El pasado sábado 26 de Mayo del 2018 se celebró el XI Torneo Medieval Villa de Torrijos. Organizados por el club de Arqueros Pedro I. Una jornada maravillosa, llena de buena gente y tiradas muy interesantes. La primera vez que he participado, y me ha encantado.
Por la mañana, arqueros y arqueras de todas las edades nos jugábamos la clasificación a través de puntuaciones en diferentes propuestas, algunas muy originales (y complicadas) y otras sencillas, tipo Bosque 3D, para dejarnos con buen sabor de boca. Como a veces suele pasar, sobre todo si hace mucho que no vas al bosque -mea culpa-, o te tomas las medievales como un reto o sino todo te resulta diferente. En las dianas fáciles yo fallé estrepitosamente y en las complicadas hice tiros resultones.
En esta foto, Álvaro, segundo en la final de la categoría caballeros, nada más empezar la jornada con las Arañas, y José Manuel Jiménez Moreno, intentando apuntar al amarillo. Esta fue la primera propuesta.
Cabe destacar la diana pizza, en la que dividen una diana en 12 porciones, colocando números en cada porción como si fuese un reloj. Antes de tirar, eliges un número al azar dentro de una bolsita que el juez amablemente te ofrece, y tiras. Si metes alguna de las 3 flechas en tu número correspondiente, 5 puntos. Si las metes en otro sitio, nada.
En realidad la diana pizza se llamaba El Tiempo. Se nota que me invento los nombres. Mis flechas son las naranjas, en el número XI.
Cero puntos o NADA es mucho decir cuando vienes de dos propuestas complicadas, la primera, demoninada el dado volador (para el resto de los mortales, la girodiana), si le das son 10 puntos y si fallas resta puntos. La segunda, los aros con huevos, en las que tienes que clavar tu flecha en 3 huevos de plástico, a diferentes distancias, como los relojes de las dianas de olímpicos.
Originales, ¿verdad? Sobre todo muy divertidas. Se pueden ver algunas al fondo en el video. Al ser tan sólo 13 propuestas, se hacen amenas y accesibles: las risas están aseguradas, sobre todo esperando la cola y hablando con los jueces.
Pero mi propuesta favorita en esta medieval ha sido el tronco invertido aka. a los arqueros de Pedro I les gusta la madera y tirar al revés, una especie de diana con forma de tronco irregular que imita la sección del tronco de un árbol, la cual no era simplemente difícil, en realidad estaba hecha para Tom Cruise en Misión Imposible. Muy muy entretenida.
Con mis compañeros de Arqueros de Ulises, José Ramón Carrillo y José Manuel Jiménez, medio tapando la diana invertida, sonriendo, incautos ante nuestro funesto destino. Se puede apreciar El Tiempo.
Otra de las cosas que me llamó mucho la atención fue el mimo que nos dieron los arqueros de Pedro I, desde el inicio hasta el final. Adela Cristina, organizadora excelente, me animó a asistir ya en la pasada edición de la tirada medieval en La Adrada y nos ha tratado de lujo. Todos los arqueros de Pedro I se han portado de 10. El ejemplo más destacable es por la mañana, ya que no tiras a tu aire, sino que te colocas en un grupo de 2 personas, y un juez está todo el rato contigo, explicándote el recorrido y cada propuesta, ayudándote a retirar las flechas, dándote consejos y sobre todo, intentando que lo pases bien. Siempre tienen un comentario positivo, un juicio justo y son imparciales. Santiago (mi juez) me felicitó y me deseó suerte. La verdad es que es un lujo cuando conectas con la gente mientras tiras.
Después de entregar las tablillas con los resultados, nos dieron un tentempié (bendito bocata, estaba famélica) y nos dirigimos al restaurante. Comimos mientras los asistentes vitoreaban el famoso ¡Arqueros! y pasé una comida excelente con José Manuel, José Ramón, Pablo, Ángela (ambos archiconocidos), Marisol Jiménez (vestida de escocesa por la mañana y de viuda medieval por la tarde) y Félix Gallego (esta vez de vikingo), arqueros del Club de Tiro con Arco Moratalaz. Me quedo con el recuerdo del tremendo abrazo que me dio Ángela, de la sensación de "revival" con Pablo, las anécdotas de los arqueros de Ithilien sobre Inglaterra y la vida tan interesante de mi pareja favorita de arqueros disfrazados.
Por favor, si veis a vikingos o a escoceses en alguna medieval, no dudéis en saludarlos de mi parte, seguro que son ellos: son inconfundibles. Para muestra, un botón. De izq. a der., Félix, José Manuel, Pablo pensativo, Ángela siempre risueña, una servidora y Marisol.
Por la tarde, me clasifiqué en la sexta plaza de las arqueras que pasaban a la final (¡Lo conseguí! ¡siendo la primera vez que participo! ¡qué ilusión!). La tirada se trasladó a la plaza del Ayuntamiento, donde la diana se encontraba en alto y cada arquero tiraba subido a una plataforma. Muerte súbita. Tiraron todos los arqueros clasificados, y la flecha más alejada del centro se eliminaba, así hasta que sólo quedasen dos en la final.
La final de los zagales fue muy emocionante, tirando mezclados y demostrando que el tiro con arco no comprende de diferencias de género cuando se trata de pasárselo bien. Todos estaban muy nerviosos aunque demostraron tener tablas desde tan temprana edad. También fueron muy educados: ¡Los finalistas se dieron la mano antes del último tiro! Demostraron mucha elegancia y saber estar.
Después me tocó el turno con las damas. Como fui la última clasificada, tiré la primera. Reconozco que no estaba nerviosa, pero sí con presión. No por la gente alrededor, ni por estar en la plataforma, ni porque te la juegas a una flecha... era porque no quería fallar. En realidad no quería fallarme a mi misma. A veces la autopresión me juega malas pasadas, y muchos tiros fueron al 3 y al 4.
Pablo me sacó en mi mejor momento. El antes y el después.
Tiré rápido pero tranquila. No obstante, el momento más tenso fue cuando quedamos dos arqueras con flechas equidistantes del centro, es decir, a la misma distancia, medidas por los jueces al milímetro. Casualidades de la vida, ¿Cómo es posible que dos personas tirando arcos diferentes, con flechas diferentes, en momentos diferentes, a zonas de la diana contraria, sean capaces de darle y separarse del centro los mismos centímetros?
Tiramos a la vez mi compañera arquera y yo, encima de la plataforma, intentando que los tiros coordinasen juntos. Yo saqué un 5. Me abrazó y me felicitó. Ante todo, compañerismo y buen rollo. Ese momento fue muy especial para mi y agradezco siempre esos pequeños gestos, que hacen que el día sea genial. Acabé tercera, contenta. Apoyando a Miriam, gran arquera de Leganés, madre de una arquerita pequeña de 4 meses, y campeona de esta jornada en categoría damas, con un primer puesto merecidísimo. Mucho esfuerzo, nervios pero grandes tiros. Se merece el gran aplauso que obtuvo en la final ¡Con jamón incluido!
Tercer, primer y segundo puesto, o mejor dicho: lomo, jamón y queso.
Por último, la final de caballeros estuvo muy disputada. Me ofrecí a ayudarles a subir a la plataforma, ya que Santiago (¿Os acordaís de mi juez el simpático?) se clasificó y tenía que tirar. Muchas risas y muchos nervios, ¡Algunos arqueros bajaban como flanes! De los 10 finalistas se coló un longbow tradicional, cosa que me hace mucha ilusión, ya que demostró que los arqueros con longbow pueden codearse con los recurvo tradicionales y ponerles las cosas difíciles. También vi arcos de alta gama y de gama media, como un Samick Lighting con el reposaflechas más raro y minimalista que me he encontrado hasta la fecha, tirando de maravilla. Mi enhorabuena a todos los finalistas.
Una medieval excelente, el año que viene repito seguro. ¡Viva la Medieval de la Villa de Torrijos! Y juro solemnemente que este post NO está patrocinado.
¿No se me nota en la cara la felicidad lo orgullosa que acabé? ¡Encima el trofeo que está curradísimo ya que tiene una flecha y el logo de los arqueros de Pedro I de Torrijos!
Por último, quiero dar mi agradecimiento a José Manuel y a José Ramón, arqueros incansables, siempre con una sonrisa por delante y dando buenos consejos. Gracias por el apoyo que recibo por vuestra parte. Este tercer puesto es tan vuestro como mío. Y a Ángela y a Pablo, por vuestra filia dentro y fuera del mundo de la arquería, junto con las constantes oportunidades que me dais al escribir en este blog. Gracias, de corazón, o mejor dicho, gracias, de arco a flecha.
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