¡Feliz año nuevo! En realidad, podía haberlo dicho con el artículo invitado del 1 de enero pero se me olvidó por completo así que aprovecho para desear a todos los arqueros y arqueras que leéis este diario online que vuestras flechas vuelen rápidas y bellas y que vuestros arcos se embriaguen de buenas sueltas.

Ayer día 4 de enero fui con mi amiga Yamila al club Arqueros de Madrid. Con su curso de iniciación del mayo pasado y una tirada más por septiembre, era la tercera vez que tiraba. Esta vez, eso sí, con un kit de iniciación muy majo que le regalamos entre varios amigos por su cumpleaños el pasado diciembre. Ésas fueron realmente las primeras flechas de 2017 pero escribiré sobre ese día en otro artículo porque me interesa comentar cómo creo que puede ser el mejor primer día (y segundos, y terceros) de alguien que empieza en Bosque.

Hoy día 5 nos lo habíamos reservado Angela, Ana, Álex y yo para ir sobre las 10.30h al club, estar unas tres horas relajadas y luego comer en algún lugar de la zona. La previsión metereológica era que las temperaturas iban en ascenso y que los cielos estarían despejados. Habiendo estado yo ayer por la mañana disfrutando de un día espectacular para ir a tirar, solo podía imaginar que la cosa iba a ser memorable.


El sol apenas se veía

Y lo fue, ¡por la densa niebla que nos acompañó toda la mañana! Esa mañana le había prometido a Angela que el parte de Accuweather daba "Sunny" y ella con algo de retranca respondía "¿sunny, sunny?". En fin, os podéis imaginar que se convirtió en la expresión azote de la mañana pero, a pesar de todo, las temperaturas no fueron especialmente frías y el viento no hizo acto de presencia así que todo bien.


Más allá de los árboles a unos 30-40 metros, apenas se veía nada del paisaje

A las 10.30h nos encontramos en el aparcamiento para abonados del club los dos coches y tras montar los arcos estuvimos calentando un poco. El campo estaba precioso. Muy silencioso (pocos coches pasaban por la A-1 a esa hora) y todo cubierto de niebla. El vaho al hablar delataba un ambiente frío pero íbamos todos con las capas que considerábamos adecuadas para temperaturas en torno a los 7-8 grados y las flechas volaban igual de bien.


En la zona de calentamiento

Siendo cuatro, un recorrido relajado puede llegar a durar 2 horas largas así que en cuanto tiramos 3 rondas de flechas de calentamiento ya estábamos de camino a la primera diana del nuevo recorrido fijo que han montado tras la Tirada de Navidad. La consigna de la mañana era clara; anclajes largos. Como grupo de dos arqueros y dos arqueras y técnicas y arcos diferentes es más fácil elegir aspectos fundamentales de la técnica y ayudarnos mutuamente. ¿Por qué no elegir algo tan sencillo como un anclaje sólido que dure 2-3 segundos? Dado que no tenemos arcos de más libras de las que podemos aguantar cómodamente 5-6 segundos (repito, cómodamente), esos 2-3 segundos solo van a facilitar mayor concentración, mayor autoconsciencia previa al tiro y menos precipitación en la suelta. Además, es la vacuna perfecta para el snap-shooting, esa forma de tirar que consiste en soltar en cuanto se alcanza el punto de anclaje y que al cabo de semanas y meses se convierte en una suelta anticipada cada vez más y más temprana.


Aspecto de la primera vaguada desde la primera piqueta, parecía casi fantasmal

Con el campo como estaba, un verde apenas saturado cubriendo la tierra y los árboles entre gris y plata bajo un cielo inexistente por la niebla, era fácil imaginarse un animal salvaje o una carga de caballería surgiendo de cualquier punto cardinal y sorprendiéndonos a los cuatro. Así que la imaginación tenía todos los ingredientes a mano para tomarse tanto las flechas como los momentos de espera de forma que nos sintiéramos unos privilegiados.


Una de las dianas finales de la primera vaguada antes de ascender

Este recorrido que lleva dos o tres semanas y que ha sufrido algunos cambios los últimos días es particularmente bonito y agradable. Como es tradición en el club, transcurre por dos vaguadas contiguas unidas por una repecho longitudinal que en su punto más alto permite disfrutar de las vistas de toda la zona (cuando no hay niebla, claro). Las propuestas de las vaguadas suelen ser tiros inclinados hacia arriba o hacia abajo con distancias largas, apurando en muchas ocasiones los límites de la normativa, pero sin apenas obstáculos en el vuelo de la flecha. El resto de las dianas, en el repecho, más frondoso, y en los ascensos o descensos a las vaguadas, suelen estar magníficamente enmarcadas por árboles de la zona (encinas, sobre todo) y con la vegetación, si no florida por no ser primavera, al menos densa y generosa. Hay unos tiros a algunos jabalíes, linces u osos así como un cervatillo y a la oca que son fantásticos. Mis dos favoritos son uno antes del ecuador a un lince con un efecto túnel de una gran encina a medio camino para el que es mejor tirar de rodillas y esquivar una traicionera rama y un jabalí en tiro lejano y hacia abajo desde la piqueta roja, en un pequeño claro rodeado de varios señores árboles que cubren totalmente el cielo.

La mañana en cuanto al tiro con arco se nos dio bien a todos en general. Álex enganchó buenos tiros y estuvimos tratando de averiguar cuál era la forma de abrir que le daba la apertura correcta (la flecha asomando solo la punta metálica por el reposa en lugar de 4 centímetros). Ana, sin problemas musculares de una lesión de la que se va recuperando, fue vigilando la colocación de la muñeca y de los pies siendo consciente de que "cuando lo hago todo perfecto, el tiro es perfecto", cosa que era fácil de comprobar pero no "programar". Angela, aun con sus cinco capas de abrigo y los dedos inertes realizó un recorrido espectacular agrupando muy bien, un verdadero recital (se verá en el vídeo al final). Por mi parte, continué con las buenas sensaciones del día anterior "viendo el tiro" en cuanto anclaba y soltando sabiendo que iba a la zona vital.


El cervatillo o "bambi"

La ausencia de luz directa creo que en general ayudó. El sol, sobre las 12, empezó a verse como un pálido círculo más semejante a una luna llena que a otra cosa. Cuando miraba a los silenciadores de pelo de castor de mi arco antes de abrirlo podía distinguir casi cada uno de los pelos con nitidez. En lugar de una vista "plana", todo lo que estuviera a menos de 10-15 metros tenía una gran definición y aunque más allá una diana pudiera estar tras un velo de niebla, se percibía mucho mejor toda la silueta sin que el ojo tuviera que esforzarse lo más mínimo.


Angela a punto de disparar a un pequeño dinosaurio al fondo

Cuando realizas todo el proceso de disparar una flecha con seguridad y confianza es cuando puedes más fácilmente detenerte en el aspecto de la técnica que tienes más descuidado. En mi caso es una suelta firme pero relajada hacia atrás, en lugar de medio-qué-sé-yo con los dedos de la mano saliendo un poco disparados y luego por inercia llegando hasta el hombro pero por el camino equivocado. Y eso es lo que hice esta mañana. Anclajes de 2-3 segundos y sueltas firmes y relajadas hacia atrás, sin apenas salirme del plano de la cuerda de arco.


Ana apuntando a un ciervo tumbado en un tiro claramente en alto

Si el día de hoy es indicativo de lo que me espera en 2017, compro ya mismo, pero sé que no es tan sencillo. Igual que tuve días nefastos en diciembre y lo relativicé, con esto de hoy (y ayer) hay que ser igualmente cautos.


Momento justo tras la suelta

Eran las 13.30h cuando habíamos terminado el recorrido completo, contentos y con hambre y frío. Solo pensábamos en qué comeríamos y aunque había varias opciones de restaurantes, entre algunos que descubrimos que cerraban entre semana y que no queríamos asumir ningún riesgo nos fuimos a un conocido restaurante de San Agustín de Guadalix a degustar picadillo de matanza con huevos rotos y patatas, tosta de jamón ibérico, unos cuartos traseros de cordero lechal, unas chuletitas y postres caseros de flan de huevo y natillas. Con el último sorbo del café y nuestros cuatro cuerpos plenamente hechos a la nueva temperatura de la calefacción del lugar, volvimos a por los coches y de vuelta a casa, en nuestro caso a reencontrarnos con nuestras dos gatitas y el sofá.

Hoy grabé muchos momentos pero he preferido hacer una selección corta (no llega a 4 minutos) en donde se puede apreciar el ambiente y algunos tiros interesantes. Grabé sobre todo a Álex, pero esos vídeos van solo para él. También grabé bastante a Angela, que aparece mucho en el vídeo. Otro día saldremos más Ana y yo, si me acuerdo de decir que me graben.