Tras el fantástico día que pasamos en la segunda jornada de esta liga invernal, estaba deseando que llegara la siguiente jornada, la de hoy. Bastión de Alanos había elegido la ronda Hunter 3D, las más dura de todas las que conozco de IFAA, que consiste en disparar una sola flecha a 24 dianas en rangos de distancias generosas.

Yo volví con mi arco histórico, el longbow desmontable inglés, con la esperanza de repetir las sensaciones de la otra jornada. Hay pocas oportunidades para tirar un recorrido desconocido con mi arco histórico así que uno no puede desaprovechar las tiradas de Bastión de Alanos.

Llegué algo antes de las 10.30h y mientras atravesaba con el coche el último tramo antes del aparcamiento del club ya podía ver un nutrido grupo de arqueros y arqueras practicando en la línea de tiro. El día estaba algo nublado pero cada vez hacía menos viento así que el golpe de fresco al salir del coche fue todo lo que pudo hacer la sierra hoy para asustar, porque dos horas más tarde teníamos un cielo despejado, un sol radiante y una cara calentita.

Me fui directo a la caseta de las inscripciones, cada día más coqueta, y pronto pude ir con mi hoja de puntuación a las dianas de calentamiento. Mi objetivo era poner mi cerebro y mi cuerpo a tono de nuevo con el arco, ya que ayer había cometido la imprudencia de ir a tirar a Arqueros de Madrid con el flatbow (mi Falco Force) por la mañana. No fue muy bien así que después de comer recuperé el longbow histórico para deshacer el desaguisado y los resultados no fueron muy alentadores. ¿Sería suficiente el parche del sábado por la tarde y el calentamiento esta mañana? ¿Podría recuperar la intuición que este arco exige? Ésa era la idea.

El calentamiento fue breve y me centré en la suelta, no en apuntar a algún sitio en particular y los resultados estaban dentro de lo aceptable. Las flechas volaban rectas y algunas regalaban la rotación inversa de las plumas que queda tan elegante. Desde luego, para este arco de 40 libras, las flechas de 30-35# de spine y 70 grains de punta van fantásticas.

Mi patrulla, la 13, estaba compuesta por dos parejas de BHR (recurvo instintivo). Eran Alejandro, Vanessa, Raúl y Belén. Alejandro y Vanesa llevaban unos pocos meses tirando, mientras que Raúl y Belén apenas habían empezado a tirar ¡tres semanas atrás! Durante los momentos previos a salir hacia nuestras dianas de inicio, pude saludar a bastante gente, siempre cariñosa y, como dirían en inglés, welcoming. Tuve que desvelar el gran misterio de la ausencia de Angela en la tirada (viendo que el día no iba a ser frío) no pocas veces. Un "madrugón" por fin de semana, se acepta, pero no dos, así que tras la jornada del sábado tirando en Arqueros de Madrid, decidió cobrarse el sacrificio quedándose en la cama más allá del mediodía :D

Empezamos tirando paralelos a la vía del tren, creo que a un corzo tumbado. Un tiro ligeramente en pendiente, a unos 20 metros. Se me fue tres palmos por arriba en la línea del corazón. "Bueno" --pensé-- "el proceso de calibración sigue en marcha". Sí y no. Según avanzábamos en las dianas, cometía fallos de altura, uno tras otro. Como la línea la respetaba, a veces me llevaba el premio de consolación de la pata delantera, pero no conseguía "ver el tiro". Es como si el arco me lo acabaran de prestar y estuviera tomando medidas. Pero claro, la ronda Hunter, a una sola flecha, es despiadada con las dudas. Tiras la mitad de flechas que en una ronda normal y nunca repites tiro. No hay margen para mejorar si no vas "enchufado" desde el desayuno. Y yo no estaba enchufado.

Encadené ceros como hacía tiempo que no hacía. En general, se me iban bajas, clavándose a los pies. Alternaba con flechas rozando el lomo y luego de nuevo bajas. Empecé a reflexionar sobre esas flechas bajas y pensé que podía deberse a dos motivos:

  • Mi cerebro estaba perfectamente calibrado pero estaba abriendo media pulgada menos de lo que debería. En este arco, sin materiales modernos, esas cosas se notan en la velocidad de la flecha.
  • Estaba anclando donde debía pero mi cerebro estaba mezclando intuición del Falco con falsa memoria del longbow inglés y mi cabeza veía vuelos de flecha que luego no se daban.


Probablemente el tiro del día. Un corazón a 40 metros de Belén.

Probablemente era una mezcla de las dos pero yo apostaría algo más a la primera que a la segunda. En fin, cuando suceden estas cosas lo mejor es aprovechar al máximo el tiempo para ejecutar la técnica lo mejor que uno puede y no preocuparse tanto por impactar. Lo que no puede pasar es que tu forma de tirar se desmorone más y más en cada diana y acabes tirando a lo loco y jurando por lo bajo.

El resto de la patrulla estaba sufriendo la ronda Hunter igual que yo pero con resultados más razonables. Para Raúl y Belén, que era su primer recorrido, ya me sorprendió que pudieran dar a más de 4 ó 5 dianas, honestamente. Alejandro y Vanesa, llevando tan pocos meses, tuvieron una actuación muy interesante, con técnicas de tiro agradables de ver. Volviendo al caso de Belén, mi impresión, que compartí, fue que llevaba un arco al menos 5 libras más duro de lo que yo hubiera recomendado (llevaba uno de 35#). Bajo la ilusión de tener un arco "crecedero" con el que puedes hacerte a base de tirar flechas, está la realidad del abandono y frustración en el tiro con arco. Angela y yo lo hemos visto en estos casi cuatro años que llevamos tirando; nadie deja de tirar por tener un arco de menos libras de las que uno cree que puede dominar, pero el caso contrario constituye el motivo número uno de abandono. ¿Y sabéis por qué? Porque salvo que tires todos los días con el arco, este deporte no te pone "cachas" de espalda. No es el deporte más exigente en ese aspecto así que, o te pones fuerte con otro deporte, o tiras casi todos los días o el milagro no va a suceder.

El campo estaba precioso. Corría agua por el riachuelo que cruza de lado a lado el campo. Cierto es que más que correr, el agua andaba, pero la visión era muy bonita y como el recorrido era un ocho deformado, lo pudimos cruzar varias veces. Hubo tiros fantásticos. El más espectacular quizá fue aquél en el que te subías a una peña en lo más alto del campo tirando picado a una cabra a unos 30 metros. La nutria en la laguna también quedaba de foto y el del jabalí tirando desde un hoyo en el suelo tenía su aquél. En general, Bastión de Alanos volvió a sacar mucho partido de la finca y no se hizo nada repetitivo con variedad de distancias, animales y presentaciones. Puede que uno no tenga el día pero sabe apreciar cuando el recorrido está bien montado y así fue.

Terminamos pasadas las 13.30h y la barbacoa empezaba a desperezarse. Fuimos de las primeras patrullas que terminamos así que tuvimos tiempo de refrescarnos y relajarnos mientras el resto de la gente volvía poco a poco. Me entretuve tanto hablando con la gente, que cuando "desperté", había una cola enorme esperando su ración de paella o su bocadillo de chorizo, salchicha, lomo o morcilla. No pudo faltar el análisis a vuelapluma de la situación de IFAA (al fin y al cabo, estamos en un club muy pro-IFAA) con el cese de actividad de ANAB y la creación de AAL. En general, los presentes coincidíamos en los muchos quebraderos de cabeza que estaba dando la actual situación. Yo compartí con algunos nuestra decisión, entre las amistades arqueras, de crear un Club Deportivo como vehículo para resolver la afiliación a AAL. Sobre esto escribiré más tarde este mes, porque tiene su interés. Con Antonio Sánchez estuve hablando largo y tendido, no ya sobre AAL sino sobre el tipo de tiro con arco que se practica en España y cómo podíamos plantearnos cosas más originales con la excusa de un nuevo club, por muy virtual y accesoria que sea su naturaleza.


El que escribe, con su longbow inglés

Alejandro

Vanesa

Balén

Raúl

Y cuando todo el mundo tuvo la panza como la quiso, llegaron los podios y los aplausos. Hubo alguna confusión embarazosa con alguna categoría pero en general la cosa se desarrolló muy bien. Es un momento muy bonito, el reconocimiento del resto de participantes aplaudiendo la actuación de los mejores ese día. Luce más cuando la categoría tiene tres en el podio. Para los raritos que estamos en categorías prácticamente individuales no sé si merece la pena llamarnos al podio. Es muy espíritu IFAA, cierto, pero a lo mejor yo lo dejaría para los podios finales de la liga, es un pensamiento.


De izquierda a derecha, yo mismo, Vanesa, Alejandro, Raúl y Belén, una compañía magnífica

Me despedí de todos y me fui al coche, que estaba bien calentito y con la cera natural para la cuerda del longbow, digamos que en cierto estado "meloso", cosa que me vino bien, tengo que reconocer, para darle un buen barniz y luego desmontarlo hasta la próxima.

Hoy no disfruté de los tiros en sí, porque estaba muy fallón, pero eso no consiguió amargarme el día y me llevé a cambio buena compañía y estupendas conversaciones. Ah, y no tengo claro que vaya a cenar algo esta noche :) Os dejo con un vídeo resumen cortito del día de pequelos clips de pocos segundos puestos uno tras otro.