Este año Angela y yo queríamos volver a Torrijos a disfrutar del torneo medieval que organiza el club de tiro con arco Arqueros de Pedro I. El IX torneo en 2016 fue nuestro bautizo en tiradas medievales (recordad que no llevamos mucho tirando) y nos hacía especial ilusión volver no solo por el simbolismo sino también porque realmente nos lo pasamos muy bien tanto en la tirada matutina con las dianas tan particulares como disfrutando de la final abierta al público en la fachada del palacio de Don Pedro de Castilla (sede del ayuntamiento).

Esta vez nos acompañó Luiyo así que los tres representábamos al mismo tiempo a Arqueros de Madrid como a Ithilien, aunque siendo una tirada medieval, lo que parecía que encajaba de forma natural era competir por Ithilien.

Para ahorrarnos un madrugón el sábado, fuimos en coche el viernes y nos alojamos en el hotel Spa La Salve, que la verdad es que está bastante bien. Los precios por habitación este fin de semana eran altitos pero nos lo tomamos con un lujo asumible. Habíamos reservado una mesa para tres en el restaurante Tinín y cenamos muy a gusto huevos rotos con jamón, unos pimientos rellenos, chuletitas, solomillo y bacalao. Después de los postres nos fuimos a dar un paseo por el mercado medieval que ponen durante el fin de semana, que arranca en la preciosa Colegiata del siglo XVI y termina en el ya mencionado palacio de Don Pedro de Castilla. Unos nada medievales mojitos sentados en un banco de la plaza con una suave brisa nos permitieron relajarnos y meternos poco a poco en el plan del fin de semana, con un pueblo animado y en las calles y muchas ganas por nuestra parte de pasárnoslo muy bien. Entonces no sospechábamos nada de lo que ocurriría al día siguiente, por supuesto.

Tuvimos tiempo de encontrarnos con fuerzas vivas de Arqueros de Pedro I que hacía poco que habían terminado de montar las dianas de la mañana (ronda clasificatoria) y de hacer el lanzamiento de flechas de fuego y ya se iban a cenar alguna cosa. Como siempre, todos muy cariñosos con nosotros y encantados de acogernos en su villa y su torneo. Al poco rato, sobre medianoche, decidimos recogernos para estar frescos al día siguiente.

La mañana, ronda clasificatoria y banquete

Sabiendo que había margen desde las nueve hasta las dos para participar en el torneo, evitamos despertarnos innecesariamente temprano y desayunamos sobre las nueve y cuarto en el hotel, luego subimos para cambiarnos y salimos con nuestros atuendos camino del palacio. El sol pegaba fuerte aunque alguna nube amenzaba con descargar agua (cosa que nunca llegó a suceder) así que hicimos bien en no llevar excesivas capas. En esta ocasión Angela dejó su especie de peto de cuero en casa y yo hice lo mismo con el tabardo de serraje, cambiándolo por una falda de combate. No faltaron los cinturones, bolsas y, por supuesto, aljabas y protecciones de arquero.


De izquierda a derecha, Angela, Luiyo y yo


Dentro del palacio/ayuntamiento, Angela y yo

Cuando llegamos al patio de palacio reconocimos rápidamente el campamento medieval situado a un costado, las gradas y el conjunto de las originales dianas hechas a medida para el torneo. Había ya bastante gente pero parecía que el torneo como tal acababa de empezar y eran los zagales, mozos y mozas los que habían empezado con la procesión por parejas pasando de una diana a la siguiente, silbato y anotación mediante. No teníamos ninguna prisa así que nos sentamos en las gradas a disfrutar de la sombra mientras tiraban los más jóvenes, tratando de adivinar las reglas de puntuación de algunas dianas nuevas que no nos sonaban del año pasado. Por ejemplo, había una circular con 12 segmentos de la hora en números romanos a modo de reloj pero no entendíamos a qué número o números había que tirar. Otras eran muy obvias, como las dianas sujetadas por soportes de madera que caían hacia atrás con el impacto de una flecha clavada.


En esta foto se ven bien de izquierda a derecha, el saco, las dianas "temblorosas", el árbol, el laberinto, las abatibles y la inversa

Fue pasando el tiempo, el calor también fue en aumento, y cuando ya había varias parejas de adultos participando en el torneo fuimos a hacer cola. A cubierto tras el escenario temporal montado para la ocasión podíamos calentar frente a dos dianas a unos 15 metros. Tiramos unas tres rondas y cada uno tuvo sensaciones diferentes. Angela soltó bien y agrupó muy bien, Luiyo creo recordar que dijo que se le iban un poco a la derecha y yo no me encontré muy fino, anticipando demasiado la suelta. Pero el caso es que pudimos calentar un poco antes de entrar en el circuito.

Esta espera se hizo un poco larga por un motivo hasta cierto punto entendible. En lugar de tirar unas pocas flechas y se acabó, en este torneo tiras 39 flechas, que son suficientes y suficientemente variadas como para que te quedes muy a gusto. Así que aunque la cola no fuera muy larga, el tiempo medio de una pareja que entrara en el recorrido sí lo era. De hecho, éramos casi los últimos y nos perdimos el desfile de arqueros por las calles del pueblo pero preferimos quedarnos a tirar las flechas en lugar de hacer una pausa de media hora y volver ya muy tarde.

Cuando por fin nos tocó empezamos con la diana "Inversa", que a mí me parece muy divertida. Una diana con forma de sección de árbol, con los anillos puntuando de menos a más según se alejan del centro, con la emoción de puntuar el máximo cerca del nulo, donde ya no hay diana.

Después tocaba la diana de los mecanismos en donde para puntuar tenías que clavar y tumbar hasta tres dianas con soporte. Ésta se nos dio bastante mal, la verdad.

Luego pasamos a tres dianas 3D pequeñas de conejos y patos en donde Angela parecía querer matarlos instantáneamente. A mí no se me dio del todo mal pero empecé a ver que no estaba fino, guiñaba mucho los ojos con el contraste del sol y no acababa de ver las dianas de forma nítida, no es que la viera borrosas, tengo las gafas bien graduadas, pero no era capaz de enfocarme y concentrarme en un punto.

La diana titulada "El Laberinto" fue una curiosa en donde tenías que ir metiendo una flecha en círculos cada vez más pequeños, sin poder avanzar de círculo mientras no metieras la flecha en el círculo de turno. Por algún motivo Angela se equivocó y metió la primera flecha en todo el centro del segundo círculo, pero fue un nulo como una casa así que dispuso de una flecha menos para empezar de nuevo. Aún así se colocó 3 de las cinco flechas y yo me fui contento con cuatro flechas bien metidas.


Creo que aquí estábamos tirando a las abatibles

Luego le tocó el turno al "Árbol", en donde tres urracas 3D esperaban ser abatidas con la puntuación habitual de 3D. Yo no le di a ninguna, momento en el que empecé a temerme lo peor pero Angela metió dos pulmones bien claros. Estaba claro que Angela estaba en racha, concentrada, soltando bien, muy estable. Y eso que apenas había tirado dos o tres veces en mayo y mucho menos con madera.


Volviendo de las abatibles sin mucho éxito

"Las temblorosas" fue una diana muy complicada, en donde tres dianas redondas de mayor a menos diámetro estaban suspendidas por cuerdas verticales tensas que permitían que las dianas, al ser impactadas, se girarán a izquierda y derecha. Nos recordó a las de la tirada medieval de Ávila pero creo que sobre todo por el tamaño pequeño de dos de ellas, era más difícil incluso.


Santiago nos echa una mano para sacar las flechas

La siguiente diana, titulada "El saco", era quizá la más difícil de todas. Un saco suspendido que se giraba y balanceaba con unas pequeñas marcas en forma de diana con diferente puntuación, 5, 10 y 15. Podías disparar tres flechas pero era casi una lotería. Yo tuve más suerte en esta lotería que Angela, pero eso fue todo.

Después vinieron los corzos. Dos pequeños corzos, uno delante del otro y una flecha para cada uno, con puntuación 3D habitual. Cuando aquí fallé las dos flechas ya me rendí a la evidencia de que tenía la mañana tonta así que pasé ya directamente a disfrutar de los tiros de Angela que aunque falló uno (estaban muy cerca para lo que estamos acostumbrados), corrigió y metió un corazón precioso en la segunda.

Después de los corzos vinieron las arañas gigantes pero creo que tendrían que haber sido de un tamaño descomunal para haber acertado porque no dimos con ninguna de las dos flechas. Un desastre total y eso que representábamos a Ithilien, ahí la honrilla quedó muy dañada. Con mucha deportividad y todo eso, pero dañada.

El Castillo fue lo mejor. Cuatro flechas, una a cada ventana, a cada cual más pequeña. 5, 8, 10 y 15 puntos respectivamente. Yo continué en mi racha desastrosa pero Angela sólo perdonó la de 10 puntos, la ventana canija de 15 se llevó un flechazo precioso. Aquí Angela consiguió 23 puntazos.

"La cueva" nos devolvió al mundo 3D con un urogallo parapetado de forma que sólo podías disparar a través de un hueco en una plancha delante del animal. Aquí recuperé un poco mi "mojo" y Angela flaqueó temporalmente.

La penúltima diana era el famoso reloj misterioso y por fin pudimos desvelar su mecanismo. En una bolsa había 12 bolas con un número del 1 al 12 pintado en ellas y a ciegas metías la mano y sacabas una bola. El número pintado en la bola era el número al qye tenías que disparar 3 flechas, 5 puntos cada éxito. Angela sacó el 10 y yo el 12. Yo metí dos buenas flechas y Angela agrupó sus tres en el diez sin pestañear. Aquí es cuando pensé que Angela estaba haciendo una tirada muy buena, camino quizá de un puesto en la final, pero me lo callé porque ella se mantiene alejada de la presión de la competición siempre que puede.

Y la última era una diana de sala reglamentaria, la de siempre, aunque para nosotros es algo que pocas veces vemos, acostumbrados a tirar siempre en 3D. La puntuación habitual y un buen final para los dos.

Con la tablilla terminada yo creo que hice como 86 puntos o así y Angela sumó 130. Luiyo, que iba detrás de nosotros creo que hizo noventayalgo. Firmamos las tablillas de puntuación y las entregamos en la mesa de la organización.


Hice una foto para el recuerdo, hice bien

Hasta la hora de comer no teníamos mucho más que hacer así que volvimos a las gradas tras haber cogido un bocadillo y un refresco en el campamento medieval para disfrutar de nuevo a la sombra y con algo de brisa de los últimos participantes, que eran prácticamente todos miembros del club Arqueros de Pedro I, que durante toda la mañana habían estado en tareas organizativas o acompañando a las parejas de tiro para llevar la puntuación y explicar las reglas en cada propuesta.

Ya rescostados y saciada la sed, los tres pudimos ir siguiendo a tal o cual arquero o arquera en el mismo periplo de 39 flechas, aplaudiendo ante los mejores tiros.

Cuando dieron las dos y quedaba una hora para la comida, nos dimos un paseo por el mercadillo buscando la tetería marroquí cercana a la Colegiata y sentados en los taburetes y con un té moruno templado fuimos comentando de todo un poco. Este año eché en falta algún puesto en el mercado medieval de quesos, chacinas o encurtidos que sí vi el año anterior, una pena porque me hubiera dejado algo de dinero gustosamente.


Nos lo estábamos muy bien, no sé si se nota

Cerca de las tres nos encaminamos al Hotel-Restaurante El Mesón para acompañar al resto de arqueros y arqueras que habían optado por participar de la comida. El salón estaba casi repleto cuando llegamos pero un nutrido grupo de arqueros de Pedro I nos acogió en su mesa y allí fuimos los tres. A mi izquierda estaba Daniel, el presidente y a la derecha de Angela estaba Santiago, la persona que nos había ido acompañando durante la mañana con la puntuación.

Había un ambiente fantástico y la comida estuvo a la altura. Una ensaladilla rusa muy rica, después un cordero sabroso y tierno y tarta y café para terminar. El vino no faltó aunque la gente se contuvo. Hubo tiempo para dar las gracias a todos los presentes, tener un detallazo con Cristina, del club Pedro I, que al parecer estaba de vuelta de una durísima enfermedad y que nos emocionó a todos, y nombrar a los finalistas. Y aquí es cuando se confirmó que Angela había pasado a la final de forma sobrada con sus 130 puntos, en concreto cuarta.


Una parte del salón del banquete

Quiero que los lectores de este blog entiendan que Angela se aleja de la competición en todos los ámbitos siempre que puede porque le genera una tensión que no disfruta. Le pasa con los juegos de mesa (le gustan los cooperativos o los que no son abiertamente competitivos entre jugadores), los videojuegos y todas las actividades donde la competición sea un componente central. Obviamente, en el tiro con arco hay contrincantes "humanos" así que es muy habitual que Angela en las raras ocasiones que participa en torneos o tiradas de liga (tampoco le gusta madrugar) directamente no entregue la tablilla de puntuación. En la tirada IFAA de CAMS donde quedó segunda no tuvo más remedio porque necesitaba que se la sellaran pero no es raro que se la guarde. En un ambiente tan cordial y festvo como el de Torrijos simplemente se desentendió del tema y se centró en recordar lo divertido que había sido el particular "recorrido".

Volviendo al cordero y la sospecha de que el corte en 122 puntos suponía que ella pasaba el corte nos acordamos de que medio en broma medio en serio el día anterior había dicho que si por un remoto casual pasaba a la final ofrecería su plaza a otra arquera. Ya, eso puede que lo pienses con un mojito en la mano la noche anterior pero cuando te nombran con el micrófono para que acompañes a las otras Damas finalistas, sabes que rechazar tu puesto es hacer un feo a la organización y eso sí que Angela lo hubiera llevado incluso peor, así que entre las bromas del resto de los comensales, se hizo a la idea y ya está.


Cinco de las seis Damas finalistas

Cuando volvió a sentarse tras la foto de recuerdo de las finalistas, decidió pasar del postre y tomó un sorbo del café con la mirada un poco perdida mientras Luiyo y yo nos encogíamos de hombros y nos reíamos.


Aquí lucen los ocho finalistas Caballeros

El año pasado no pudimos estar en la comida porque Luiyo y Esther aparecieron el sábado para ver el torneo y optamos por comer en uno de los puestos medievales así que no podemos comparar pero la comida de este año en El Mesón estuvo francamente bien. Las raciones generosas pero sin pasarse, la calidad muy alta, bien organizado y con posibilidad de charlar con la gente dentro del barullo pero bien. Por mí podemos repetir el año que viene, jajajaja.

Eran las cinco cuando nos retiramos y fuimos a tomar algo fresquito a un bar-restaurante argentino de la plaza, a escasos metros de donde se disputaría la final y donde en media hora arrancarían los juegos con premio previos a ésta. En ese momento, cayeron algunas gotas pero la amenaza de lluvia fue un espejismo. Después de terminarnos las tónicas sin nada de gin volvimos a montar los arcos para probar suerte en los juegos de puntería. Esto se demostró misión imposible. Dio igual que Marijose tratara de poner orden, las hordas de arqueros y arqueras no respetaban ningún orden de tiro, agolpándose para acertar a dar a las manzanas o a los naipes con premio. Algunos tratamos de simular una cola pero solo conseguimos alargar nuestra agonía porque para tirar lo único que tenías que hacer era saltarte la cola. Creo que estuvimos media hora y no habíamos tirado ninguna flecha cuando por fin nos vimos frente a las dianas y disparamos una flecha. A Angela le tocó un estuche de colegio que irá para alguna de nuestras sobrinas.

A mi juicio los juegos de la tarde, pensados para repartir premios a prácticamente todo el mundo, les hacen un flaco favor al propio club de Arqueros Pedro I. Trabajan mucho este aspecto con los patrocinadores pero luego siguen confiando en que si le dices a la gente que tire una flecha y se retire, lo va a hacer, y está demostrado que no. Se me ocurre que hagan como por la mañana, que hay una cola oficial, se pueden usar unas vallas de madera y que cada arquero o arquera, en grupos de 4, pueda disparar hasta tres flechas a una diana que tiene premios. Puntúa para premio la flecha mejor colocada (mejor premio) y te dan una tarjeta con el nombre del premio para canjear más tarde. Cuando se hayan acumulado una serie de flechas, se hace una pausa y se retiran todas para dejar la diana limpia otra vez. Es un ejemplo, seguro que hay otras formas de hacer algo con ritmo y en donde todo el mundo se quite el mono de tirar flechas y puede haber dianas con mayor riesgo pero mayor premio para darle emoción, etc.

En ese momento tuvimos que tomar la decisión de retrasar la sesión de SPA en el hotel que habíamos reservado una semana antes. Habíamos reservado a las 8 de la tarde, confiando en que la final arrancaría puntual a las 7 y terminaría más o menos sobre las 8, momento en el que iríamos al hotel a por el SPA antes de la cena. Pero claro, Eran las siete y todavía no había empezado la final y Angela participaba en la de Damas así que hablamos con el hotel y nos lo retrasaron hasa las 10 de la noche, ¡menos mal!

La final

Por fin llegó la final pero sentados en nuestro banco lo veíamos todo muy bien. Apareció una lectora fiel de este blog y también conocedora de ghilbrae.com, el blog de Angela, Irina, y nos dijo que tras ver la final del mismo torneo el año pasado, se había interesado por el tiro con arco. Dado que aunque era de Albecete vivía con su pareja en Torrijos, lo tenía fácil para aprender con el fantástico club que tiene el pueblo. Nos encantó conocer de nuevo a una persona a la que había resultado útil leer aljaba.net y ghilbrae.com. Si alguna vez nos veis en algún evento y seguís nuestros artículos, incluidos los artículos invitados, no dudéis en saludarnos, es muy reconfortante y nos motiva a seguir dando la barrila con el tiro con arco tradicional. Decimos esto porque es cierto que acercarse a un desconocido y entablar una conversación, en según qué casos, puede resultar incómodo para el sorprendido, pero en este caso y por este motivo, no hay problema.


Irina, con su Bucktrail Blackhawk y Angela, minutos antes de la final

Irina se despidió de nosotros y como empezaba a haber más gente viendo la final, abandonamos nuestra posición y directamente nos colocamos en la barrera para verlo todo bien cerca. Para zagales, mozos y mozas pusieron una diana más grande pero hay que reconocer que el nivel que vimos en esas dos finales dejaron a todo el público un poco entre sorprendidos y MUY sorprendidos. Supongo que Marijose ya intuía el guion y de alguna manera se lo esperaba, disfrutar de tantas buenas flechas, ya que ella está al frente de la formación de muchos de estos chicos y chicas entre la escuela municipal y el club. Soy muy escrupuloso con las fotos y vídeos de menores así que confío en que encontréis ese material de manos de padres, madres o tutores en las redes sociales, realmente merece la pena.

Fue el momento de la final de Damas así que me despedí de Angela, le deseé lo mejor y me mantuve en mi sitio cerca de la plataforma elevada desde la que tiraban a una diana, ahora ya más pequeña (yo juraría que era una diana de campo de 40cm de diámetro) pero a la misma distancia de unos 15 metros, quizá alguno más, era difícil de saber desde mi posición.

Las seis finalistas, por orden decreciente de puntuación creo que eran Marian (recurvo takedown), Beatriz (recurvo monoblock), Miriam (recurvo monoblock), Angela (longbow réflex-déflex de 58"), Sonia (recurvo takedown) y Marijose (recurvo monoblock). Pero el orden de tirada era el inverso, así que empezaba Marijose y Miriam sería la última. Yo estaba hecho un flan pero tenía que grabarlo todo. Una final de torneo medieval es algo especial y si Angela vencía a los nervios, veríamos tiros bonitos.

En la primera ronda todas las Damas tiraron muy bien pero finalmente, por muy poco, Miriam quedó eliminada. ¡Wow! pensé, Angela ya va a poder decir que pasó el primer corte. Llegó la siguiente ronda y los nervios le jugaron una mala pasada a Beatriz, que quedó eliminada con una flecha muy baja. Angela había tirado su primera flecha un poco abajo y la segunda, buscando corregir se había ido un poco arriba, pero siempre dentro del "4". Bueno, esto iba sorprendentemente bien para Angela y, claro, pensé que el podio era posible así que seguí grabándolo todo.


Marijose durante la final

Llegó la tercera ronda eliminatoria con 4 arqueras en liza. En esta ocasión Angela se mantuvo en el anillo del 4, quizá mejor pero se le fue a la derecha un poco. En esta ronda Sonia fue la que cayó eliminada. El nivel era altísimo, buenísima técnica, todas las flechas muy bien colocadas y siempre necesaria la labor del juez para señalar la flecha más alejada del centro. ¡Sólo quedaban tres arqueras y Angela estaba entre ellas! Y lo mejor es que veía a Angela ejecutar su técnica sin titubeos. Se plantaba, respiraba hondo, relajaba hombros, presentaba el arco, doblaba el codo izquierdo dos o tres veces para asegurarse de que estaba paralelo al suelo, pretensaba, anclaba, oscilaba arriba y abajo el arco alrededor de su referencia mental, un segundo, dos, suelta limpísima hacia atrás y la flecha bien clavada.

A partir de aquí realmente yo pensaba que mientras no ocurriera un desastre, como que se le enganchara la flecha o saliera despedida al muro, se llevaría un recuerdo fantástico (y merecido). Entonces, la emoción se triplicó porque Marijose comenzó metiendo una flechaza en el amarillo que dejó a Angela y a Marian peleando por pasar a la final. Ambos tiros fueron muy buenos y muy parecidos. Desde mi posición yo hubiera jurado que la de Angela estaba más cerca y que debía pasar pero los jueces no se quisieron arriesgar y de regalo hubo más emoción. La final de Damas estaba siendo una pasada así que me pareció una decisión hasta cierto punto razonable, sobre todo porque realmente Angela se hubiera ido feliz con su tercer puesto igualmente. El caso que tuvieron que repetir Angela y Marian. Empezó Angela e hizo un buen tiro pero Marian hizo un tiro un pelín peor, no mucho, pero lo justo para que en esta ocasión los jueces lo tuvieran más fácil.


Marian, muy concentrada, durante la final

En este punto yo creo que yo ya estaba en piloto automático, alucinando mucho. Angela había subido ya 5 veces a la plataforma y había colocado 5 buenas flechas tirando como ella sabe pero delante de una diana de campo cuando ella básicamente solo tira 3D y a ser posible modalidad IFAA. Pero si pensaba que no podía pedir más, estaba equivocado, oh, sí, muy equivocado.

Volvió a subir la vigente campeona, Marijose, se tomó su tiempo para concentrarse, no se oía más que la música de fondo del mercado medieval. Se plantó, ancló firme y, ¡bam! flecha al amarillo que arrancó la ovación del público, paisanos suyos que si hubieran podido la hubieran llevado en volandas con flecha en mano hasta la diana. Era probablemente la segunda mejor flecha de toda la final hasta el momento, quizá una previa de Marian había sido un mejor 5, en cualquier caso, solo quedaba una flecha, la de Angela. El maestro de ceremonias viendo que el público estaba con ganas de jalear a Marijose pidió silencio y respeto para Angela.


Angela durante la final

A ver, cualquier flecha clavada en la diana habría valido, cualquiera. Lo que no hubiera valido (para Angela) es clavarla de cualquier manera por el parapeto. Pero bueno, eso no fue lo que pasó. Lo que pasó es que Angela se subió por sexta vez a la plataforma, se estaba medio riendo porque yo creo que no se creía lo que estaba pasando y, sobre todo, no pensaba que pudiera mejorar la flecha de Marijose. Al final encontró la compostura para ponerse seria y concentrada, repitió su rutina, pestañeó mientras abría el arco, ancló, osciló el arco suavemente arriba y abajo, un segundo, soltó y la flecha voló para clavarse en el único sitio que le valía, en todo el centro de la diana. La mejor flecha de toda la final de Damas fue la que cerró la eliminatoria de forma incontestable. El público presente no se creía lo que veía, parecía el guion de una película ejecutado delante de ellos, y rompieron --rompimos-- a aplaudir y a festejar una flecha digna de una final y de un primer puesto en el X Torneo Villa de Torrijos.


El juez ante dos flechas dignas de la ronda final

Marijose y Angela se fundieron en un abrazo espectacular en cuanto Angela bajó los escalones todavía sorprendida mientras la gente seguía aplaudiendo y yo alucinaba mucho, pero mucho. Luiyo me miraba igual de alucinado y encantado. ¡A la que no le gustaba competir y va y con 120 arqueros y arqueras y paisanos de Torrijos fijando los ojos en cada gesto y cada flecha se marca esta final! Cuando recogió su flecha y pudo salir del recinto tras recibir numerosas felicitaciones de la gente, la intercepté y la abracé y la besé mientras trataba de articular alguna pregunta. En fin, fue el conjunto de todas las emociones positivas lo que yo sentía en ese momento y a juzgar por su expresión de felicidad ella no andaba muy lejos tampoco.

Con el buenísimo sabor de boca de la final de Damas arrancó la de Caballeros. En esta ocasión eran 8 por la proporción mayor de Caballeros que Damas. Conocíamos a casi todos en persona o de vista, sobre todo a Apo (Arqueros de Leganés), Santiago (Arqueros Pedro I) o Daniel (Arqueros Pedro I). Jose, de Arquería Robin fue el único con un recurvo monoblock, el resto tiraron con recurvo takedown.


Jose se prepara para tirar su flecha en la final

Empecé a grabar igual que en Damas pero se me hizo más difícil porque al salirme de mi posición no volví a coger el mismo sitio y, sobre todo, porque con Angela de vuelta tampoco quería ignorarla. Se acercó Marijose para felicitarla de nuevo, aún emocionada por la final tan estupenda. Creo que ésa la fue la guinda del pastel, la camaradería de todas las arqueras finalistas, empezando por Marijose.


Agustín durante la final

Cuando volví mi atención a la final de Caballeros, habían pasado al menos dos rondas eliminatorias más. La percepción que teníamos los asistentes es que los arqueros estaban más nerviosos que las arqueras. Era una percepción porque la procesión va por dentro pero me pareció que acusaban haber visto la tensión de la final de Damas y acumular los nervios hasta un nivel insoportable. De los ocho finalistas, creo que Apo acabó quinto, subiendo tres posiciones en la clasificación, y al final quedaron Santiago y Álvaro. Comenzó Álvaro y tiró una buenísima flecha que dejó a Santiago ante una situación parecida a la de Angela en Damas. En esta ocasión no pudo ser y Álvaro ganó merecidamente la final de Caballeros. En estas finales siempre hay un poco de lotería pero hay que reconocer que Álvaro fue el que mejor tiró en términos generales durante todas las rondas eliminatorias. La técnica era elegante y fluida y las flechas iban siempre cerca del amarillo o directamente en el amarillo. De hecho, creo que una de sus flechas se clavó al lado de la última de Angela, eso no es casualidad. Podréis ver los dos tiros de la final en el vídeo resumen del final.


Álvaro, de Talavera de la Reina, ganador de la final de Caballeros

Terminada la final de Caballeros se hizo entrega de los trofeos de todas las categorías y Angela fue a recoger su trofeo de campeona y su jamón ibérico junto con el resto de arqueras finalistas, que seguían demostrando la misma camaradería ahora ya con la tensión de la final un poco en el olvido.


Varias finalistas comentando tras la final

En este punto, con la final resuelta, el público comenzó a disgregarse y empezaron a desmontar un poco el chiringuito. Nos hubiera encantado quedarnos más tiempo para saborear el momento pero no queríamos volver a mover la hora del SPA así que nos fuimos al hotel junto con Luiyo, que iba a hacer el check-out para irse a un cumple de vuelta a Madrid.

Tras la final y el domingo por la mañana

El SPA de las diez de la noche fue un momento de felicidad y relax a partes iguales. El Hotel La Salve tiene un minicircuito de 8 ó 9 "paradas" completamente privado así que estás a tu aire. Aprovechamos para recordar algunos momentos del día, desde la mañana a la tarde, mientras notábamos que los estómagos empezaban a pedir algo de alimento.

Cenamos sobre las 11.15 un menú gourmet muy muy rico en el restaurante del hotel, el Borbollón, que no tiene buenas reseñas por casualidad. La verdad es que el hecho de que aceptaran servirnos tan tarde ya les hizo ganarnos nuestra simpatía. El día terminó escuchando de fondo los petardos y fuegos artificiales del correfoc más allá en el pueblo, sentados en el jardín del hotel con una buena copa y una brisa suave. Caímos como dos rocas y dormimos a pierna suelta hasta las 10 de la mañana.

La mañana del domingo el año pasado fue básicamente desayunar y coger el coche para ir a Madrid pero este año nos habían sugerido que viéramos la exhibición de arqueros por la mañana al mediodía así que retrasamos la salida y fuimos al mismo patio donde la mañana anterior se había celebrado la ronda clasificatoria. En las gradas no cabía un alma pero nos hicimos fuertes arriba del todo y vimos como Marijose organizaba una tropa de chavales y chavalas, todos con la indumentaria del club y ganas de demostrar lo que están aprendiendo. Fue una exhibición muy bonita y el público la disfrutó mucho, me pareció una forma bastante original y diferente de unir al pueblo y a sus hijos en una actividad tan positiva, mitad deporte, mitad actitud mental.

Y con el viaje de vuelta a casa, en Madrid, concluyó nuestra participación en el X Torneo Medieval Villa de Torrijos, un ejemplo de mucho trabajo y buena arquería. Si tenemos la suerte de que vuelvan el año que viene con el XI Torneo, mi recomendación es que os apuntéis sin dudarlo. Independientemente de si pensáis en clasificaros para la final o no, el torneo merece mucho la pena y el club Arqueros de Pedro I os tratará como a la familia.

Y por fin termino la crónica y os dejo el vídeo resumen de la jornada, con algo de protagonismo en la final de Damas, como era de esperar.