No es raro escuchar entre los aficionados al tiro con arco, en particular en la modalidad de Bosque, que ellos no hacen "competición". Comentan que no les llama la atención, que no tienen "el nivel" o que se sienten presionados y no disfrutarían. Yo comprendo bastante bien esos motivos, muchos deportes pasan a ser una carrera competitiva en lugar de un simple disfrute de una actividad concreta en solitario o en compañía. Acaba resultando que tanto bueno es uno en competición y marcas, tanto disfruta uno de la afición en concreto...
El tiro con arco pertenece a los deportes en los que en realidad uno compite ante todo contra uno mismo. Ganar a otro arquero o arquera queda en un segundo plano porque no transporta la información verdaderamente relevante ¿eres mejor arquero ahora que en el pasado? Quizá por eso el arquero o arquera no necesita tanto de una competición y puede "limitarse" a ir de vez en cuando al club a perfeccionar la técnica y a concentrarse más en disfrutar de la propia actividad.
Pero entonces uno se pierde días como el pasado domingo en Bastión de Alanos, última jornada de liga de invierno de la temporada 2015/16. En un día y hora convenidos se juntan decenas de arqueros en unas 15 patrullas. Algunos se conocen, otros no, algunos han tirado juntos en el pasado, para otros incluso es la primera vez que participan en una tirada social tras un curso de iniciación hace pocos meses. El caso es que hay un ambiente festivo y relajado en un entorno natural en donde todos, fundamentalmente, quieren pasarlo bien y quieren pasarlo bien participando en un colectivo al que une algo tan elemental como un arco y unas flechas.
Es posible que el momento que más disfrute de estas tiradas sociales es la media hora larga que transcurre desde que cierras el maletero del coche con el arco montado y el silbato o petardo que anuncia el arranque del recorrido estando todos en nuestras respectivas piquetas de inicio. Ese rato de encuentro con la gente, tomando un café, notando cómo la mañana poco a poco va cogiendo temperatura, poniéndonos al día del material, viendo arcos nuevos, comentando las últimas noticias de la afición, felicitando a la gente por logros de los que nos hemos enterado es una delicia.
Los campeonatos oficiales en los que he participado tienen parte de esto, naturalmente, pero la anticipación e ilusión de las tiradas sociales suele dejar paso a la tensión y los nervios cuando estamos ante tiradas de corte más oficial. Se pueden disfrutar y yo las disfruto pero no es lo mismo y ahí sí que entiendo que haya gente que se muestre reacia a participar. En las tiradas sociales, sin embargo, es la oportunidad perfecta para probar un recorrido colocado expresamente para ese día sin el agobio de una competición oficial. Si me lee alguno que se lo está pensando, vive por Madrid y puede acercarse a Arqueros de Madrid o Bastión de Alanos, le invito a que me escriba y nos aseguramos de estar en la misma patrulla en la próxima tirada social que organicen uno de estos dos clubes, que son los que más frecuento con gran diferencia. Hecha esta pequeña reflexión, os resumo cómo fue el día en Bastión de Alanos.
Una vista de la sierra. A la derecha quedaría San Lorenzo de El Escorial
Se suponía que el día iba a ser una mezcla de nubes y claros con una temperatura fresca con rachas más agradables pero al final fue un día de sierra espectacular. Fue llegar y estrechar las manos y dar dos besos a mucha gente que hacía un par de meses que no veía. Muchos preguntaron por Angela y me dieron recuerdos para ella que luego le trasladé por la tarde (se había quedado en casa tras una noche en vela). En esta ocasión me tocó una patrulla de recurvos. Javier Quintano y su hijo Javier Quintano JR (que tiraba poleas como la mayoría de chavales) y Jorge Alarcón. Javier padre había tirado un año con poleas y llevaba apenas dos meses con un recurvo. Su hijo tiraba con un arco de poleas muy cuco y Jorge Alarcón iba también con su recurvo. Todos los arcos eran muy buenos arcos, por cierto. Éramos la patrulla 12 así que nos fuimos a la piqueta 12 a esperar junto a un gran árbol que nos dieran la señal de salida.
De izquierda a derecha, el que escribe, Javier JR, Javier y Jorge
Se trataba de un recorrido de 22 dianas en ronda Cazador3D que otorga a una sola flecha 20 puntos en la zona de vital y 10 en el resto del animal. Las distancias, al tratarse de IFAA, son generosas aunque no es la ronda más exigente en ese sentido quizá por la restricción de una sola flecha por diana.
En una ronda similar, la Hunter3D, que a una flecha otorga 20 puntos al muerto, 16 al vital y 10 al herido, se considera para longbow/flatbow y 28 dianas una buena actuación si superas los 200 puntos. Por supuesto que los grandes tiradores se permiten superar los 300 puntos pero no estamos hablando de ese nivel. ¿Qué significan esos 200 puntos? Dado que se espera que falles no pocas dianas, esos 200 puntos representan una buena actuación en al menos la mitad del recorrido. Esto en puntuación media por diana se traduce en 7.2 puntos más o menos. La ronda Cazador3D es más generosa en puntuación al fusionar los 16 puntos del vital con los 20 del muerto por lo que se espera que la referencia de 200 puntos para una misma actuación deba actualizarse hasta, no sé, los 230 puntos para las mismas 28 dianas, lo que sube a 8.2 puntos la media por diana. Todo este rollo de los puntos lo comento para dar a conocer a los arqueros que siguen World Archery y no están familiarizados con IFAA cómo funcionan algunas de las rondas más particulares que se usan en las competiciones. En fin, que para 22 dianas y una puntuación de 8.2 por diana, la puntuación final de referencia que uno podría querer tener en longbow/flatbow es de 180 y quizá unos 230 para recurvo.
Creo que fue la primera diana, así da gusto empezar
Empecé bien, sumando varios 20's seguidos. El vuelo de la flecha era muy limpio, recto, con la ligera parábola que los 30, 35 ó 40 metros exigían. Javier JR demostró desde el principio que se encontraba en su salsa y tiraba con desparpajo y seguridad, metiendo buenos flechazos en el vital. Javier padre y Jorge tuvieron un arranque más duro. En el caso de Javier las flechas se le iban sistemáticamente por arriba un palmo o incluso más. De lateralidad apenas tenía problema pero las 55# de su arco parecían impedir que la flecha cayera a tiempo. Jorge, por el contrario, sufría más de lateralidad que de altura. Con toda naturalidad comentamos diferentes aspectos de la técnica, buenas prácticas y todo eso. A mí esas conversaciones siempre me encantan y trato de no sentar cátedra salvo que vea alguna mala práctica o concepción claramente dañina. De lo primero que nos dijeron a Angela y a mí cuando nos metimos en esto fue que cuidado, que "cada maestrillo tiene su librillo" y que seríamos testigos de una cantidad interminable de consejos y críticas, la mayoría sin criterio, de aficionados al tiro con arco. Efectivamente, así ha sido estos dos años y como no quiero ser otro maestrillo más, me suelo guardar mis consejos y me corto mucho salvo que alguien realmente me pregunte si puedo hacer algún comentario constructivo.
Una tirada buena para toda la patrulla hacia la mitad del recorrido. El bicho estaba tras unos árboles.
En fin, volviendo a la tirada en sí, fuimos de diana en diana relajados, disfrutando de las vistas de la sierra, sin apenas tapón por la patrulla de poleas "rápidos" (en serio, eran realmente rápidos) que nos antecedían. Encadenaba buenos tiros y llevaba creo que ocho dianas sin fallar cuando apareció Jacobo Arroyo, "alma pater" del club y se puso a hacernos fotos en una propuesta de tiro que escondía un desnivel hacia abajo de camino a un cervatillo que acababan de comprar. Supongo que fue por el desnivel pero el caso es que fallé (se me fue un palmo por arriba) y rompí la racha... Creo que esa diana en concreto se volvió casi nueva al almacén esa tarde porque a mucha gente le sucedió exactamente eso.
La patrulla de delante, unos poleas realmente rápidos, ¡lo nunca visto!
Preciosa como siempre la diana en la charca que tienen, en esta ocasión con el cocodrilo. Magníficas las propuestas a la que uno tiene que subirse a un pequeño peñasco o piedra así como las de tiros muy picados hacia abajo. No recuerdo en esta ocasión la necesidad de tirar arrodillado, una práctica que me encanta aunque sólo la elijo si realmente resuelve mejor el tiro. Esto probablemente quiere decir que los tiros en general eran limpios, sin ramas bajas en la dirección del tiro. Creo que la impresión generalizada era que el recorrido no era especialmente complicado y probablemente se debía en parte a esta circunstancia a pesar de que las distancias no eran fáciles.
Sí notaba que aunque mis tiros iban muy bien dirigidos en general, mi suelta no era su mejor versión. Ya lo había detectado el día anterior en Arqueros de Madrid cuando practicaba tiros lejanos. Aguantar el anclaje un segundo o dos segundos más ante estos tiros largos "para asegurar" tiene como consecuencia, de momento, que acabe por relajar los músculos de la espalda lo justo para que sea el brazo de la cuerda el que pasa a soportar la tensión. No completamente, desde luego, ya que en los vídeos se ve que la espalda sigue bien formada, pero lo suficiente como para que cuando la cuerda se escape de los dedos, los dedos de la mano salgan despedidos hacia fuera de la cara y haya poco "retroceso" del brazo en general. No es una suelta explosiva, es más parecida a una mezcla de suelta estática con algo de inercia hacia atrás. Afortunadamente, como el resto de la técnica está relativamente bien ejecutado (alineación, concentración, grip, anclaje, etc) pues el tiro sale bien. Aparte, el arco admite este tipo de errores de suelta mínimamente laterales. El riesgo más claro es que la flecha se queda un poco baja porque nos vayámos encogiendo poco a poco y perdamos apertura y eso es exactamente lo que sucedió en el último tercio del recorrido con las dianas más largas. ¿Cómo puedo corregirlo? Practicando más y más la tensión muscular de la espalda. Encontré un truco que me funciona bastante bien pero que tengo que ser muy consciente de ello o se me olvida y que consiste en que cuando he anclado, tiro desde el hombro hasta el codo de mi brazo de la cuerda hacia abajo terminando de enganchar un puzle en los músculos de la espalda. Es como si tuviera una pieza con un hueco a la izquierda de mi espalda y jugara a rotar y acercar la pieza que encaja con el movimiento de apertura de mi otro brazo. Ese movimiento de forma normal deja la pieza móvil a unos pocos centímetros de encajar y con ese gesto de "bajar el codo" la pieza terminar de encajar y hacer "clac" figurado.
Hacia la mitad del recorrido y con el sol pegando fuerte me sucedió algo que debería prevenir más y es un bajón de azúcar, un pequeñísimo soponcio normalmente producido por el solazo que hacía. En lugar de esperar a beber agua o estar a la sombra cuando me da, debería ir viéndolo venir. En fin, que tenía el cuerpo bobo durante 4 ó 5 dianas y fallé creo que un par. Luego busqué un poco la brisa en la sombra, bebí agua y comí unas pocas avellanas que siempre llevo y me recuperé inmediatamente para cerrar el recorrido con tiros con suelta muy discutible pero no muy fallón. Al final obtuve una puntuación de 250 puntos, una media de 11.4 puntos por diana, que me confirmó las buenas sensaciones del día a pesar de unas sueltas para el examen de recuperación. 250 puntos en 22 dianas eran 70 más de la referencia que tenía en mente para una buena tirada, imposible no quedar muy contento.
Con los Javieres y Jorge me lo pasé genial. Vero me había dicho cuando recogí mi tablilla de puntuación que eran "majísimos" y estaba en lo cierto. Ojalá coincida de nuevo con ellos en alguna futura tirada y me encantará ver cómo han seguido con sus arcos recurvos. A Javier JR se le ve muy capaz, me da mucha envidia que haya empezado tan pronto en el tiro con arco.
La mayoría de patrullas fue terminando a la vez y nos fuimos reencontrando en la zona de casetas. El sol estaba radiante, la barbacoa sacaba panceta, salchichas y lomo a buen ritmo y las fuentes de ensalada desaparecían una tras otra mientras pedíamos unos más refrescos y otros más cerveza. Ahí fuimos compartiendo las sensaciones y había de todo, gente muy satisfecha y otra no tanto pero en general buen ánimo y ganas de seguir disfrutando el próximo día. El ambiente en Bastión de Alanos en estas jornadas de liga es siempre muy bullicioso y se forman corrillos a la sombra de algunos árboles o casetas, cerca de donde va saliendo la bebida y la comida y también en las mesas estilo merendero que han montado. Además, y eso que no soy muy de chavalería, el ambiente familiar es muy agradable y creo que lo hace mucho más redondo.
A eso de las 14.30h, perfectamente organizado, fueron anunciando los diferentes podios entre aplausos generalizados y bromas varias cuyo máximo exponente era siempre el maestro de ceremonias, el gran Haritz, que iba llamando a la gente a subir a los distintos cajones del podio.
Cachopalo a la izquierda y Javier Gamboa a la derecha
En categoría Longbow me llevé el primer puesto así que repetí el mismo cajón que en febrero y me llevé el segundo doblón de oro como premio especial que sumé al primero en mi otra participación en febrero.
Son como monedas muy grandes, muy agradables al tacto, metálicas y muy bonitas, estoy pensando en dónde lucirlas aún
Antes de dejaros con el vídeo y las fotos, me gustaría agradecer a Bastión de Alanos y a toda su gente el ejemplo de ilusión y actividad que están demostrando. Son una auténtica fuerza viva del tiro con arco en bosque y es muy contagioso. Los que me leáis y podáis acercaros a este club alguna vez, no lo dudéis. Los datos de contacto están en su web.
Os dejo con un vídeo centrado en algunas tiradas y sueltas defectuosas (así que veréis el tiro normal y luego la suelta a cámara lenta, no todas son malas sueltas) y un resumen muy rápido de los podios.
Aparte, os dejo también con las fotos del resto de podios. Las fotos de los niños, según me dijeron, cuentan con la autorización de sus padres o tutores pero si alguno cambia de opinión, me lo comenta y las retiro ipso-facto.
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