Con un formato diferente en 2016, el club Arqueros de Madrid arrancó ayer domingo 24 de abril su liga interna del club. El resultado fue una colección de aciertos que se tradujo en una gran asistencia de arqueros y arqueras y un veredicto positivo unánime.
El formato de liga que yo conocía de participar en 2014 y 2015 (inscripciones el mismo día de la tirada, patrullas improvisadas al llegar, 15€ para no abonados) pasó a todo un simulacro de cualquier jornada de competición oficial en donde:
- Las inscripciones se hacen vía formulario hasta medianoche del miércoles previo.
- Se pasa de 15€ a 10€ para los no abonados. Se mantiene en 5€ para los que somos abonados. Incluye bocadillo y refresco.
- Las patrullas se preparan con antelación. La primera jornada es un poco sorteo y a partir de la segunda por ranking.
- La salida es simultánea de todas las patrullas en sus piquetas asignadas.
- (Sospecho) El recorrido se dispone de forma que tenga una dificultad media-alta.
Los únicos peros que quizá pudiera tener para alguien son:
- Patrullas que no se forman con las amistades de cada cual.
- Si no te has inscrito a tiempo no puedes asistir.
El primero de estos problemas a mí no me parece relevante teniendo siempre la opción de ir a tirar con tus amistades cualquier otro fin de semana. El segundo es un sacrificio necesario en aras de la organización. Si van a poner bocadillos y organizar patrullas necesitan por fuerza saber cuánta gente y de qué modalidad va a asistir.
En mi caso llevaba una semana especialmente complicada en el trabajo al tiempo que iba a la tirada con cierta presión de hacer un buen papel. El primer factor, sobre todo, me pasó factura. La ansiedad que aún no se había disipado del todo actuó como un termómetro implacable ya desde los entrenamientos. Me encontré agarrotado, inseguro y "fuera". Para colmo, en una de las flechas de calentamiento se debió de salir lo suficiente el culatín de la flecha y solté en vacío con el consecuente susto y miedo en las siguientes flechas.
Calentamientos previos
Sobre las 10.00h (intuyo, porque no miré la hora) nos indicaron a todos que saliéramos a nuestras piquetas. Mi patrulla, la 19, estaba compuesta por 4 longbows, los de Silvia, Claudino, Ángel y yo. Dos Falcos, un Hervás y el de Silvia que no logré identificar pero creo recordar que era de factura estadounidense. Mientras esperábamos al silbato de arranque pudimos comprobar que hacía un día espectacular. Una mínima brisa bajo un cielo azul sin nubes. La temperatura superaba claramente los 20 grados y el sol pegaba bien pero sin castigar, eso ya llegará en junio.
De izquierda a derecha, Ángel, Silvia, Claudino y yo.
Momentos previos a arrancar la tirada. Ya se puede ver lo bonito que estaba el campo a esa hora de la mañana. Distingo a Antonio Merino, al resto creo que no los conozco.
Empezamos el recorrido disparando a dos armadillos. Me hizo gracia porque parecían los hermanos mayores de los dos topillos con los que empecé la tirada de la liga madrileña del otro día. La primera flecha se me fue arriba pero bien colocada y la segunda se me fue algo a la izquierda del pulmón. No fue el mejor comienzo pero estas cosas ya no me preocupan mucho. La siguiente diana era un cervatillo en caída a una distancia generosa y con un bonito efecto túnel de dos encinas a medio camino.
La patrulla que nos precedía anotando
En esta segunda diana anoté una magnífica primera flecha y una segunda bien de altura pero demasiado a la derecha. Sirvió para coger algo más de moral.
Mi segunda diana, complicada pero bien salvada
Ahora bien, esto fue un espejismo porque la ansiedad seguía ahí. De hecho, que las flechas se me vayan de lateralidad es síntoma de que algo no va bien. Ya, obvio, algo no va bien, pero me refiero a que mi fallo rara vez es de lateralidad (o de tanta lateralidad) así que es fácil detectar si algo serio me está pasando. Dicen que el tiro con arco es un magnífico reflejo de cómo está uno de mente y ayer claramente yo no estaba en el campo. Estaba en el trabajo, estaba en temas familiares, estaba en ruido en la cabeza, pero no, en el campo yo no estaba. Para colmo, cuando llevaba como 8 dianas se me ocurrió mirar el móvil y tenía un SMS que no me ayudó precisamente. Esos días agradeces una patrulla tranquila y relajada, justo como fue. Porque si además le sumas una patrulla hiperactiva me da a mí que terminas por derrumbarte del todo.
Silvia anclando
Claudino anclando
El 11-10 de Ángel aquí nos dejó a todos alucinados
Me costaba hasta anclar, las 35 libras me podían, ya ves qué idiotez. Y así estuve tirando como la mitad del recorrido hasta que hice un doble cero, el primer (y el único) del día. Y me dije "¡Basta! Aquí has venido a disfrutar y a tirar bien, puedes hacerlo perfectamente, simplemente toma el control, domina tú el arco y no al revés!". No sé si otra gente lo hace pero yo me hablo a mí mismo cuando estoy tirando. Me doy palabras de ánimo "¡Estás tirando muy bien, Pablo, muy bien!" o me digo lo que tengo que hacer "Ahora vas a coger y vas a tomarte en serio la próxima flecha". Creo que tiene la ventaja de escuchar con calma a alguien (uno mismo) en lugar de simplemente un grito mental de "¡Vamos!".
La patrulla que nos llevaba la delantera. Se distingue a María y a Pepe, actual campeón de España de longbow.
El caso es que tras el doble-cero llegó una diana complicada pero la salvé con un doble-cinco y seguí infundiéndome ánimos y, sobre todo, pensamientos positivos. Cada cual tiene los suyos y yo recurrí a unos que me trajeron una sonrisa a la cara mientras probaba a abrir el arco sin flecha para practicar la "doma" antes de tirar. Bueno, pues justo esa diana clave era un pequeño cocodrilo con un corazón enano. Ya sabéis cuáles son esas dianas, ponen dos cocodrilos y son tan bajitos que las flechas se suelen ir por arriba o abajo, así de crueles son. Me dio igual, me planté, elegí el de la derecha y siendo consciente de la técnica recorrí todos los pasos. Anoté un corazón y un pulmón y además sabiendo antes de soltar que iban a donde tenían que ir.
La diana del cocodrilo que dio un vuelco al día
A partir de ese momento no fallaba ni una flecha. Tenía mejores o peores resultados pero entraban todas. El cambio se había producido, no completo, no de forma radical, pero estaba decidido a dejar de lado el ruido mental y a estar en el campo, no en otro lugar y otro momento. Así estuve como 8 dianas a una media de 13.125 y a ritmo de 315, una cifra de record personal, pero llegaron las últimas dos y la acumulación de patrullas mirando en la primera y estar más pendiente de la conversación de la patrulla que de la flecha en la segunda hizo que sacara un ocho en cada una. Aún así, incluyendo esos dos ochos, bajé a una media de 12.1 y ritmo de 290, igualmente una puntuación magnífica para mí.
Marcada en rojo la secuencia de 9 dianas seguidas sin fallar ninguna flecha. La 14 fue la del cocodrilo.
Mi puntuación final, lastrada por la primera parte del recorrido se quedó en 251. Exactamente la misma puntuación que en la tirada de la liga madrileña pero muy diferente en su "fabricación". En la tirada de la FMTA, los 251 fueron malas primeras flechas (por altura) y buenas segundas que compensaban, con un buen arranque, un medio muy regular y un final bastante decente. En la tirada de la liga fue más un problema de sensaciones hasta que me pude sobreponer.
¿Qué saco de esto? Fundamentalmente que podía haber recurrido a un "reset" mental unas dianas antes. En lugar de frustrarme, haber cogido el toro por los cuernos en la quinta o sexta diana. Porque cuando lo hice, la cosa cambió claramente. Y la forma en la que consigo esa confianza es usando los músculos de la espalda. No se trata de abrir el arco en plan sansón para compensar, se trata de buscar a los músculos que tienen que trabajar y no ceder ni un milímetro. A partir de ahí, la suelta mejor o peor sale mucho más limpia y hacia atrás y eso invariablemente va a generar tiros más rectos y limpios.
Por otro lado, llevo dos tiradas seguidas con un doble-cero a mitad de recorrido. Vale que sirve de revulsivo pero mejor sería que nunca tuviera que recurrir a ello ¿no?. Me voy a concienciar en la próxima tirada de estar especialmente centrado en las dianas de la zona media. Creo que es clave hacer muy buenas dianas desde la 6 hasta la 18 para ir hacia el final más "enchufado mentalmente".
Una de las últimas dianas
Al terminar el recorrido comentamos que éste había sido un poco complejo y luego lo confirmé con otra gente ya tomándonos el bocadillo y el refresco. Como es habitual en Arqueros de Madrid, esa misma noche salieron las puntuaciones que se pueden consultar aquí.
Contento con el resultado, a seguir buscando la barrera de los 270
Se puede ver el nivel tan alto que había de longbow, tanto que el primero en longbow masculino superó al primero en recurvo (y cuarto en el pasado Campeonato de España) y en femenino la cosa estaba también muy igualada por arriba entre las dos categorías, lo que siempre habla en favor de los longbow, lógicamente.
En el resto de categorías reconozco que me pierdo pero lo que sí se puede afirmar sin lugar a dudas es que Arqueros de Madrid hizo una labor fantástica y me consta que van a trabajar a fondo para que el resto de las tiradas sean, como mínimo, del nivel de ésta.
Estos días que vuelvo a estar en Londres trataré de sacar un par de horas alguna tarde para practicar la postura sin tirar. Cogeré el arco que tengo allí y pondré la diana del zombi en el parapeto pero en lugar de ponerme a tirar sin más, trabajaré mucho la técnica del anclaje y musculatura de la espalda para luego desarmar el arco o tirar la flecha. Mi idea, sin obsesionarme, es ir encontrando una sensación concreta que luego pueda buscar como referencia.
Estoy preparando un vídeo corto de este día, lo colgaré en cuanto lo tenga pero no quiero posponer la publicación de la reseña por eso.
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