Serie de artículos sobre arcos nómadas por Fernando Baelo en donde compartirá lo que ha ido encontrándose en los últimos tiempos al querer aprender y profundizar en este tipo de arquería. Se presentan tres artículos que se irán publicando en sucesivas semanas. Tras la muy necesaria introducción, continuamos con un repaso al material.

Materiales del arco

Quizá lo primero que nos podemos encontrar al pensar en comprar uno de estos arcos es de qué materiales están compuestos y en qué division me incluirán si decido competir con ellos. Bien, lo habitual hoy día es localizar este tipo de arcos hechos con madera, fibra de vidrio y quizá carbono. La mayor parte de las marcas únicamente comercializan sus arcos con estos materiales ya que dan más rendimiento, mayor precisión y abaratan los costes. En algunos casos podemos encontrar que además de estos materiales modernos también incluyen cuerno, quizá con un fin más estético que otra cosa.

Materiales empleados en un arco nómada. Fuente: Arctic Bowyery – The use of compression wood in bows in the subarctic and arctic regions of Eurasia and America

¿Y qué supone esto? Si pretendemos competir con estos arcos vemos cómo se nos encajaría automáticamente en la categoría ARI (Arco Instintivo) en RFETA y en TR (Traditional Recurve) en IFAA. Eso sí, al carecer de ventana y demás, nos encontramos con un hándicap importante pero, a cambio, se nos permitiría usar flechas de carbono si así lo deseáramos.

Interior de Siyah. Fuente: http://www.atarn.org/letters/khotan_bow/khotan_discuss.htm

Si nuestro objetivo es tener un arco puramente histórico con el fin de poder competir en IFAA en categoría histórica tenemos una dificultad añadida. No es sencillo encontrar arcos de cuerno y tendón sin ningún elemento moderno, y cuando conseguimos dar con una marca que los comercializa tenemos los clásicos problemas: falta de stock y precios inasumibles. Hablamos de precios incluso superiores a los 1500 euros y que muchas veces debemos encargarlos con tiempos de espera de cerca de un año en fabricación. Además, existe otra problemática añadida: si el fabricante pone tanto empeño en hacer un hornbow absolutamente histórico siguiendo los métodos ancestrales, damos por hecho que los pegamentos serán naturales también 100%, como la vejiga de esturión, o resinas naturales. Y esto se da de bruces con la absurda restricción de IFAA que no permite pegamentos naturales en la categoría de arco histórico. Ningún artesano que dedique tanto esfuerzo y trabajo a realizar un arco pondrá epoxi motu proprio. Quizá por esto, casi ningún arco histórico de estilo nómada de los que suelen verse por los campos es puramente válido para los parámetros de IFAA.

Siyahs de arco manchú. Fuente: http://www.manchubows.com/manchu-bow

Existe una posibilidad, y es que los arcos biocomposite de Grozer en su descripción pone que la principal diferencia con el Extra III es que los pegamentos son actuales y que en el interior del arco lleva un refuerzo de fibra. Al no especificar de qué tipo de fibra se trata entramos en el debate, ya que Grozer nunca dice qué materiales usa o qué composición tienen para evitar que le copien el formato. Lo que sí se desprende es que no pone fiberglass, que es lo que nos excluiría de histórico. Al poner solo fibra puede entenderse que sea fibra natural, pero siempre nos quedará la duda.

Evidentemente, que un hornbow lleve pegamentos naturales en lugar de sintéticos no debería ser excluyente de la categoría histórico, por mucho que esto necesite de los cuidados especiales que requiere este tipo de arcos ante la humedad, el calor, la falta de uso y el poco mantenimiento. La norma está puesta por una cuestión meramente de seguridad, o al menos eso interpreto yo, pero creo que carece de sentido.

A continuación os dejo unas cuantas marcas de arcos para que podáis curiosear:

Con materiales modernos:

Hornbows (aquí podéis encontrar arcos de cuerno como también con materiales modernos si buscáis en las pestañas correspondientes):

Vástagos y flechas

Normalmente los vástagos de las flechas con las que se tira con este tipo de arcos son madera, bambú o carbono. Los dos primeros suelen usarse con hornbows, mientras que el carbono se usa principalmente en arcos de perfil más moderno.

Al anclarse más atrás de la comisura del labio la apertura de los arqueros es considerablemente mayor, por lo que se buscan tubos o vástagos de longitudes mayores, habitualmente que lleguen hasta las 31 ó 32 pulgadas.  Dado que la mayoría de arqueros usan en Europa el estilo mediterráneo, encontraremos casi todos los tubos de carbono preparados con longitudes más ajustadas, y en madera ocurre similar.

En las tiendas de arquería que os recomendé antes y en aquellas que vayan orientadas a estilos de tiro asiático podréis encontrar flechas que se ajusten a vuestras necesidades.

Algo que resulta especialmente llamativo es que ya os podéis ir olvidando de spines, de peso por pulgada etc. La mayoría de flechas que encontréis estarán espinadas de una forma muy general, tipo hasta 45# y desde 45# hasta 65#, y que obviamente tendrán mayor peso (bastante más de lo que se suele ver en los circuitos de recurvo con mediterráneo) cuantas más libras usemos.

Para el estilo asiático tiene muchísima importancia el largo correcto de flecha y el peso total de la flecha. En el primer caso, el largo viene determinado por la apertura del arquero y, como veremos posteriormente, la apertura del arquero varía según el estilo que quiera usar así como a elección del arquero mismo. Es decir, que no hay un lugar de referencia estándar como puede ser la comisura del labio en el mediterráneo. Encontraremos arqueros que anclan sobre su pómulo, otros bajo la barbilla, otros al aire tras la oreja sin que la mano esté en contacto con nada sino que será la pluma de la flecha o el mismo vástago el que deba contactar con algún punto concreto de la cara.

Esto dificulta enormemente comprar material con la longitud adecuada si no tenemos claro qué modelo de técnica queremos imitar y qué anclaje usaremos. Como recomendación, compra flechas largas y olvídate de si vuelan rectas o no. Trabaja tu técnica a poca distancia y asegúrate de anclar siempre en el mismo sitio. Cuando seas capaz de hacer siempre el mismo gesto entonces corta las flechas para ajustarlas a tu medida.

En este punto cualquier arquero con cierta experiencia pensará: “pero si corto el tubo o el vástago, esto afectará a la rigidez del mismo y eso hará que se me desvíen las flechas y tengan mal vuelo”. Efectivamente las flechas se desviarían hacia la derecha por excesiva rigidez. Lo que recomiendan hacer es ampliar la apertura del arquero (4 ó 5 milímetros cada vez) hasta que las flechas comiencen a desviarse hacia la izquierda, y así es como encuentran la flecha adecuada. Además, existen adaptaciones de la técnica para que la flecha evite tocar el arco y no necesiten la paradoja del arquero. Profundizaremos en ello más adelante en el apartado del kahtra.

El otro aspecto que recibe importancia es el peso de la flecha. Evidentemente no quieren que sus arcos se rompan, por lo que huyen de las flechas demasiado ligeras. Es más, llevan este principio al extremo buscando flechas pesadas, que minimizan el mal vuelo y que les aseguran consistencia en los tiros. El bambú es más pesado que la madera y quizá por esto, además de su mayor resistencia es muy usado con este tipo de arcos.

En el caso de la punta, lo habitual es encontrar puntas de 100 grains. No existe el abanico de elegir pesos de punta desde los 60 grains hasta los 180 o 200 como encontramos en casi todas las tiendas de arquería.

Desde luego, llama mucho la atención cómo para este tipo de arquería se presta muchísima más atención a la técnica del arquero que al ajuste milimétrico del material.

Os pongo un enlace de un tutorial de Blake Cole muy bueno sobre cómo marcar las flechas para hacer una señal provisional que os ayude hasta que encontréis el anclaje correcto y vuestra medida de flecha. Habla sobre muchas cosas más y es bastante ameno: https://sites.google.com/view/thebowhandanchor/home

Anillo de pulgar (thumbring)

Existen varios tipos de anillos de pulgar. El manchú o estilo ming y el coreano son los más llamativos, dado que tienen un diseño único.

El manchú consiste en un cilindro hueco en el que se introduce el pulgar, y que sujeta la cuerda apoyada en el borde inferior del mismo.

El anillo coreano, en su variante llamada "macho", tiene un apéndice sobre el que cierra el dedo índice y que es donde se mantiene la cuerda hasta el momento de la suelta.

Anillos de estilo manchú (fuente), Ejemplos de anillos de pulgar (fuente) y Anillo de estilo manchú agarrando cuerda (fuente)
C:\Users\Usuario\Desktop\korean_thumb ring.jpg
Anillo coreano "macho" (fuente: https://www.reddit.com/r/Archery/comments/4ffq1v/quick_reviews_on_thumb_draw_devices/)
Esquema de posición del anillo y ubicación de la cuerda. Croquis de Pablo Ruiz-Múzquiz

El anillo tiene la función de proteger la yema del pulgar ante el rozamiento de la cuerda, y los materiales de los que están hechos van desde el cuero hasta el metal, pasando por el cuerno o las resinas y plásticos varios.

Los anillos de pulgar podrían dividirse en dos clases: aquellos en los que la cuerda tiene contacto directo con el dedo, y aquellos en los que la cuerda no tiene contacto directo con el dedo. En estos segundos lo más habitual es que el anillo cuente con una ranura en el borde más cercano a la palma de la palma de la mano donde debe encajarse la cuerda. Este sistema hace que sea más seguro para evitar que la cuerda escape accidentalmente, y por lo tanto es el tipo de anillo indicado para iniciación.

Además, la presión que se ejerce con la cuerda en la base del anillo y la punta del dedo pulgar apoyada sobre la segunda falange del dedo corazón provoca que la uña del dedo pulgar se vea muy presionada, por lo que este tipo de anillos sólo se deben usar con arcos de poca potencia (para los estándares tradicionales de este tipo de arcos, es decir de 50 libras o menos aproximadamente).

En el próximo artículo de esta serie cubriremos los aspectos del técnica en mayor profundidad.