Mucha gente desconoce que en la península ibérica, en el municipio de Bañolas, se encontró en 2012 el arco neolítico más antiguo del continente europeo. Este yacimiento neolítico, llamado La Draga, de 7.000 años de antigüedad es uno de los viajes pendientes que tenemos Angela y yo.

Precisamente tras el descubrimiento de este arco en 2012, un amigo nuestro, Jürgen Junkmanns (ver perfil en Academia.edu), citado varias veces ya en este blog, fue requerido para tratar de reconstruir lo que hubiera podido ser el arco encontrado. Podéis leer un resumen de los hallazgos aquí.

Mosaico de imágenes del artículo citado arriba. Fuente

Por ello le pedí al mismo Jürgen que me hiciera un arco "réplica" de tal espécimen arquero. Como el arco original era de tejo y el tejo es muy escaso y está protegido, le dije que no tenía prisa, que cuando apareciera el tejo adecuado se pusiera manos a la obra.

Pasaron algunos meses y no tenía noticias de él hasta que de pronto contactó conmigo y me dijo que ya podía ponerse. ¡Perfecto! Bueno, no tan perfecto. A las dos semanas me escribió diciendo que la madera tenía algunos problemas y que había ido quitando más y más materia hasta el punto de que el arco se había quedado en 30 libras, no las 40 que yo quería. ¡Estas cosas pasan!

Recuerdo que en ese momento me giré en la silla delante de mi ordenador y le pregunté a Angela "Angela, Jürgen ha tenido un problema con mi arco y se ha quedado con un arco de 30 libras, dice que tiene que volver a esperar a tener otro listón..." "¡Lo quiero!" "Ya me imaginaba..." y escribí a Jürgen diciendo "si el arco funciona bien, Angela lo quiere, acordamos un precio y nos lo quedamos".

Esta semana llegó la "parejita neolítica de La Draga".

Los dos arcos, arriba el de Angela de 30 libras, abajo el mío de 40 libras.

Ambos arcos tienen un acabado impecable. Miden entre 165 y 170cm y tienen un grosor respectivo perfecto para nuestras manos. El de Angela presenta un perfil con muchísima personalidad y el contraste entre el duramen y la albura es muy evidente. Desde el punto de vista estético, es el más bonito de los dos. El mío es la versión recta, simple, elegante, muy equilibrado y muy con forma de arco. Aquí y allá presenta pequeños nudos en la madera pero casi como si fueran "pecas" mientras que en el de Angela son lunares bien grandes :D

Detalle de los tips. 40# y 30#.

Decidí que tendría que ir a probarlos para ver varias cosas. ¡El deber me llamaba!

En primer lugar, si había una orientación vertical más interesante que otra. Este tipo de arcos permiten que el arquero pueda decidir si le "encaja" mejor una u otra orientación de los tips.

En segundo lugar, el nervio del arco o su "exigencia" ante pequeños fallos. Es decir, cuántas flechas hacen extraños en cuanto no ejecutamos una técnica precisa.

Finalmente, pruebas con la posición de la mano de arco y el punto de nock en la cuerda. Esa combinación "idónea" para disfrutar de un rendimiento y de un vuelo adecuados.

Arco de Angela. Un "La Draga" de 30 libras en un día soleado de invierno.

Primero monté el arco de Angela, así además podía "calentar" con un arco más suave. Me llevé tanto mis flechas como unas que usa ella para su Mollegabet de 25#@25 1/2". Al poco rato era adicto a este arco y, sobre todo, con la fortuna de tener un pequeño ángulo, como una pequeña depresión a una altura compatible con donde podría Angela apoyar su mano. Es decir, que el arco de tejo mostraba una suerte de empuñadura natural. A mí al menos me funcionó muy bien pero Angela tiene que confirmar que le resuelve.

Mi arco a la izquierda, el de Angela a la derecha. Se puede apreciar el lugar donde indico que hay un punto adecuado para ubicar la mano

Para simular la apertura de Angela con sus flechas, me llevaba la mano de cuerda a un anclaje en donde la base del pulgar era lo que me llevaba a la comisura de la boca. No es lo mismo pero era algo suficientemente aproximado. La verdad es que estas flechas volaron bastante bien así, con suerte, podrá intercambiarlas entre sus dos arcos prehistóricos.

Mi arco La Draga de 40#, geometría envidiable

Le tocó el turno entonces al arco de 40#. Ligeramente más grueso, encajaba perfectamente en la mano de arco y tanto una orientación vertical como la otra funcionaban igual. Al final me decidí por la orientación que dejaba en el tip superior al que tenía anudada la cuerda pero no descarto volver a hacer pruebas a este respecto. Probé con diferentes flechas, todas viejas conocidas de mis diferentes arcos longbow, modernos, históricos y prehistóricos. El resultado confirmó la promesa de Jürgen, este arco era rápido, sí. Eso sí, el arco estaba "frío" y yo en baja forma, así que tenía dos tipos de tiros, rectos perfectos al blanco y desviados hacia la izquierda.

Detalle del tip superior del arco de 40#

Este tipo de arcos, sobre todo los prehistóricos, al carecer de laminaciones o materiales modernos, responden mal ante fallos en la técnica que los arcos modernos perdonan. Dos errores comunes son letales y hay que evitarlos. Una suelta lateral hacia fuera, que hace que la flecha resulte muy desviada, y el más terrorífico para mí, el mini-colapso (encogimiento) del brazo de cuerda que cede apenas un centímetro de apertura antes de que se produzca la suelta y que echa a perder el potencial de esa flecha, es como si el arco se gripara. La flecha volará pero sin la intensidad ni la precisión a la que aspiraba.

En el arco de 40#, en primer plano, se aprecian perfectamente los anillos del tejo así como la marca de Jürgen para indicar la mitad geométrica y el centro de masas del arco.

No es raro que la gente decida no cometer ese error y acabe cometiendo otro, soltar "a la carrera". Es decir, abrir, abrir, abrir y en un momento dado, con la tensión de la cuerda aún en el sentido de apertura, relajar la mano y liberar la flecha. Esto, que puede desembocar en snapshooting, tiene el problema de ser muy poco preciso cada vez. Si hubiera una forma muy controlada de que se produjera esta suelta siempre en la misma apertura y con un comportamiento parejo, arcos como los de la Draga lo agradecerían por sus propiedades mecánicas. Pero en ausencia de esta casi utopía, compensa trabajar un anclaje firme y una suelta con cierre de escápulas para contribuir a una tensión de la cuerda muy estable previa a la suelta.

Cuestiones de la técnica y el material aparte, estos arcos son un añadido a nuestra colección que ya suma tres ejemplares Angela tiene seis (2 slick sticks, 1 custom slick stick, el mollegabet, el coreano y este neolítico de La Draga) y yo siete (Falco Force, Falco Saga, Buck Trail Black Hawk, Carriage English Longbow, English Longbow, un Manchú y este neolítico de La Draga). Creo que va siendo hora de vender al menos dos arcos de mi colección, seguramente mi queridísimo Falco Force y el Black Hawk, ambos de 35#, para que den con una casa nueva que los quiera.

Espero poder publicar vídeos de estos dos arcos del neolítico peninsular en breve, sirva este breve artículo como un pequeño aperitivo.