Los que disfrutamos de la modalidad 3D (antes llamada Bosque) tenemos un aliciente extra los meses de verano ya que la temperatura en las primeras horas de la noche permiten disfrutar del mismo recorrido de dianas pero en unas condiciones completamente diferentes.
En particular, la noche trae otra vivencia del bosque muy distinta. Si ya en un entorno urbano, es apreciable cómo todo se transforma en otra versión de sí mismo, en la naturaleza, ya sea más domesticada o más salvaje, sucede exactamente lo mismo, incluso con cierto aditamento alienante por el solo hecho de no disfrutar de la sensación de control.
Si a ello sumamos que estamos tratando de ser precisos en una tarea (tiro con arco) que exige tanto un buen uso del sentido de la vista como el de una memoria muscular basado en parte en él, tenemos un magnífico reto del que aprender algo más sobre nosotros mismos y del que extraer muchísima diversión.
Es una de las mejores fórmulas para salir de la rutina y requiere tan solo un poco de preparación. En este artículo os comento cuáles son las claves que empleamos Angela y yo junto con el resto de Ithilien para que una noche en el bosque con nuestros arcos y flechas resulte una experiencia inolvidable. No creo que exagero si digo que en el mundo hay dos tipos de arqueros, los que han experimentado lo que es tirar de noche y los que todavía no lo han hecho.
¿Qué fase de la luna es mejor?
A la hora de elegir una noche, un elemento de nuestra decisión podría ser si tenemos luna nueva, llena o una fase intermedia. Simplificando, tenemos luna llena/casi llena y luego el resto de fases. En el primer caso, el bosque está teñido de una suave luz blanca que nos permite movernos con mucha seguridad siempre que no estemos ocultos bajo los árboles. En el segundo caso, la luz lunar no es suficiente para poder andar con autonomía y necesitaremos llevar nuestra propia luz entre propuesta y propuesta.
Tras unas cuantas tiradas nocturnas, cada persona suele acabar teniendo una preferencia personal. Yo, por ejemplo, prefiero más las lunas nuevas, sin apenas luz y dotarme yo mismo de una luz artificial con la intensidad que desee en cada momento (simulando luna llena, de hecho, pero solo cuando yo decido).
En todas las circunstancias, no obstante, es necesario disponer de una potente fuente de luz para poder garantizar que en todo momento, siempre que lo necesitemos, podemos ver por dónde pisamos, qué tenemos a nuestro alrededor, etc. Es una cuestión básica de seguridad que no se negocia.
Lo que sí es cierto es que si hay luna llena o casi llena, hay una alta probabilidad de que al divisar la diana del recorrido 3D nos baste esa luz ambiente para identificar la silueta de ésta e intuir dónde está la zona del corazón o máxima puntuación. Sin este tipo de luna, esto es prácticamente imposible y hay que apoyarse en linternas o frontales.
Para una primera vez, mi recomendación sin duda es elegir una noche con luna llena o casi llena.
¿Cuántas personas es lo adecuado?
Una tirada nocturna tiene la capacidad de aportar cierto recogimiento. Cierto es que puede verse como una oportunidad de desparrame nocturno pero en mi experiencia la gente tiende a estar más en silencio como si la noche en el bosque exigiera cierto respeto aunque es posible que se deba a nuestro propio instinto, que en ausencia de luz no deseemos atraer la atención de lo que no podemos ver.
El tamaño de la patrulla, por tanto, puede ayudar en este apartado. Nuestro número preferido es 2 ó 3 personas con un máximo de 5. Esto no quiere decir que no tengan sentido patrullas de hasta seis personas pero recomendamos alternar entre números altos y números bajos. Ir solo también es una opción pero tiene ciertas desventajas sobre el manejo de la luz que luego veremos.
¿Qué material necesito?
El único material adicional del que hay que proveerse es alguna forma de añadir luz a las flechas, y frontales o linternas de cierta potencia (mínimo 100 lumens).
Hay numerosos tutoriales sobre cómo añadir luz a las flechas, no os será difícil encontrarlos pero aquí os resumimos los tres sistemas más habituales.
- Nocks luminosos o luminocks. Comprados o fabricados por uno mismo, sustituyen los culatines de las flechas y les proporcionan una luz de tipo led fácil de localizar en la noche. Algunos se activan al salir la flecha del arco y otros están siempre encendidos por medio de un mecanismo. Ojo, no todos los vástagos o tubos de flechas son compatibles con las marcas comerciales. Es la opción más cara o la más laboriosa y queda muy profesional.
- Bastones luminosos usados en pesca. Se trata de luz química en unos pequeños tubitos que rondan los 4.5mm de diámetro y los 4cm de largo. Es luz blanca-verdosa y una vez que se activan, duran unas 24h, por lo que podrían servir para dos salidas nocturnas consecutivas. Simplemente se adhieren al vástago cerca del culatín con celo. Es una opción barata y sencilla y apenas afecta a la precisión o las características de la flecha.
- Pintura reflectante. Ya sea mediante cresting especial o pintando directamente sobre el vástago o tubo, refleja la luz de una linterna de forma muy intensa. Ciertamente es un sistema muy ingenioso y elegante porque a primera vista no altera la flecha, pero hay que asegurarse de llevar una linterna o frontal muy potentes (mínimo 200 lumens) para poder encontrarlas sin problemas. Como desventaja tienen el hecho de no poder verse en vuelo tan bien como los otros dos sistemas.
En cuanto a las linternas o frontales, es mejor tener los segundos, pues nos permiten tener las dos manos libres. Hay que asegurarse de que el frontal tenga al menos 100 lumens e idealmente poder llegar a tener 400 lumens.
Los mejores son aquellos que tienen diferentes modos de menor a mayor intensidad porque dependiendo de la propuesta de tiro, es habitual que prefiramos un tipo de luz u otra. La luz que proyectan los teléfonos móviles resulta un apoyo útil pero en ningún caso pueden competir con un frontal.
¿Tiene sentido anotar puntuación?
En primer lugar, una tirada nocturna no puede compararse nunca a nuestra capacidad de día. Por tanto, si vamos a anotar algún tipo de puntuación, ésta tiene que poder tener algún sentido en sí misma.
Si estamos participando en una tirada social nocturna, la respuesta puede venir por el hecho de obtener una serie de premios pero, salvo estos casos, recomendamos redefinir la puntuación para evitar hacer comparaciones tan odiosas como inservibles.
En nuestro caso tenemos dos sistemas básicos de puntuación que comentamos por si a alguien le resulta inspirador.
- Tablilla de puntuación normal pero con una casilla adicional por diana que podemos bautizar como "tiro bonito" y que se marca si por las circunstancias del tiro, el arquero o arquera se merece una ovación especial. Por ejemplo, la persona puede haber pedido tirar completamente a oscuras e impactar con su flecha a una diana a 30 metros. Eso perfectamente puede determinarse, a juicio de la patrulla, como un "tiro bonito" y marcarse en la tablilla. Al final, puede que alguien con menos puntuación numérica pero más "tiros bonitos" se sienta especialmente satisfecho con la tirada.
- No tener tablilla de puntuación y en su lugar acordar un número máximo de dobles-cero. Se trata de un sistema muy sencillo pero que inyecta la dosis justa de tensión. El objetivo sería aquí "salir con vida" del bosque y para lograrlo, debemos evitar que las propias bestias salvajes nos hieran. ¿Cómo lo impedimos? Impactando con al menos una de las dos flechas a cada diana. Depende mucho del recorrido pero se puede acordar el máximo de dobles-cero en algo como 4, por ejemplo. Esto no quiere decir que dejes de tirar con el quinto doble-cero pero se entiende que los peligros del bosque te han vencido.
Se pueden combinar ambos sistemas empleando el segundo como base y anotando el número de "tiros bonitos" para tener un doble registro. Por cierto, nosotros a los tiros bonitos les solemos dar nombres más grandilocuentes, no simplemente "tiro bonito".
¿Cómo resuelvo cada propuesta de tiro?
Cuando es de día, esto ni nos lo planteamos, buscamos nuestra piqueta de referencia y tiramos nuestras flechas. De noche podemos variar sobre este tema porque ya hemos comentado que no tiene sentido buscar una comparación con nuestro rendimiento de día, es un juego completamente nuevo y no tenemos por qué constreñirnos.
Hay tres reglas que solemos seguir nosotros y que os pueden servir de referencia pero sentíos libres de adaptarlas o cambiarlas. Por cada propuesta de tiro, esto es lo que entra en juego:
- La distancia a la que la persona se coloca ha de estar en línea de seguridad dentro del polígono de tiro pero con margen para alejarse o acercarse. Con un tope máximo de la piqueta más alejada y un tope mínimo de unos pocos metros se puede uno mover sin problemas. Esto es así porque la propuesta de tiro puede ser problemática de noche o porque alguien puede encontrar disfrute en una variante concreta especialmente con el entorno que visualiza en ese momento.
- La luz disponible puede ser desde ninguna en absoluto (tras una iluminación breve para tratar de recordar dónde está la diana), pasando por muy suave (estilo luz de luna), media o muy intensa. Esto último puede provenir de alguien sujetando el frontal a un lado de la persona que tira o colocándolo cerca de la propia diana creando una especie de diorama. Rara vez conviene que sea la persona que tira la que lleve el frontal ya que pega directamente en el arco y deslumbra muchísimo, en todo caso, lo dejaría en el suelo a su lado.
- Cada persona tiene que poder elegir libremente cuál es su deseo por diana. Mejor cuanto más previsible es ese deseo. Por ejemplo, alguien puede preferir tirar en completa oscuridad pero solo cuando otros han tirado ya y pueden adivinarse las lucecitas de las flechas en la diana (o alrededor de ella) para que le sirvan de mínima referencia. En este caso, esta persona tenderá a tirar de los últimos y quizá quiera siempre adelantarse unos pocos pasos. Otra persona puede pedir siempre luz de luna para tener apenas la silueta adivinada, etc. Por el día no hay elección posible pero por la noche sucede todo lo contrario y diferentes personas encontarán su "tono" particular en las diferentes opciones.
Consideraciones finales
Tirar por la noche redescubre un poco nuestra pasión por el tiro con arco. Nos permite fantasear apenas sin dificultad y, sobre todo, nos libera de las expectativas habituales que tenemos en las visitas de día al recorrido 3D. Ver cómo fallamos con frecuencia se compensa con tiros absolutamente maravillosos, que son los que más tarde atesoraremos en la memoria.
Si bien nuestra recomendación es tener una primera experiencia nocturna en una tirada social organizada por otras personas, insistimos en no reducirlo a estos eventos y buscar nuestra propia visita privada al bosque. Y, sobre todo las primeras veces, merece la pena llevar las flecha más machacadas para poder sacrificarlas sin tanto pesar. Las tiradas nocturnas son perfectas para recuperar del cubo de las flechas aquéllas que funcionaron bien en el pasado pero ahora no sabemos qué uso darle. El margen de error de la propia tirada nocturna es tan grande que estas flechas podrán esconder sus defectos sin problemas.
Ah, y lleva algo de agua y un tentempié, a nosotros nos funciona muy bien llevar chucherías, básicamente un poco de azúcar que el cuerpo agradece cuando está dando un paseo a la una de la madrugada.
Os dejo con un vídeo de poco más de 1 minuto donde se muestra el calentamiento aún con luz, luego dos propuestas con apenas visibilidad y luego ya de noche total. En el segundo 42 parece que Angela captura el bicho volador y lo lanza contra la diana.
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