Angela disfruta de un ratio "veces que tiro/calidad de mi técnica" envidiable. Salvo las obligadas excepciones, puede estar dos meses sin tirar y al volver al campo con su arco, mantener casi intacta su técnica de tiro. Le ha costado un tiempo pero una vez que la ha conseguido, es capaz de invocarla en cualquier momento.

Aquí tenéis un ejemplo a cámara lenta de un tiro de ayer mismo, tras mes y medio sin tirar.

¿Cuál ha sido su camino hasta aquí? El inicio fue muy duro, comprando un arco de 30 libras que no llegó nunca a dominar del todo. Los que nos conocéis ya sabéis la historia, estuvo a punto de dejar de tirar. Se dio una segunda oportunidad con el Bodnik Slick Stick de 25#, un arco relativamente corto, de 58", pero de apertura muy suave (su perfil réflex-déflex casi longbow ayuda) y muy rápido.

Con el nuevo arco, hace dos años y medio, volvió a empezar con la técnica básica. En nuestro club, Arqueros de Madrid, se la saben bastante bien y siempre puedes recurrir a Néstor Laccassagne o Alberto Díaz, por ejemplo, para una sesión privada de refuerzo. En este tiempo empezó a abrir más con la espalda y menos con el brazo. También empezó a evitar el anclar y luego "apuntar" para hacerlo al revés y finalmente empezó a controlar el famoso "codo respingón" hasta dejarlo muy paralelo a la flecha.


Secuencia de tiro en Normandía en 2016

Ella se planta frente a una diana, erguida pero no hiératica, perpendicular pero con la pierna derecha ligeramente adelantada. Levanta el arco y lo orienta según su intuición, todavía sin tensar. Flexiona su brazo del arco dos o tres veces para asegurarse de que su codo izquierdo apunta paralelo al suelo (así evita que su brazo se meta en el camino de la cuerda y se golpee) y deja el brazo colocado recto. Asegura de nuevo la orientación, girando todo su tronco, brazos, cabeza y arco de forma solidaria. Cuando "lo ve", abre el arco con un movimiento que eleva mínimamente el arco para volver a bajarlo cuando llega al anclaje. En ese punto, balancea verticalmente el arco durante dos o tres segundos, sin prisa, buscando algo que haga clic. Puede que sea una referencia en su visión periférica respecto de la diana o puede simplemente poner toda su concentración en el punto más pequeño de la diana donde quiere dar pero el caso es que cuando termina ese balanceo, se compromete con ese tiro. Aguanta un segundo largo en una postura muy estable y entonces se produce la suelta, limpia, rozando la cara, hacia atrás buscando hacia el final el hombro mientras el arco cae levemente.

Aquí podéis ver un vídeo de 3 minutos con tiros de ella a velocidad normal a primeros de enero, precisamente mes y medio antes del vídeo de arriba.

¿Qué le permite mantener una base tan estable? Bueno, en primer lugar ha sabido ir eliminando movimientos superfluos y vicios. No dedica tiempo a gestos que no le aporten nada útil. El anclaje no es un ir y venir de la mano ni hace muecas con la boca. La suelta no es estática ni explosiva y tampoco es extravagante cuando va hacia atrás. Son movimientos que parece hacer sin mucho esfuerzo. Las 25 libras de su arco están constantemente ayudando a que sólo tenga que preocuparse de la técnica. La rasante de la flecha, que podría ponerla a prueba (y la pone, lógicamente) se compensa con flechas de alto rendimiento diseñadas a medida para ella. Ella se apoya en la tecnología disponible en el arco y las flechas para tener un equipo idóneo para ella. Una vez que sabe que su equipo rinde al 100%, es consciente de que sólo depende de ella el eliminar el "ruido" en la técnica. Siendo licenciada en física como es, está bien preparada para buscar la elegancia y sencillez en la forma (diagrama de fuerzas) al mismo tiempo que busca sin descanso identificar las fuentes de error más relevantes.

Esto no significa que haya llegado a su techo, ni mucho menos. Puede seguir progresando. Como casi todos, tiende a bajar el arco demasiado pronto al soltar la flecha y a veces transfiere parte de la fuerza de la espalda al brazo de nuevo, haciendo que suba un poco el codo sobre todo si "descansa" la mano en el punto de anclaje. Cuando está cansada, la flecha "avanza" lentamente durante el proceso de balanceo haciendo que la apertura pierda una media pulgada, lo suficiente para errar en un tiro lejano que no perdona una flecha más lenta.

Tampoco significa que tenga nivel de podio en las competiciones en las que participa (ni le importa lo más mínimo). Para ello, hace falta tanto buena técnica como tirar muchísimas flechas y ella renuncia a lo segundo. Pero tiene ese nivel de calidad en donde los fallos son puramente de altura y su ejecución una constante diana tras diana. Ha alcanzado ese nivel en el que es posible disfrutar sin miedo porque hay seguridad en todo el proceso. Recuerdo que nos dijeron cuando empezamos que era a partir del primer año cuando hacías "clic" y empezabas a "darle" a casi todo. Esa regla tiene demasiados condicionantes así que no me la acabo de creer pero yo diría que, hace unos pocos meses, Angela pasó por ese momento y ahora podría bastarle con mantenerse en ese punto para disfrutar en cada visita al campo.


Momento casualidad total en el que tirábamos de a dos y estábamos anclando


Suelta prácticamente al unísono. Se observa la torsión que yo ejerzo en mi arco mientras el suyo se mantiene perpendicular

Cuando le pregunté qué factor considera de los más importantes para no sabotearte a ti misma me dijo "Si se llama tiro con arco, mejor será que te asegures de que tu arco te ayude, que sea de tu talla..."