Para Angela y para mí era el tercer año consecutivo que asistíamos a este fantástico torneo de corte medieval en el municipio de Torrijos, provincia de Toledo. También lo era para Luiyo, con el que hemos coincidido en las tres ocasiones. Para Yamila, Ana y Álex F, sin embargo, era la primera vez que iban a disfrutar del "montaje" del club Arqueros de Pedro I tanto en la ronda clasificatoria de la mañana como de la final vespertina.

El plan era sencillo, Angela, Ana, Álex y yo llegaríamos el viernes por la tarde, a tiempo para cenar sin prisas, dormiríamos sin preocuparnos de la hora salvo por el límite del desayuno del hotel y, tras cambiarnos, iríamos a encontrarnos con Yamila y Luiyo en el Palacio de Pedro I, que habrían salido ese mismo sábado por la mañana.

La noche del viernes la pasamos dando un paseo, cenando en un sitio que nos gustó y volviendo por las calles entonces empapadas de una tormenta de la que nos libramos por los pelos. Acabamos tomando un tradicional "mojito medieval" en uno de los puestos del mercadillo. Nos atendió muy amable el dueño y fabricante de mojitos y sangrías que tenía una dicción y acento castellanos que me llamó la atención de los "limpio" que sonaba el idioma cuando lo hablaba. Luego caí que había dicho que venía de Valladolid y entonces recordé que esa provincia es famosa por la "neutralidad" de su castellano. Este señor debería reencarnarse en presentador de telediarios.

No nos complicamos y nos volvimos a alojar en el hotel spa La Salve, que aunque es un poco "capricho", la relación calidad precio, con desayuno incluido, está bastante bien. Además, están siempre muy abiertos a necesidades un tanto especiales por el tema de la indumentaria medieval.

Hacía un día nublado pero perfecto de temperatura y cuando llegamos pasadas las 11 de la mañana a la zona de la tirada, vimos que ya estaba todo funcionando a plena potencia, con parejas de participantes entrando por el fondo y saliendo por la zona cercana al campamento medieval.

Íbamos sin prisa ninguna así que no puedo asegurar cuándo nos pusimos realmente a la cola pero llegó un momento en el que alguien ¿quizá Ángela? sugirió que no estaría de más calentar un poco antes de que nos tocara el turno de entrar en el "recorrido".

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Ana, Luiyo, Yamila, Angela y yo. Álex prefiere no salir en fotos.

La alineación de Ithilien era la siguiente: Yamila iba con su longbow Bearpaw Blackfoot, Luiyo con su Bearpaw Bodnik Raven, Álex con su Bearpaw Bodnik Mingo, Ana con su Bearpaw Bodnik Longbow, Angela con su Mollegabet prehistórico y yo con mi longbow inglés de carruaje del siglo XIX. Salvo por los "históricos", Ithilien parecía estar patrocinada por la casa alemana...

Semanas atrás, el "elefante en la habitación" de Angela había sido muy obvio. Habiendo quedado campeona en Damas el año anterior en una final inolvidable (y si la habéis olvidado, aquí tenéis un enlace al vídeo y a la crónica), la pregunta era qué pensaba hacer este año. Ella quería dos cosas aparentemente excluyentes. Por un lado, esforzarse por tirar buenas flechas y por otro, no clasificarse para la final porque lleva mal los nervios de la competición. ¿Cómo resolver este entuerto? Encontró una solución muy inteligente, autoimponerse un handicap con uno de sus arcos favoritos, su arco prehistórico Mollegabet con la flecha apoyada en la mano, con el que llevaba casi un año sin tirar. De esta manera, podría dar lo mejor de sí misma y al mismo tiempo, casi de forma garantizada, no obtendría una puntuación por encima del corte. A mí me pareció una decisión muy honesta y muy elegante también con la organización a la que admiramos y queremos tanto. Yo me solidaricé yendo con mi longbow inglés y a cambio tuvimos unas fotos estupendas.

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Aquí con mi conjunto arqueril, sencillo pero efectivo. Podéis ver una imagen ampliada en este enlace

Nuestros atuendos estaban bastante bien, todo hay que decirlo. Evidentemente, estas tiradas no persiguen la recreación histórica (para empezar, los arcos pueden ser recurvos takedown) pero hay margen para trabajar un poco el cuero, el textil, los accesorios arqueriles, etc. El nivel máximo creo que lo pusieron los habituales de estas tiradas, Félix y Marisol, con atuendos muy profesionales.

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Félix, Marisol, Angela y yo

Cuando quedaban pocas parejas delante de nosotros para entrar en el circuito de propuestas llamaron para el desfile de arqueros, que es tradición en estas fiestas medievales. Nosotros participamos en el primero año que fuimos y es bastante divertido. Evidentemente, una vez que estás a punto de entrar en las dianas, lo último en lo que piensas es en salirte de la cola e ir a desfilar por las calles, lo que quieres es sentir la cuerda del arco, coger una flecha y centrarte en el reto que te vaya tocando cada vez. Así que no nos movimos ni un pelo.

El efecto colateral de esta llamada a desfile fue que de pronto escasearon jueces anotadores de la organización y tuvimos que esperar impacientes hasta que se liberaron algunos. No cundió el pánico pero sí que hubo miradas nerviosas y balanceo del cuerpo sobre las piernas con ganas de que aquello no se demorara mucho, cosa que no hizo porque al cabo del rato vinieron varios jueces anotadores a atender a las últimas parejas.

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De izquierda a derecha, el cubo mortal, el saco móvil, los discos, el laberinto, los conejos 3D, las abatibles y las arañas gigantes donde se puede ver a Luiyo

Las propuestas eran en su mayor parte similares a las de los años anteriores con algunos cambios reseñables. No voy a describir aquí con detalle todas y cada una de ellas pero sí a reconocer que fue el conjunto que más me gustó de los tres años que hemos ido. Para empezar, no había diana FITA, que le quitaba gracia. Las "urracas" tampoco estaban, me parecieron peligrosas por la altura a la que las habían puesto el año pasado. A cambio, mantuvieron la clásica invertida, las arañas, la cueva y otras como el castillo o las abatibles y añadieron con cierta sorna los huevos o la del cubo que restaba si impactabas en lo negro. El reloj, que me parece genial, también estaba allí. En definitiva, me encantó el conjunto de este año, ni un solo pero.

Detrás de nosotros iban Yamila y Luiyo pero apenas podíamos fijarnos en cómo se defendían aunque oír sí que oíamos risas. Tras ellos, Ana y Álex cerraban el contingente de Ithilien, pero imposible prestarles atención una vez que estábamos metidos en la maquinaria de las propuestas.

Yo me encontré bien haciendo buenos tiros entremezclados con algunos que se iban a la izquierda. Eso me pasa cuando canteo excesivamente el arco o cuando lo separo en exceso de mi cuerpo. Con dianas minúsculas, esos errores se pagan caros, pero me quedé más satisfecho este año que el anterior. Angela, por su parte, tiró genial. Se la notaba muy centrada, ejecutando bien la técnica y aunque luchaba "contra" su arco cada vez que lo tenía que agarrar, la verdad es que le sacó partido. Era obvio que tiraba relajada, despreocupada de la puntuación y así, propuesta a propuesta fuimos disfrutándolas todas. Se me dio particularmente bien la de los discos en disminución y las dos de 3D. A Angela se le dio perfecto el reloj y le gustó mucho cómo tiro al saco en movimiento aunque la puntuación se le escapara por los pelos.

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Las flechas de Angela a la izquierda, a eso se le llama agrupar

Cuando terminamos, con la diana inversa, pudimos detenernos a ver a nuestros amigos de Ithilien antes de ir a por el merecido bocadillo y el agua a la tienda del mercado medieval. Mientras hacíamos tiempo para la hora de comer, aprovechamos para hacer unas cuantas fotos, algunas de las cuales eran en plan pose y otras más de grupo. Se dio la casualidad de que Félix y Marisol andaban cerca y los llamamos para una foto con nosotros dos.

Al rato nos fuimos andando al restaurante del mesón donde nos esperaba la comida de hermandad y allí fue cuando nos encontramos con Sonsoles tras bastantes meses sin coincidir. Fue un bonito reencuentro y acabamos todos sentándonos juntos en un extremo de una de las largas mesas. Una pena que este año no pudiera asistir María José Requena, nos hubiera encantado saludarla y pasar algún rato con ella, será en otra ocasión.

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De izquierda a derecha, Ana, Angela, Sonsoles y Marisol

La comida fue muy agradable, con muchas conversaciones y muchos temas y un menú que estuvo bastante rico, en especial el añojo (creo que era añojo) al vino y hierbas (se notaba el romero y el orégano) que se comía facilísimo. Creo que fue durante el postre y el café cuando anunciaron a los finalistas y entre las damas estaba Sonsoles ¡alegría! (Podéis leer su particular crónica con alguna foto mía en este mismo blog).

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Aspecto del salón durante la comida de hermandad

Cuando terminamos la comida, sobre las cinco de la tarde, me di cuenta de que la organización había optado este año por no tener los juegos previos a las finales en donde en virtud de unas pruebas de puntería, todos los participantes podían llevarse algún pequeño premio. Desconozco el motivo de por qué eliminaron esa parte pero desde aquí quisiera decir que fue todo un acierto. En las dos ocasiones anteriores ya manifesté que no acabé de disfrutar nunca ese rato, en donde había bastante caos y mucha ansia por todo el mundo por coger sitio en la línea de tiro. La final a las seis de la tarde en lugar de a las siete fue todo un acierto y además empezó puntual.

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Una vista del mercado desde su comienzo en la plaza

Yamila y Luiyo se volvieron a Madrid en ese momento y nos quedamos Álex, Ana, Angela y yo. Buscamos buenos sitios a la izquierda de la zona habilitada para la final, en la plaza y sobre tarimas, y vimos primero a los más jóvenes tirar (muy bien, por cierto). En juveniles ganó en una muy disputada final Estefanía a Álvaro, ambos tirando muy bien durante toda la muerte súbita que es la final de este torneo, en donde en sucesivas rondas, la peor flecha elimina a su tirador o tiradora.

Para la final de damas redujeron el tamaño de la diana. Ésta sigue siendo una diana FITA de papel en una tirada medieval, entiendo que para comodidad de jueces ante inevitables cuasi-empates, pero hay que reconocer que no te mete mucho en el rollo medieval. Tendría que haber alguna forma de tener una diana que no desespere a los jueces y que tenga un aspecto más genuino.

Anunciaron que en lugar de seis, tirarían siete damas tras una corrección y el público, que había disfrutado con las finales de los chavales, se apretujó un poco más para esta de las Damas. Como sucede en todas las finales, los nervios pueden hacer que una arquera excepcional cometa fallos incomprensibles pero aquí no hubo muchos de ésos, al contrario, en general el nivel estuvo bastante bien. El público en general, a petición del maestro de ceremonias micrófono en mano, en general respetó en silencio los momentos previos a las flechas pero a medida que se fueron acercando las rondas finales, los murmullos de excitación fueron poco a poco en aumento.

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Susan durante las rondas finales

Sonsoles tiró bastante bien aunque, como ella misma reconoció luego, apenas anclaba y soltaba muy rápido. Lo bueno es que la regularidad la mantuvo siempre fuera del riesgo de quedar eliminada, incluso cuando tuvo que forzarse un desempate a mitad de final.

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Sonsoles subida a la tarima tirando la primera

Las tres arqueras que llegaron al final fueron Miriam, Susan y Sonsoles. Todas habían tirado bastante bien, quizá Miriam y Susan había tenido algunas flechas especialmente buenas que habían arrancado aplausos del público. Finalmente, Sonsoles quedó tercera (y muy contenta), Susan segunda y Miriam campeona de esta edición del torneo ¡enhorabuena a todas!

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Miriam, la merecida campeona este año

A continuación dio comienzo la final de caballeros, con ocho clasificados. Había muchos "repetidores" del año pasado y ya intuíamos que la final estaría muy disputada. Efectivamente, lo estuvo, de hecho, fue una gran final con agrupaciones magníficas en torno al amarillo (la recuerdo mejor ésta que la del año anterior).

Al ser ocho y haber un par de cuasiempates creo que se me hizo un poco larga pero todo se olvidó cuando llegaron Pablo, Alfonso y Álvaro a pelear por el podio. Pablo, con su longbow se llevó un merecidísimo tercer puesto y en la ronda final, con dos flechazas, por un centímetro se llevó el oro Alfonso frente a un Álvaro que tiró la última flecha del torneo muy sereno y concentrado. ¡Enhorabuena a los tres también!

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Alfonso con su característico lento abrir del arco

Una cosa que no me convenció y que es una tradición que yo consideraría eliminar es el hacer un cambio (a más difícil) en la final de caballeros frente a la de damas. Hay esta manía de que los niños y jóvenes en diana grande, eso bien, luego pasamos con Damas a diana pequeña, perfecto, luego en caballeros se mantiene la diana pequeña hasta que llegan las últimas flechas y entonces parece que hay que hacer un gesto de "mayor dificultad", en este caso, recortando los anillos del 3 hacia afuera ¿por qué esta progresión? Si la haces, hazla también con las Damas y si no, no la hagas, es hacerles un feo delante de un público que debería ver cero diferencias entre hombres y mujeres en el deporte, igual que disfrutan con las categorías infantiles y juveniles.

Esto no empaña la organización ejemplar y el buen ambiente de todo el torneo y las mejoras que yo mismo he podido constatar comparado con los ya excelentes IX y X torneos, pero son detalles para mí importantes y los comento por si le sirve de reflexión a alguien.

Creo que es el momento de poner el vídeo resumen de la jornada para que lo disfrutéis antes de terminar con las palabras de agradecimiento.

Una vez terminadas las finales, hubo entrega de los (muy bonitos) trofeos y obsequios para todos los finales, independientemente de si habían accedido a los tres primeros puestos. Nosotros decidimos ir al hotel a quitarnos algo de ropa, lo justo para poder conducir cómodamente hasta Madrid en una tarde soleada, con un campo toledano llano y muy bonito, con colores verdes y amarillos extendiéndose por todas partes.

Este XI torneo medieval de Torrijos nos lo pasamos genial, queremos agradecer a la organización, al ayuntamiento y al club Arqueros de Pedro I la oportunidad que nos ofrecen cada año por estas fechas de participar en un evento arquero muy familiar, con mucho gusto y aprovechando las fiestas medievales en donde es imposible "no hacer gasto", pues volvimos a casa con algunos kilos más de equipaje. Guardamos un recuerdo muy especial del torneo del año pasado por motivos evidentes pero esta edición creo que ha sido la mejor de las que hemos asistido a nivel de organización.

¡Volveremos el año que viene! ¡Gracias!