Hoy era uno de esos días que los que vivimos en Madrid decimos "hoy hace un día para ir a comer a la sierra". Puede ser a la sierra de guadarrama o la informalmente conocida como sierra norte pero en la cabeza de todos se nos aparece un día soleado, frío con algo de brisa pero muy paseable en algún pueblito y su asado o comida copiosa en algún lugar especial.
Pues bien, cuando miré por la ventana esta mañana sobre las 9.30h me dije "hoy hace un día para llevarme el longbow inglés y disfrutar de otra forma de tirar". Este longbow inglés sigue un diseño y fabricación de mediados del siglo XIX, un longbow inglés trilaminado desmontable con una bayoneta metálica que, al parecer, se estilaba en la región de Flandes (en otro artículo hablaré de los libros de la época que lo referencian). Por tanto, iba a participar en la categoría de arco histórico de IFAA en la II jornada de liga de invierno de Bastión de Alanos.
En realidad me lo planteé un poco a lo machada. Un arco con el que apenas he tirado desde el verano (que fue cuando lo recogimos de las manos de su creadora, Hilary Greenland, en Inglaterra) junto con las flechas que pensé para él hace mes y medio y que llegaron de Falco esta misma semana y un estreno con dactilera tras 3 años tirando con guante. Lo único que hice para prepararme mínimamente fue ir ayer sábado a Arqueros de Madrid para al menos probar el conjunto y descartar sorpresas.
Al llegar a Bastión de Alanos me di cuenta rápidamente de que no era precisamente de los primeros en llegar. Y es lógico, a las 10.30h la zona de aparcamiento era un buen ejercicio de "relleno de huecos". Encontré el mío y en cuanto salí del coche y me dio el aire fresco de la sierra, pasé también de la tertulia radiofónica al griterio lejano de la zona de descanso del club.
Monté mi arco, elegí las flechas con spine 30-35# y 35-40#, la aljaba que me hizo Avelino, la brazalera y mi nueva dactilera (que compré en Arquería Menchón). Me aseguré de tener agua, frutos secos y la cámara a mano para un día que prometía bastante.
Después de saludar casi en diagonal a no pocas personas tuve que disculparme con Jacobo y Vero porque al no haberme apuntado como siempre hago, con correo de inscripción, pero habiendo dicho por otros medios que allí nos veríamos, habían improvisado mi dorsal (y el de Angela, que con gripe no había ido) en una patrulla. Esa patrulla era la que ellos llamaban "la de Arqueros de Madrid" porque estaban Teo, Felipe, Patricia y un viejo conocido de ambos clubes y excelente arquero, Antonio Merino. Al ver la patrulla recuerdo que les dije que no tenía inconveniente en que me pusieran en otra patrulla con desconocidos, al fin y al cabo, comenté, a ellos les veo muy a menudo en Arqueros de Madrid. Me respondieron que vale que muy bien pero que no, jajajaja. Yo encantado, por supuesto, y la verdad es que luego me alegré mucho de que no se pensaran mi sugerencia porque fue una patrulla impresionante y disfruté una de las mejores jornadas de tiro con arco que recuerdo.
De izquierda a derecha, Patricia, Teo, Antonio Merino, el que escribe y Felipe.
Un culín de café recién hecho me dio el golpe justo de cafeína que buscaba para estar más despejado durante la mañana y como llevábamos la hora apurada, Jacobo no tardó en darnos la bienvenida a todos y por el mismo precio repasar el reglamento de la ronda Animal (con la variación local que ahora comentaré) antes de desearnos buena suerte y mandarnos a nuestras dianas de arranque.
Fotos de la segunda diana a más de 50 metros. No nos lo creíamos...
La ronda Animal de IFAA, para el que no lo sepa, consiste en general en tiros largos (como es habitual en IFAA) en donde hay tres piquetas amarillas cada cual más un poco más cerca del animal. El arquero prueba su primer intento desde la más lejana y si falla, puede avanzar hasta la segunda y de nuevo hasta la tercera. La primera piqueta puntúa 20 para vital (corazón y pulmón todo en uno) y 18 para tocado (el resto del animal) mientras que la segunda va con 16-14 y la tercera 12-10. Por tanto, la clave es impactar siempre en la primera flecha. A veces es obvio que la primera flecha no ha impactado (se admiten prismáticos) pero ¿y si hay dudas? Si hay dudas se permite avanzar a la siguiente piqueta y tirar de nuevo. En el recuento se considera siempre la flecha de mayor valor. Salvo en la tirada de hoy, que introducía la variante de que "siempre se considera la flecha de MENOR valor" para darle un poco de emoción a esa decisión de seguir tirando o no... Imagina la situación; no estás seguro de haber dado con la primera y tiras una segunda, fallas y una tercera y fallas. Obtendrías cero puntos aunque descubras que diste con la primera. Fue muy curioso y sí que le dio un toque diferente a la Ronda Animal de hoy, sí.
Patricia tratando de hacerse una idea de dónde estaba la zoma vital
El día estaba estupendo, con un sol esplendoroso y muy poquitas nubes que nunca llegaron a dar sombra. Dependiendo de si estabas más resguardado o no, el viento aparecía o desaparecía con el consiguiente cambio en la sensación térmica. En general, nunca pasamos frío y en casi la mitad del recorrido incluso hubo momentos de calorcito agradable.
Una doble diana en donde me la jugué con la que estaba recostada con cambio de rasante en medio
Arrancamos en la piqueta número 14 los cinco de la patrulla. Todos recurvos BHR salvo yo, que iba con histórico. Tirábamos de uno en uno dándonos nuestro tiempo, al fin y al cabo, solo queríamos disparar una flecha ¿no? El recorrido estaba muy bien trabajado, con tiros largos muy bonitos y otros más escondidos jugando con la maleza y las pequeñas peñas tan características de la zona. Incluso en algunas propuestas podías elegir entre dos animales, en general muy bien compensados. Nunca nos encontramos con tapón y siempre nos dio la sensación de ir muy fluidos (y relajados). A lo mejor si hubiera hecho mucho más frío lo hubiéramos sufrido pero con el día que hacía las más de tres horas que estuvimos tirando no se hicieron nada largas.
Antonio a punto de meter un buen flechazo a un gato salvaje
Pudimos tirar a venados, corzos, jabalíes, chacales, zorros, gatos monteses, grullas, cuervos y hasta una araña y un escarabajo pelotero gigantes. Cada uno en la patrulla con su estilo característico iba metiendo la primera o la segunda flecha. Teo con su habitual sistema de "primero altura, luego lateralidad", Patricia con un anclaje largo y suelta corta y limpia, Felipe con un movimiento de arriba a abajo del arco y suelta casi "in itinere" del arco y Antonio con una técnica más clásica de arco orientado, apertura, anclaje largo y suelta más larga hacia atrás.
Uno de mis mejores tiros (sale en el vídeo). Un "11" incontestable. Fue una sensación fantástica.
Por mi parte, tenía un grave problema con la técnica porque tiendo a querer estar dos o tres segundos con un anclaje firme antes de llevarme la mano hacia atrás (para tocarme el hombro, por ejemplo) pero con este arco eso no es posible. No lo es porque su fabricación ausente de materiales modernos desaconseja totalmente un anclaje de más de dos segundos o el arco pierde su eficacia (en inglés lo llaman "casting"). Eso me genera cierta ansiedad en todo el proceso. Imagina que supieras que tu arco va perdiendo fuelle cuánto más mantienes el anclaje ¿no querrías estar el mínimo tiempo posible anclando? ¿y no te acerca eso peligrosamente al snap shooting que yo tanto evito?
La prueba de que tiré con un palo
Iré poco a poco moldeando a mi cerebro para que plantee el tiro con este arco de otra manera (aparte de todo lo que supone tirar sin ventana, etc, etc) y confío en que pueda cambiar de chip sin traerme agobio de una forma de tirar uno al otro. Creo que un truco es, básicamente, tomar medidas. Ir un día a la diana de distancias de Arqueros de Madrid y disparar flechas exactamente iguales pero cambiando el tiempo de anclaje. Si percibo que a partir del segundo 4, es cuando el arco realmente flojea, pues ya sé que si estoy tanto tiempo, mejor es desmontar y volver a empezar (sobre todo en tiros largos).
Patricia y Teo orgullosos ante un zorro complicado
La patrulla en términos generales estaba teniendo un día bastante positivo. Había tiros complicados muy bien resueltos y en todo momento (como es lo suyo) o nos alegrábamos con un tiro bonito fuera de quién fuera o tratábamos de dar algún consejo rápido tras un fallo. Esto tiene un efecto innegable que hace todos demos lo mejor. No es solo porque una patrulla que demuestra cierto nivel tiende a contagiar esa concentración y nivel al resto, es también la forma relajada de ir llevando el recorrido, todo ayuda.
Detalle de otro de los tiros que más disfruté. Un vital en la primera flecha (nótese el punto blanco cerca del culatín) a un jabalí muy lejano
Hubo un tiro a un venado a más de 50 metros en donde sobre todo Teo hizo un tiro espectacular. Incluso con su arco, la flecha tuvo tiempo para volar antes de clavarse bien clavada. Por mi parte, en esa misma diana y en la segunda piqueta aprendí por la vía rápida cómo mi longbow inglés se comporta con esas distancias, fue un tirazo.
Reflexiones de un gran arquero
Como aún no llevo mucho con este arco, sé que a veces lo cojo mal. Es así de simple. Pongo mal la mano del arco y todo el conjunto pierde estabilidad. No es algo muy obvio pero lo notas. Cuando eso sucede, mando las tres flechas fuera. Así que a veces pasaba que metía un precioso 20 en la primera flecha y luego perdía las siguientes tres flechas en la tierra (normalmente se me van un poco altas y a la derecha, lo tengo estudiado). Sus 40 libras se abren bastante bien gracias a sus 75" de alto pero es cuando ya he dejado atrás 3 ó 4 dianas cuando empiezo a estar realmente cómodo.
La patrulla que nos antecedía. Nunca hubo parón.
En fin, a todos se nos dio bastante bien. Teo terminó el recorrido de 22 dianas con unos magníficos 392 puntos y Antonio Merino, Patricia y Felipe se quedaron en la franja de 340-380, creo recordar. Yo llegué, atención, a los 300 puntos. ¡300 puntos con un arco histórico! ¡300 puntos con "mi primera dactilera"! ¡300 puntos con flechas a estrenar! Independientemente de la puntuación, uno sabe cuándo ha tenido un buen día a pesar de tres "ceros". Se hace más evidente cuando uno es consciente del cúmulo de retos que ha querido aceptar y, a pesar de todo, ha salido airoso. No estoy particularmente orgulloso de la técnica hoy porque mi suelta era muchas veces en dos tiempos, con un pelín de explosividad antes de seguir hacia atrás, pero no cometí ningún error grave y mi cerebro fue capaz de predecir la parábola de la flecha con un arco tan diferente a mi Falco Force.
Anclaje característico de Antonio Merino
Cuando volvimos al punto de encuentro ya había bastante gente dejándose caer en los numerosos bancos y merenderos con algo que llevarse a la boca (ya fuera paella o bocata gigante de carne a la barbacoa). El chorizo, la panceta, el lomo o la salchicha se metían entre dos buenos trozos de pan y se recuperaban las fuerzas con cada buen mordisco. Casi casi, por el mismo precio habíamos conseguido "ir a comer a la sierra".
El entorno era muy bonito, aquí se me ve cómodo con mi longbow inglés
Mientras la gente comía, Jacobo y compañía se ponían manos a la obra para hacer recuento en todas las categorías y preparar así los podios. Más o menos fue en ese momento cuando supoe de que mis 300 puntos habían superado a mi categoría habitual de LB (longbow/flatbow). El hecho de que en histórico obtuviese más puntuación que la gente de longbow me confirmó que, sí, que había tenido un buen día y que este arco de Hilary Greenland es un arco magnífico y al que espero sacarle mucho más partido.
Teo y Felipe en la misma diana
Por cierto, que siempre es una delicia hablar con gente que lee este blog y que se acuerda de uno u otro artículo. Y eso volvió a pasar hoy. Es fantástico porque significa que lo que escribes interesa a alguien con quien compartes esta afición y es siempre un incentivo para seguir llevando la cámara o escribiendo reseñas como ésta.
Foto chula de Patricia ante la atenta mirada del resto
La cola para la ansiada barbacoa
Jacobo y compañía haciendo el recuento de las puntuaciones
Os dejo con un mosaico de las fotos de los podios. Podéis ver la tabla de puntuaciones actualizada en este enlace.
Podéis ver la imagen en grande aquí
Antes de dejaros con el vídeo, merece especial agradecimiento una vez más el club Bastión de Alanos que, desde mi punto de vista, goza de una salud de hierro. Tiene una cantera y una base envidiables. Se sigue respirando un ambiente muy relajado y muy sano, con mucho sentido del humor y camaradería. Es un auténtica gozada pasar un día tirando flechas no solo en su campo, que estaba muy coqueto hoy, sino con la gente que ese campo atrae.
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