par de ¡uys! que me dejaron un sabro agridulce, pero el tiro fue PRECIOSO
Por mi parte sufrí una barbaridad con el arco vikingo. Buf, lo que me costaba dominarlo. Nunca me llegué a sentir del todo cómodo con la empuñadura, muy estrecha para lo que estoy acostumbrado. Y los tiros en donde me conjuraba y tiraba bien se me quedaban bajo el lomo del animal. Tuve mi particular colección de "¡uy!" ese día. No me puedo ir insatisfecho porque no hice un mal papel pero tengo que practicar más con este arco si quiero poder usarlo en condiciones. Para empezar, hoy jueves cuando escribo esta crónica y aprovechando unos días de vacaciones, me he acercado a Arqueros de Madrid para probar una nueva cuerda que pedí a medida (10 hilos, para un fistmelle de 7 1/4", con gazas muy estrechas) y el arco es otro completamente. ¡Cómo va! La verdad es que con estos arcos, la cuerda y su "configuración" se notan una barbaridad pero no puedo ir atrás en el tiempo y tampoco pasa nada.
Fer captado con la flecha recién soltada, para su galería personal
Desde el punto de vista puramente competitivo, todo se resolverá en la última jornada así que emoción (y risas) hasta el final.
Cuando hubimos terminado, el club Los Mosqueteros nos había preparado unos calderos enormes de callos con garbanzos que creo que habían traído de un conocido restaurante de la zona. Una apuesta quizá algo arriesgada, no ya por las preferencias no carnívoras de algunas personas sino por la aprehensión que a veces produce la casquería. Ricos estaban, muy ricos y muy calentitos, y sentaron genial para reponer fuerzas, pero no pondría la mano en el fuego por que a todo el mundo les entusiasmaron como sí que recuerdo unánime el disfrute con las alubias blancas del año pasado.
La gente lista a resguardo del vientecito y centrados en el "comercio"
En todo caso, independientemente de lo bien o mal que se nos diera a cada uno la mañana en Aranda de Duero, la gente disfrutó muchísimo y se notaba. Va a ser difícil decir que no a cada tirada que organice este club a pesar de que nos pille un poco más lejos de lo que nos gustaría. Luiyo, que tiene casa de la familia en Covarrubias, anotó datos de contacto para hacer alguna parada "técnica" de camino a un fin de semana en su pueblo y me confirmó que el campo le había gustado mucho (no así el frío que había pasado la mitad del recorrido).
Y creo que esto es todo. Por supuesto, hay que agradecer al club Los Mosqueteros una magnífica organización, un recorrido muy variado y divertido, con propuestas muy bonitas (algunas para enmarcar) y un trato muy cercano y familiar.
Os dejo con un vídeo resumen de la mañana.
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