Sucedió hace tan solo cinco semanas pero parece que fue hace una eternidad. De hecho, esto me lleva a reflexionar sobre cómo vamos dejando atrás muy rápidamente muchas tiradas fantásticas a las que tenemos ocasión de asistir.
Tenemos que detenernos un poco en cada una de estas tiradas para que se guarden en nuestra memoria como se merecen. Si solo acudimos a tirar flechas, será muy complicado salvo que tengamos un día excepcional. Mejor será ser muy conscientes de lo que está sucediendo, con quién estamos, qué estamos sintiendo... Yo tengo un pequeño truco para evitar que el recuerdo de cada uno de estos eventos se difumine a las pocas semanas, vengo a este blog y escribo mi relato del día, pero es mi relato personal, no el vuestro, no puedo reemplazarlo aunque intuyo que sí puedo rescatarlo y reforzarlo.
Un año más Bastión de Alanos se volcó con una de las tiradas más originales del año para Angela y para mí y además estrenaron unas cuantas dianas nuevas de Archer Targets que nos alucinaron a todos. Esta inversión de trabajo y de dinero se vio recompensada por un día precioso de otoño al que llegamos con unas lluvias generosas las semanas anteriores, dejando una estampa muy diferente al seco octubre del año anterior que todos quisiéramos olvidar cuanto antes.
Además, el sistema de puntuación se simplificó enormemente y se orientó claramente a impactos en las cabezas (en la mayoría de dianas) y, dentro de éstas, en zonas concretas. Es decir, la tirada "Zombi" de Bastión de Alanos era lo más parecido a estar en una película apocalíptica en donde no valían medias tintas.
Una cosa que me gusta mucho de algunas de las tiradas de Bastión de Alanos es el "empieza cuando quieras". Es decir, el recorrido está montado pero no hay salida simultánea, solo una hora de inicio y una hora de fin (previa a sorteo y podios). Esto permite que la gente pueda llegar de forma escalonada, esperar al resto de la patrulla con la que le apetece tirar y disfrutar un poco a su ritmo, haciendo incluso alguna pausa para comer y continuar después.
Naturalmente, esto tiene una desventaja y es que si todo el mundo decide empezar a la vez, dando que no hay distribución de patrullas en propuestas, se monta un tapón al inicio bastante importante. También existe el riesgo de que la gente calcule mal y empiece demasiado tarde retrasando peligrosamente la entrega de premios.
Angela y yo fuimos junto con Yamila a esta jornada y creo que llegamos sobre las 13h. A esa hora ya había bastante gente, como os podéis imaginar, pero también se intuía que había gente que aún no había llegado, sobre todo aquellas personas que habían apostado por un día "combo", tirada matutina temprana en otro campo y tirada en Bastión de Alanos a partir de la hora de comer.
Nosotros nos fuimos a calentar y sobre todo a buscar buenas sensaciones con arcos con los que llevábamos tiempo sin tirar (salvo Yamila). Angela volvía a probar su Golden Halla (custom Slick Stick) con flechas de madera y yo estrenaba el nuevo Falco Saga del que hablaré antes de que acabe el año (spolier: arco espectacular, deberíamos ver muchos en 2019). Esas sensaciones no acabaron de llegar pero sobre las 14h nos metimos en el recorrido tenebroso de Bastión de Alanos en donde zombis y otras criaturas nos esperaban para sorprendernos.
Nos vimos sorprendidos muy pronto con unas dianas cojonudas de Archer Targets. Cada vez vemos más dianas de este fabricante y no nos extraña nada. Pertenecen a la categoría 2.5D e hiperrealistas. Tienen de fauna, como es lógico, pero se han especializado en dianas de animales o criaturas fantásticas y también zombis y le dan un toque único al recorrido. Te plantas frente a un vaquero zombi y realmente quieres meterle una flecha en toda la cabeza y dejar claro quién sobra en OK Corral.
Yo decidí ir con atuendo medieval-fantástico porque es lo que me motiva en las tiradas de Halloween. En España la tradición (reciente) se centra en disfraces "de miedo" pero en el mundo aglosajón se asemeja más ya a un carnaval en donde la gente se disfraza de lo que quiere y ésa es un poco mi excusa. Me puse mi falda de guerra (una especie de hakama) y toda una suerte de prendas de ropa para darle un toque consistente.
Las propuestas eran complicadas sobre todo por el riesgo que debíamos asumir para poder anotar puntos. Las distancias era razonables pero no había "heridos" así que cada diana era casi un órdago, lo que le dio muchísima emoción pero también una buena dosis de frustración.
Frustración la que tuvo Angela, porque de forma inexplicable sus flechas de madera se iban altas y a la izquierda de forma sistemática. Es decir, "agrupaba" arriba y a la izquierda. Para muchas personas, esto hubiera sido simplemente "un mal día" pero en el caso de Angela era "un misterio". Los que la conocéis sabéis que tiene una técnica muy depurada. Puede fallar en altura porque practica con poca frecuencia pero el buen vuelo de sus flechas y la verticalidad están asegurados. Más tarde esa noche en casa dimos con el problema pero ya era demasiado tarde. ¿Queréis saber cuál era? El nuevo arco de Angela es muy rápido pero estaba usando las flechas de madera de sus otros Slick Stick, más lentos, en una ventana muy estrecha. Las dos plumas rebotaban abajo y arriba en la ventana haciendo que sus flechas muy ligeras (220 gr) no tuvieran forma de aguantar el tipo y salir despedidas ligeramente hacia arriba y a la izquierda. Seguramente hubo otros factores pero cuando semanas más tarde probó con flechas similares de 250gr y pluma gallo superior, las flechas volaron tan rectas como siempre. Idea para artículo :)
Todo esto no impidió que disfrutáramos muchísimo del recorrido. Yamila encadenó buenas flechas y yo, aunque de forma muy irregular, pude meter buenas dianas. No me encontré del todo cómodo tras mucho tiempo con el longbow inglés y teniendo que adaptarme de urgencia a un arco que literalmente estrenaba ese día pero como decía arriba en la introducción, la clave fue disfrutar del momento, de la compañía y relativizar el resultado.
Cuando llevábamos una hora y se nos estaba haciendo un poco cuesta arriba el tapón de patrullas, optamos por hacer un descanso e ir a comer. ¡En qué buena hora! Llegamos justo en el momento en el que sacaban el perolo con la caldereta que nos sentó divinamente. Aunque el día no era particularmente frío, sí que sentíamos el "frescor" ante la ausencia de un sol insistente y cada trago del caldo calentito nos arrancaba una sonrisa. Flechas y caldereta, es todo lo que pedimos (en otoño), jajajaja.
Ahí es cuando pudimos coincidir con gente que se había metido en el recorrido a nuestra llegada al campo, como nuestros viejos amigos de Arqueros de Gaia, que siguen haciendo un trabajo impresionante de difusión del tiro con arco en Segovia. Lo que pasa es que como para nosotros era una parada técnica, tampoco nos volvimos locos con la sobremesa y viendo que el sol pegaba ahora más fuerte apuramos un café y retomamos el recorrido donde los habíamos dejado (a la mitad).
Si antes el recorrido estaba un poco atascado, ahora estábamos prácticamente solos, lo que facilitaba aún más la inmersión en la ficción del apocalipsis. Al cabo de poco rato alucinamos con la diana del coche. Un tiro largo y complicado que nos dejó con la boca abierta (nos fuimos de vacío pero encantados).
Seguimos disfrutando de la soledad del recorrido hasta que llegamos a la diana de la Muerte, en donde Yamila, pensando como yo, que la diana era el cráneo y no el "corazón", colocó una flecha casi en el vértice de la capucha en un tiro precioso.
La última propuesta de la jornada era un "vaciado de carcaj" ya que en la laguna del campo habían dispuesto creo que hasta cinco dianas en donde por primera (y última) vez valía con impactar. Algunas de estas dianas merecía la pena tirar arrodillado, de ahí que una de las fotos de la jornada me sorprenda en esa posición.
Terminamos a las cuatro y media, momento que aproveché para hacer alguna foto a los tres arcos de la patrulla Ithilien.
Cuando llegamos al punto de encuentro, no éramos los últimos pero andábamos cerca de forma que Jacobo dio comienzo al sorteo al poco rato repartiendo una buena cantidad de regalos. A Angela le tocó un cinturón de cuero precioso y Haritz se aseguró de que la cosa fluyera con gracia y velocidad. Acercándonos ya a las cinco y con algunas personas valorando seriamente montarse en el coche y emprender el camino de vuelta a casa, Jacobo decidió dar paso a los podios de la jornada.
Yamila se subió a lo más alto del cajón en su categoría, primer puesto muy merecido porque había tirado muy bien todo el día. Yo quedé segundo tras Fernando López que se llevó un merecidísimo primer puesto. De Angela quedó la incógnita porque no entregó su tablilla al final del día. Recibimos todos unas bonitas medallas de pastelería Efira con temática zombi geniales.
Con esto concluyó una fantástica jornada arquera en Bastión de Alanos, con unas dianas realmente dignas de recordar y que esperamos ver de nuevo el año próximo, un tiempo que acompañó sobre todo después de comer, una caldereta que supo a gloria y una Yamila que tiró muy bien y se fue con su podio de vuelta a casa.
Muchísimas gracias a Bastión de Alanos por hacer de esta cita algo obligado en nuestro calendario arquero (ya de por sí apretado). El formato es perfecto y nos saca de la "rutina" (bendita rutina) del 3D con animales. ¡Nos vemos en Halloween 2019!
Nota: si queréis más fotos y hasta un vídeo, mirad en la web de Bastión de Alanos.
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