¡Sucedió! Intuíamos que iba a acabar ocurriendo, eso de vernos en un campo de bosque para tirar con nuestros arcos históricos. La duda se limitaba al cuándo porque contábamos con la complicidad y apoyo de Bastión de Alanos y al final fue el 11 de noviembre de 2018. Una jornada histórica (parece el chiste malo pero es que es así) en donde un pequeño grupo perteneciente a esta iniciativa pudo disfrutar de un recorrido diseñado para nuestros arcos.

Fuimos quince, no hace falta nombrarnos uno a uno, los que aparecimos entre las diez y las once de la mañana de ese domingo de otoño en la dehesa escurialense tan entusiasmados como si fuera la primera vez que íbamos a tirar. De alguna forma era algo más que una tirada más, era un paso al frente con mucho orgullo y al mismo tiempo ciertos nervios sobre el futuro de esta iniciativa ¿realmente cuajará?

Esperando al momento para arrancar

Desde hace unos pocos días existe una sección permanente en este blog sobre la Liga de Arqueros Históricos o LAH en donde se informa de su misión, normativa y convocatorias de forma que si desconocéis qué es exactamente LAH, podéis ir a leerla antes de continuar leyendo la crónica del primer encuentro.

Aparecimos 12 arcos longbow y 3 arcos nómadas, significando el obvio sesgo que por estas tierras tenemos con lo que identificamos con "histórico". Al parecer pesa más el imaginario colectivo de la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia que la mayoritaria presencia de arcos nómadas durante los siglos VII a XIII en la península ibérica. Por otro lado, es justo reconocer que sin una tradición de enseñanza del agarre de pulgar, se hace muy complicado animarse con ese otro tipo de arcos.

Una foto histórica

El caso es que sobre las 11 de la mañana, con un recorrido preparado ex profeso por Bastión de Alanos para que las distancias resultaran plausibles (distancias que rara vez superarán los 35 metros cuando simulen una situación de caza), nos encaminamos en tres grupos improvisados de 5 integrantes hasta una serie de piquetas de salida. Aún hubo algún tiempo para que algunos rezagados, entre los que estábamos Angela y yo, calentáramos un poco en las dianas destinadas a ello, pero no transcurrió mucho tiempo antes de que se disparara la primera flecha.

Fidel con un arco hecho por él mismo en tejo durante unas flechas de calentamiento

El día era casi perfecto. Otoño, tras las lluvias, con un verde más que incipiente tratando de hacerse el control entre algunos recuerdos pálidos y secos del verano pero que dotaban de un contraste muy evocador al campo y que nos regaló fotografías memorables. En cuanto a temperatura, al haber poco viento y salir el sol de vez en cuando, un forro o un abrigo eran suficientes para conservar bien el calor corporal y, como nunca estuvimos parados del todo, la mañana dio paso al mediodía y nadie pensaba en otra cosa que no fuera una buena flecha porque del resto íbamos saciados.

Una foto preciosa. Yo dentro de un hoyo apuntando a un ciervo tumbado mientras Jorge observa. Se puede apreciar la "personalidad" del tejo y la punta de madera de mis flechas. Foto cortesía de Haritz.

Nuestra patrulla estaba formada por Haritz Solana (Arco Longbow Natural), José Picón (Arco Longbow Mejorado), Jorge Herranz (ALM), Angela "Ghilbrae" (ALM) y yo (ALN). La principal diferencia (no la única) que apreciamos entre nuestros cinco arcos longbow (o rectos) era que unos eran trilaminados y otros de una sola pieza de madera (arce en el caso de Angela, tejo en el mío, arce, bambú y tejo en el caso de Jorge) pero también había diferencia interesante con respecto a las flechas. Tanto que probablemente eran el elemento decisivo para colocar a unos en la categoría "natural" (la más plausible históricamente) y a otros en "mejorado". Efectivamente, mientras Haritz tiraba con flechas con culatines de madera, Jose lo hacía con culatines de plástico.

Aquí se puede observar cómo el Mollegabet de Angela se no se curva como los longbows

O, por ejemplo, Angela mostraba un emplumado natural pero con pegamentos modernos y culatines de plástico y yo tenía flechas de culatines y puntas de madera. También es cierto que los arcos de Haritz, Jose y Jorge seguían un patrón reconocible con sus tips de cuerno mientras que el Mollegabet de Angela mostraba su particular diseño de palas planas y extremos cuasirígidos y mi arco Nydam del siglo IV sorprendía con los nocks laterales y opuestos, pero en líneas generales, eran arcos muy semejantes.

Jorge en un tiro a un ciervo con su trilaminado de tejo, bambú y pacana. Foto cortesía de Haritz

En otras patrullas se dejarían ver los arcos nómadas de Fer, Jacobo y José Castillo aunque no sé si alguien más aparte de Fer usaba el agarre de pulgar, que todos esperamos ver más a menudo en estos encuentros arqueros.

Os podéis imaginar que entre los cinco integrantes de nuestra patrulla y, por extensión, en los otros dos grupos, se respiraba mucho placer y muy poca tensión. Lo que nos movía a todos era el sacar a lucir arcos sencillos, con otras ambiciones y exigentes a su manera, que nos hacían casi más protagonistas a nosotros de cada flecha al tiempo que nos descargaban de cierta presión. Este hándicap autoimpuesto lo llevábamos con mucha filosofía, como se suele decir.

Angela muy concentrada en la diana mientras Jorge, Haritz (con el móvil) y Jose observan

Pero es que además no se nos dio mal. Estuvimos muy a la par casi toda la mañana, disfrutando de una ronda animal de IFAA adaptada a histórico en donde la distancia más lejana en toda la mañana fue de 36 metros, algo que para un arco histórico con el que sigues queriendo dar en el corazón (un círculo de 20 cm de diámetro como mucho), resulta un reto interesante.

Jose anclando firme contra un jabalí 

Tuvimos 18 propuestas en donde hubo oportunidad para tiros desde arriba picados, contrapicados, metidos en un hoyo, a nivel, rodeados de árboles, atravesando un pequeño desnivel, a campo abierto... perfecto. Bueno, podría haber sido mejor, podríamos haber tenido más propuestas pero lo cierto es que 18 dianas con una ronda animal bien planteada te dejan con buen sabor de boca y te permiten empezar a las 11.30 y terminar a las dos horas para poder comer sin agobios.

Haritz en una de las fotos, si no la foto, de la jornada

Angela volvía a coger su Mollegabet tras un par de semanas sin tirar y con numerosos cambios de arco recientes pero lo cierto es que sus periodos de readaptación se van reduciendo cada vez más así que tras las primeras tres dianas, empezó a endosar primeras flechas con bastante facilidad, tuvo un pequeño bache pasado el ecuador pero luego se rehizo bien para acabar con una muy buena puntuación.

8 primeras flechas de 18 primeros intentos está bastante bien. Recordad que se tienen hasta tres intentos en dificultad decreciente con VITAL o HERIDO en cada flecha

Yo por mi parte me aboné a las segundas flechas, se nota que apenas he tirado con mi nuevo arco de tejo y aún me cuesta "conocerlo". Es más exigente que mi arco victoriano desmontable pero lo que hay que hacer es tirar más con él y acabar convirtiéndolo en una extensión de mi brazo, como ya casi lo es mi carriage longbow. Pero sobre todo, me lo pasé fenomenal con un "palo" tan sencillo que no tiene refuerzo en los nocks ni nada, es solo puro tejo con todas sus "imperfecciones".

Abajo, mi arco de tejo estilo protovikingo siglo IV, arriba, arco Mollegabet de Angela, ~5000 AC

Creo que igual de bien se lo pasó José Picón porque no paraba de repetir después de muchas buenas flechas que salieron de su arco "pues me está gustando ¿eh?" ¡Pues cómo no te va a gustar tirar con un arco así si además ya tiras con longbow moderno con frecuencia! Jorge Herranz, que tuvo el mejor resultado de toda la jornada, tampoco se quedaba atrás metiendo 12 primeras flechas de 18 propuestas, ahí es nada. Para alguien más familiarizado con recurvos tradicionales o incluso longbows modernos, esto puede parecer rozando el aprobado pero para los que aceptamos el reto de tirar con estos arcos nos aseguramos de felicitar a Jorge por una mañana espectacular.

Una foto para enmarcar de Jose, Haritz y Jorge a mitad de recorrido

Finalmente Haritz tuvo el Haritz de la primera mitad, encadenando fallos, y luego el Haritz de la segunda mitad que básicamente se dedicó a meter primeras flechas (un total de 11 de 18). Si hubiéramos tirado 9 propuestas más yo creo que Haritz nos hubiera humillado un poquito al resto, jajajaja.


Pero el recorrido tocó a su fin con la número 18 y nos fuimos siguiendo un camino seguro hasta el punto de encuentro en donde al poco rato vino una segunda patrulla en donde estaba Jacobo, que reconocía habérselo pasado especialmente bien esa mañana.

De charleta mientras esperábamos al resto

Decidimos esperar a la tercera patrulla pero como se retrasaban mucho al final Angela y yo nos adelantamos para "ocupar" la reserva en el restaurante y aguardar ahí haciendo tiempo mientras llegaban todos los demás, algo que no sucedió hasta una hora más tarde. Tuvimos que alargar mucho la caña con limón pero al final las 10 personas que se habían sumado al plan de comida llegaron y nos tomamos unos buenos menúes entre conversaciones arqueras y sobre la afición arquera que se alargaron hasta la sobremesa.

Aquí tomándonos nota :)

Este primer encuentro nos dejó a todo el mundo muy satisfechos y muy seguros de estar haciendo lo correcto, sin restar nada a nadie y dando un espacio concreto a una sensibilidad particular alrededor del tiro con arco. A Angela y a mí nos recordó por momentos nuestra experiencia en la SPTA inglesa, lo cual solo puede ser elogioso, y estaremos encantados de seguir construyendo juntos lo que sea en lo que LAH se acabe convirtiendo.

Si tienes interés en LAH, ya seas arquero o club, no dudes en consultar su sección permanente en este blog y ver las opciones para ponerte en contacto con nosotros.

¡Nos vemos en el próximo encuentro de LAH!