En busca de la flecha perfecta
Lo más importante a la hora de ajustar nuestro arco es hacer un buen casamiento entre la cuerda, la flecha y el arco.
El objetivo debe ser la transferencia total de la energía potencial que almacenamos en el anclaje, esta energía se va a transformar en energía cinética, hará volar la flecha hasta su objetivo y acabará disipándose impactando en la diana.
Partamos del supuesto de que hemos encontrado la flecha suficientemente buena para nuestro arco, con un spine y un peso determinado.
En este punto podemos vernos tentados por dos atajos hasta lograr la flecha perfecta:
- Por un lado podemos hacer más ligera la flecha, y generalmente más blanda, esta flecha se irá haciendo más peligrosa para el arco y el arquero cuanto más sigamos aligerándola. Llegados a un punto sería imposible hacer una suelta sin que la flecha se rompa. La ventaja que podemos encontrar con este atajo es básicamente una mayor rasante. Las desventajas son numerosas, inestabilidad, falta de agrupación, vibraciones en el arco que conducen a lesiones y a deterioro del mismo, etc.
- Por otro lado podemos hacer una flecha más rígida y pesada. A medida que la hacemos más rígida irá variando su comportamiento hasta cierto punto. Llega un momento en el que es tan rígida que da igual si seguimos endureciendola, simplemente es una flecha totalmente agarrotada. Al subir el peso aumentamos la cantidad de energía que es capaz de almacenar, pero al ir subiendo más y más peso sencillamente no podremos satisfacer su demanda y la flecha se hará lenta y perezosa.
Las ventajas de la flecha rígida y pesada son varias. Absorbe vibraciones y no castiga al arco y al arquero, perdona los pequeños errores de la suelta, se comporta igual a cualquier apertura, mitigando los errores derivados de la variación en la apertura debidos al cansancio. Hace que el ajuste fino del arco sea innecesario, influye menos el viento en su trayectoria y en el caso de las flechas de madera suelen durar mas tiempo por su resistencia extra.
Las desventajas son importantes, limitando muchísimo el rendimiento del arquero. Vuelan todas igual, pero igual de mal. No agrupan. Tardan en estabilizarse, siendo muy malas en tiros cortos. Y, por supuesto, tienen una rasante limitada.
Es una flecha que puede servir a duras penas para alguien que se está iniciando, pero quien quiera sacar el máximo partido a su arco deberá seguir probando aún hasta lograr la flecha perfecta.
Como siempre en el equilibrio está la virtud, y ante la variedad de opiniones y consejos que abundan en la red, solo cabe preguntarse por qué un fabricante de arcos recomienda una flecha pesada o por que un compañero está obsesionado con la rasante a cualquier precio.
Cuidados de la flecha de madera
Después del largo y meticuloso trabajo de construir una flecha de madera y tras comprobar que esta responde adecuadamente, es inevitable cogerle cariño. Nuestro deber es alargar su vida útil y sacarle el mayor provecho posible.
Siguiendo unos pocos consejos y buenas prácticas de sentido común, nos será fácil disfrutar de nuestras flechas durante mucho tiempo:
- Cuando las flechas reposen en casa, deben hacerlo de manera vertical, o en algún estuche adecuado de manera horizontal, previniendo que se comben. También es importante no almacenarlas en un lugar húmedo o someterlas a esfuerzos que las puedan deformar.
- En el transporte solemos llevarlas en un tubo, donde las plumas pueden rozar unas con otras y acaban deteriorándose. Hay que evitarlo sacándolas con cuidado o haciendo que viajen en una maleta para flechas, con una espuma que las separa unas de otras. Cuando las llevemos en el carcaj, conviene hacerlo sin llevar demasiadas para que no se rocen las plumas entre ellas.
- Al comenzar, finalizar y durante nuestros entrenamientos y tiradas, debemos inspeccionar las flechas en busca de posibles desperfectos, sobre todo por seguridad. Buscaremos grietas en el vástago, puntas melladas, culatines golpeados, etc.
- En la tirada, las flechas van a sufrir muchos impactos, procuraremos usar todas por igual, para no fatigar en exceso unas pocas flechas.
A la hora de extraer la flecha, podemos dañarla, para ahorrarnoslo usaremos un extractor adecuado y agarraremos la flecha de la parte más cercana a la diana para tratar que esta no se doble. - También es muy útil lubricar la parte delantera de la flecha, con una pastilla de jabón o algún producto similar, de esta manera podremos sacar la flecha con facilidad, además la diana sufre menos.
- Los días de lluvia no deben ser especialmente traumáticos para la flecha si esta bien barnizada. No viene mal pasarlas un paño para secar el vástago. La única precaución que debemos tener al final de la jornada es no dejarlas en un recipiente cerrado, tienen que secarse al aire, poco a poco y de manera uniforme. Las plumas pueden recuperar su forma original sometiéndolas a un pequeño chorro de vapor.
Para finalizar, es muy importante recordar que la flecha debe estar siempre recta, hay que aprender a enderezarla con soltura. No solamente es importante para que todas vuelen correctamente, es vital para que la flecha que sufra un impacto fuera de la diana aguante sin romperse.
Es mejor hacer pequeñas correcciones a menudo que enderezarla cuando este muy doblada. Al principio puede ser un poco frustrante enderezarlas, pero cuando se adquiere destreza es muy satisfactorio y hace que confíes aún más en tu material.
Nuestro instinto manda la flecha siempre a su objetivo, es nuestra parte consciente la que estropea el tiro, son nuestras dudas y ansias las que nos alejan del éxito. La confianza en nuestro material es algo que nos ayudará a ser uno solo con nuestro arco y dejar todo lo demás de lado.
Después de compartir estos consejos básicos con vosotros me gustaría aprender muchos más a través de vuestros comentarios. ¿Cuales son vuestros trucos?
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