Resulta curioso pensar que hace un par de meses creía que no podría tirar en las primeras jornadas de la liga Centro IFAA en España a raíz del cese de actividad de ANAB y la súbita aparición de AAL. Sin embargo, todavía con la cara enrojecida y la piel con esa sensación caliente característica de un día en el campo, escribo esta crónica de una jornada muy completa que empezó esta mañana sobre las 6.30h cuando sonó el despertador y terminó a eso de las 18.30h cuando por fin pude aparcar por mi zona.

Cuando me levanto muy temprano para ir a una competición de tiro con arco, el problema que se me presenta es ¿qué demonios desayuno si no me entra nada a esas horas? Y hay una solución que me funciona y que prefiero no juzgar mucho; comer un par de donuts. No sé si es el azúcar o la textura suave de bollo, pero eso funciona y me aseguro de ir más despejado.

Y eso es lo que me vino genial hoy antes de estar una hora y media en la carretera, desde la zona de Ventas en Madrid hasta el campo de tiro de Arqueros del Alto Tajo en Trillo. Era la primera vez que iba a ese campo y el trayecto en solitario se me hizo larguísimo. El caso es que por muy largo que se me hiciera, llegué a la hora acordada, las 8.30h. El bullicio hacía tiempo que había comenzado pero aún no había más que dos o tres personas en la línea de tiro calentando. La mayoría estaba de charla, confirmando su inscripción para tener el dorsal o pasando por la revisión del arco.

Hacía un tiempo fantástico pero el sol, aunque cegaba por lo intenso y por la baja altura, aún estaba a hora y media de dar algo de calor. Era habitual ver a la gente hablando rodeada de vaho y frotándose las manos para evitar que se quedaran ateridas.

Al confirmar mi inscripción descubrí con humor que me habían puesto por error en la categoría de Longbow Veterano en lugar de Longbow Senior y subsanado el error creo que entonces procedieron a hacer algún cambio en las patrullas porque posteriormente yo no estuve en la que originalmente me habían asignado.

Mientras alternaba entre las dianas de calentamiento y las zonas donde daba el sol de lleno para recuperar algo de sensibilidad en los dedos, puede saludar a bastante gente habitual de éstas y otras tiradas. Cada vez son más las caras que reconozco, ya sea de hace una semana en una tirada o hace un año, y espero que siga siendo así por mucho tiempo. Siendo la primera tirada de la liga y de las primeras de la temporada, se podía apreciar un buen ambiente, muy sano y enfocado a que todo el mundo lo pasara bien. Se dejaron ver algunos arcos históricos, preciosos, como el Grozer de José Antonio o el mongol de Pedro Javier (los veréis en el vídeo). Estaría genial ver más, teniendo en cuenta que IFAA sí cuida esa categoría. Es cierto que no es perfecta y admite a muchos arcos muy diversos dentro del mismo paraguas pero es suficiente para animar a la gente a plantearse tirar exclusivamente con arcos históricos.


José María, Eugenio, el que escribe y María del Mar (al término)

Mi patrulla estaba compuesta por Eugenio, José María, María del Mar y yo mismo. Todos longbows. A María del Mar la conocía de Bastión de Alanos pero con Eugenio y José María no recordaba haber coincidido en el pasado. Admito que, salvo en las ocasiones en las que lo que me apetece es ir a tirar con mis amigos, prefiero patrullas en donde no haya coincidido con todo el mundo anteriormente. Curiosamente, ésa era la proporción de mujeres y hombres. Ellas suponían una cuarta parta del total. Para lo que yo creo que da de sí esta afición y que he visto en otras ocasiones, me pareció una presencia escasa y me gustaría seguir muy pendiente de este tema.


María del Mar a punto de tirar contra una araña en un tiro muy picado, precioso

El recorrido de 28 dianas a dos flechas por propuesta estaba dividido en dos bloques de 14, recorrido rojo y recorrido azul. Esta fórmula en forma de ocho en donde el punto de encuentro es el centro del ocho es muy típica de Reino Unido en donde, siempre que pueden, montan recorridos para darse un buen paseo y hacer que la parada técnica entre las dos partes sea un momento de cierto relax y salchichas con bacon. Aquí estaba justificadísimo porque pronto me di cuenta de que el campo de Arqueros del Alto Tajo es particularmente completo y variado, duro con las piernas, un magnífico ejemplo de lo que uno imagina cuando piensa en tiro con arco 3D y se lo quiere contar a gente interesada.


Un buen par de flechas

Los donuts hacía tiempo que estaban en los pies así que tiré de avellanas y anacardos que pasaron bien con un poco de agua según íbamos en fila india al recorrido azul. Inmediatamente empecé a apreciar las características del campo. Bosque mediterráneo, mucho arbusto sobre arcillas y areniscas rojas y coronado por pinos, encinas y sabinas en continuos desniveles que amenazaban con romper tobillos al menor descuido. Las peñas que se asomaban constantemente, ya sea directamente como costras en el terreno o como salientes facilitaban que las subidas y, sobre todo, las bajadas, se hicieran con mayor confianza de lo que sería habitual. En cualquier caso, nuestra patrulla no se libró del ocasional "resbalón de culo", afortunadamente sin mayores consecuencias.


La patrulla que nos atecedía con gente de mucho nivel

Las propuestas en sí eran de primera categoría. Animales prácticamente nuevos en todas las configuraciones posibles. Tiros picados, con efecto túnel en un pasillo de maleza o en ligera pendiente y muy lejanos, dos flechas desde la misma piqueta o una flecha desde cada piqueta, etc. Los animales grandes y medianos, los de los grupos I y II, permiten la doble piqueta y este tipo de propuesta es un regalo para el arquero. Muchas veces representan dos tiros muy diferentes. No fue en este caso, donde la segunda piqueta solía estar simplemente a escasos metros en línea recta de la primera, haciendo que el tiro se pareciera mucho, pero en todo caso te obligaba a repensar el tiro de nuevo incluso aunque hubieras dado con la primera flecha.

Como es tradición en tiradas IFAA, no faltaron los comentarios sobre lo lejano que tal o cual diana estaba. Para el que no esté acostumbrado a IFAA, hay que recordar que para los animales más grandes, la distancia máxima pasa de 30 metros en WA a 54 metros en IFAA, casi el doble.

Este pensamiento de que las dianas estaban "lejos" se coló de lleno en mi cabeza, que llevaba dos meses habituada al longbow inglés, un arco más lento que el Falco Force con el que iba hoy. Así, entre que seguía tirando con la mente habituada a un arco más lento y que las dianas no estaban TAN lejos, era habitual que los fallos de altura fueran por exceso. Las flechas quedaban bien agrupadas pero a medio palmo o un palmo por encima del animal, en el parapeto. Necesitaré al menos un mes de vuelta con mi Falco para retomar el control del vuelo de sus flechas.

Seguía con mi terquedad de darle la oportunidad a la dactilera, con la que he empezado a tirar tras 3 años con el guante, y en general no me hacía ningún flaco favor. La suelta no era de las mejores (un poco hacia fuera, en dos tiempos, por efecto del torque de fuerza que ejerzo con la cuerda) pero tampoco era para echarse a llorar y desde luego que no tuvo ningún impacto en el resultado, que prácticamente sólo dependía de la altura.

Sí que sentí que tuve algo de mala suerte en el recorrido azul con un par de flechas escupidas y muchos "casi pulmones" que eran eso, "casi", pero en general en la patrulla tuvimos nuestra dosis de mala pata bien repartida.


El oso a 54 metros

Me gustó especialmente el tiro lejano, a 54 metros (creo) del oso. Era el primero en tirar así que no tenía referencia y metí las dos flechas bien alineadas (pero lo suficiente a la derecha para esquivar el pulmón). A cambio, en el león más adelante, un tiro precioso cuesta abajo, se me fueron las dos rozando el lomo.

La pausa llegó sobre las 12 y duró como unos 20 minutos. Tiempo suficiente para beber agua y lo que no era agua, pasar un rato a la sombra e intercambiar impresiones con el resto de participantes. La sensación generalizada era que el recorrido estaba espectacular y que además de extenuante, estaba repleto de retos. Esos retos eran bienvenidos y, dentro del espíritu IFAA de no tener que poder darle a todo, permitían estar orgulloso de haber dado siquiera a tal o cual animal.


Congregación de arqueros a la sombra

Para entonces, el vaho había dejado paso al sudor porque el sol ya estaba bien arriba y pegaba de lo lindo así que estábamos en un día primaveral a excepción del campo, que todavía vivía en el invierno y estaba algo apagado de color. En esta primera parte del recorrido nuestra patrulla había tenido suerte desigual. Yo había sido incapaz de meter sistemáticamente las dos flechas y la que metía, que solía ser la segunda, rara vez pasaba del tocado. María del Mar no conseguía dar con las distancias y muchas veces la flecha se quedaba a varios metros del animal. Por lo demás, ejecutaba su técnica con normalidad. José María empezó muy frustrado porque se veía haciendo sueltas horribles pero poco a poco se fue recuperando y terminó mucho más entero. Finalmente, Eugenio (a quien María del Mar se empeñaba en llamar Emilio) empezó bien, luego tuvo un bache y empezó a desesperarse (también por lo duro del terreno) pero llegó a las últimas dianas muy enchufado y eso le vino genial para la segunda parte del recorrido.

La segunda parte para nosotros era el recorrido rojo y allá que nos fuimos. Esta parte del campo tenía una mayor acumulación de tiros lejanos, incluido el del enorme bisonte. Era el recorrido de las "bicicletas" o dobles ceros. Yo acumulé cuatro, tres de los cuales en las primeras cinco dianas. Mi comienzo fue desastroso. El sol pegaba de cara y el descanso entre dianas a mí en general no me suele venir bien así que me preparé para lo peor con el mejor ánimo posible. Al fin y al cabo, mi guerra era la de volver a ponerme a punto con el Falco en distancias IFAA y eso era lo que estaba haciendo...


El tiro más espectacular, contra el bisonte

Sumé puntos donde no podía permitirme perderlos, en los grupos 3 y 4 (ranas, avecillas, cosas así). Ésos no se me escapaban y con algo de suerte volvieron los pulmones que se habían ido en la primera parte del recorrido. Así que esta segunda mitad del recorrido, que me pareció una auténtica maravilla, fue una colección de bicicletas y 13-16 a partes iguales salpicada por algunos tocados aquí o allá. María del Mar siguió en su tónica con algunos tiros verdaderamente buenos (como el del bisonte), José María en línea claramente ascendente y Eugenio mucho más efectivo y con tiros realmente buenos. En general, salvo en las propuestas del comienzo, me encontré bastante a gusto con la técnica. Agrupaba bien los fallos y las flechas volaban perfectas. De hecho, estoy encantado con estas flechas que estaba estrenando. Las pedí a Falco para mi longbow inglés dentro del spine más duro y rápidamente se las transferí al Falco. Ya lo podréis apreciar en el vídeo pero vuelan de maravilla y muchas veces se aprecia la rotación de las plumas durante el vuelo, algo que indica que la flecha vuela estable y sin extraños.


Aparte de la pata de María del Mar, Eugenio se marco dos flechas impresionantes

La patrulla en sí estuvo muy bien. Íbamos muy relajados, charlando de todo un poco (bueno, un poco más del tiro con arco...) y animándonos entre nosotros. No había estridencias, ni gritos, ni polémicas ni tampoco pasotismo así que me llevo muy buen recuerdo.


Sapos venonosos, muertos

En puntos en la segunda mitad estuve parejo con la primera pero con una distribución muy diferente. En la primera mitad andaba con los problemas de distancia y puntuaba con una flecha y, en esta segunda mitad, donde había más tiros lejanos o tiros más cortos, fallaba los primeros pero metía ambas flechas en los segundos. Un ejemplo claro de por qué la media aritmética deja tanto que desear. En total hice 183 puntos y me imagino (porque aún no he visto las puntuaciones publicadas) que andaré por la parte media de mi categoría.


Jabalí hacia el final, bien muerto también

Terminamos a las 14h, muy puntuales, con el hambre llamado a las puertas. Yo me quedé con mi tablilla de puntuación y añadí el resultado a mi score card aunque José Luis Hervás no pudo sellarla porque no tenía el nuevo sello disponible aún de forma que me la volveré a llevar en la próxima tirada oficial.

La verdad es que la gente llegó casi al mismo tiempo. Nosotros apenas tuvimos tapones y me imagino que el resto de patrullas funcionó igual de bien. Nos hicimos algunas fotos de la patrulla y nos preparamos para irnos al local, creí entender que propiedad del ayuntamiento, donde íbamos a comer todos juntos.


Casi de vuelta

Fue en ese momento, cuando ya estaba con la cabeza en la comida y en el café antes de irme a casa, cuando volví a pensar en el excelente trabajo del club Arqueros del Alto Tajo poniendo un recorrido tan fabuloso y bien pensado. Mi experiencia con IFAA sigue estando limitada a los Trofeos Villa de Madrid en Arqueros de Madrid o las ligas y torneos de Bastión de Alanos pero reconozco que me apasiona y la jornada de hoy respiraba IFAA por los cuatro costados. Por ponerle un pero, por una cuestión de gusto personal, hubiera hecho que algunos tiros obligaran a arrodillarse o buscar alguna postura incómoda. Con uno o dos me hubiera bastado, simplemente para tener esa "salsa" de tener que buscar otra forma de encarar la propuesta de tiro, quizá empleando una de las dos piquetas en los tiros que las tenían. No sé, ya digo que es por buscarle algo, pero era imposible no escuchar a todos los participantes alabar el recorrido sin dudarlo. Duro y cansado, sí, pero una maravilla, así que enhorabuena a Arqueros del Alto Tajo.


La última diana

La comida posterior a base de buenos embutidos para empezar y unas alubias con chorizo estuvo muy animada. Con otros miembros de Arqueros de Madrid pude comprobar que cada cual había resuelto su pertenencia a la nueva AAL de forma diferente. En mi caso, como ya comentaré en otro artículo en el futuro, se resolvió creando un club deportivo nuevo para dar cobijo al grupo de amigos y amigas a los que nos gusta tirar con arco y que queríamos mantener abierta la posibilidad de estar en IFAA. No es la solución más cómoda pero es efectiva y relativamente rápida y no me obliga a pedir favores o poner a un compromiso a otros clubes.


José María nos envió esto más tarde, anduvimos 5 kilómetros

Con la necesidad de un café aunque fuese de bar de gasolinera, me despedí de todos y me monté en el coche para volver antes de que la A-2 (que no domino bien) se pusiera horrible la tarde del domingo. Hice la parada técnica para llenar el depósito y tomarme el habitual café torrefactado horrible de bar de carretera pero con la dosis adecuada de cafeína y llegé a casa sobre las 18h (aunque tardé bastante en aparcar por eventos en el Palacio de Deportes). Llegué cansado, con la cabeza un poco embotada por el sol, pero muy contento de haberme animado por fin a participar en la liga IFAA de zona Centro. ¡Nos vemos en Arqueros Ribereños!

Espero que disfrutéis de este vídeo de cinco minutos con extractos de la jornada.