A veces es mejor recurrir a las expresiones coloquiales para valorar un fin de semana tan completo como el vivido en Arqueros de Madrid los días 6 y 7 de julio de 2019. Semanas atrás ya era el tema de conversación sobre todo entre la gente que se había quedado fuera al agotarse en tiempo récord las casi 290 plazas que "salieron a la venta" por unos no módicos 50€.

La expectación era máxima y, para los abonados al club organizador como el que escribe esta crónica, el capítulo final de una novela de misterio que habíamos visto desarrollarse los meses previos.

En efecto, la extensión del campo del club se había visto inundada de piquetas de los futuros recorridos a homologar, contenedores gigantes para almacenar infinidad de figuras 3D y un montón de pequeños arreglos desde señalización, vallado, punto de encuentro... La convivencia con todo esto y, sobre todo, con el incansable trabajo de un nutrido grupo de voluntarios del club, pedía a gritos que llegara por fin el campeonato y se resolviera todo de forma positiva.

Yo tuve suerte y visité la web de Arqueros de Madrid apenas un día después de la apertura de inscripciones y pude apuntarme en la división de Longbow, lo más parejo a lo que constituye desde hace casi dos años mi opción preferente, el arco histórico. Luiyo, alertado por mí, no se lo pensó dos veces y arañó una de las últimísimas plazas libres.

Ya os adelanto que la imposibilidad de llevar y usar el móvil por el reglamento y mis dudas sobre si una cámara de fotos podría levantar sospechas hará que la crónica del sábado sea menos visual y más de sensaciones. A cambio, tengo un material muy chulo del domingo, los cruces finales, semifinales y finales.

Luiyo posa para aljaba

De todas formas, creo que es importante destacar el aspecto no competitivo del campeonato para apreciarlo en su conjunto. No me refiero a que no hay tensión competitiva, la hay y en abundancia aunque siempre adornada de la suficiente cortesía como para que (casi) nadie tenga que torcer el gesto. Me refiero a lo que es el ambiente, la propia fiesta de la reunión de arqueros y arqueras de longbow, instintivo, desnudo y compuesto, representa. Y de eso hubo mucho durante el fin de semana.

Yo nunca había visto a tanta gente en Arqueros de Madrid. Al final se hizo un esfuerzo y se admitieron hasta 296 participantes para tres recorridos separados el sábado y si sumamos a acompañantes, jueces de la federación y equipo organizador, ahí nos juntamos perfectamente 360 personas.

A la derecha se adivinan parte de las carpas y al fondo el gentío

Ya a las 7.30h de la mañana del sábado, cuando llegué, se veía una marea de coches aparcados en la zona fuera del recinto que desbordaba el camino de tierra de acceso. Dentro, otros tantos coches se ajustaban al milímetro ante la atenta mirada de Alberto padre que me asignó una de las dos o tres últimas plazas disponibles.

Y el reflejo de toda esa cantidad de vehículos vino en forma de algarabía de equipaciones deportivas y arcos y flechas de todos los tipos en cuanto llegué a la caseta y la línea de calentamiento. Lo primero que me impactó fue el hormiguero que era eso, gente tirando, gente charlando, gente moviéndose entre las flechas y los arcos del resto como solo un arquero sabe hacerlo, todo el mundo de forma armoniosa en un espacio relativamente reducido, como si les hubieran dicho "de aquí no se puede salir" y ahí obedientes estuvieran todos buscando su hueco. Por el extremo del fondo los más avispados se habían buscado un extra de confort y andaban más "sueltos", curiosamente alejados de una de las grandes sorpresas del día, la instalación de unas carpas bien hermosas que horas más tarde servirían de bendito refugio para protegerse de la solanera.

Pero lo que me llamó verdaderamente la atención fue el ejército de personas voluntarias que había reclutado Arqueros de Madrid. Con sus camisetas verde claro y la palabra "Organización" en la espalda, se encontraban en su mayoría al servicio del desayuno, churros y porras, y los termos y máquinas de café. Muchos de los habituales del club habían sacrificado su participación en el campeonato y se habían puesto el mono de currante, intuyendo con acierto que solo el máximo de trabajo permitiría celebrar el campeonato que el club llevaba meses preparando.

Las dos flechas naranjas de madera son de Luiyo calentando, wow

Tuve ocasión de saludar a mucha gente, incluidos los alaneros de Bastión pero también a Noelia y a Luis, que hacía tiempo que no veía. También puede colarme en la línea de calentamiento para hacer unas primeras flechas auténticamente desastrosas que me hicieron volver a querer charlar más y tirar menos. El ambiente era total. Teníamos la ventaja de la luz y una temperatura muy agradables de las 8 de la mañana de un sábado de julio con toda la energía positiva de un campeonato por estrenar. En ese momento, cada cual con sus expectativas, ya fueran más o menos ambiciosas, todo parecía posible. Bueno, todo no, durante las semanas previas una sombra de duda acechaba a la organización ¿daría tiempo a resolver el sábado todas las eliminatorias que tenían pensadas?

La organización llama a filas

Creo que por eso Alberto fue lo primero que comentó tras dar la bienvenida y las gracias a los asistentes, que el horario del día estaba muy justo, demasiado justo, y que rogaba que la gente se diera brío para terminar a una hora decente. Esto lo escuchamos a las puntuales 8.30h, como marcaba el horario, y pronto todos nos fuimos con nuestras respectivas patrullas a por el primer recorrido.

Las dianas SRT estilo Avatar estaban muy chulas

Mi patrulla, la primera de Longbow, tenía a Fran Peña, José Luis Martínez Tovar y David González Polaina. Con Fran ya había tirado varias veces pero creo que era la primera vez con los otros dos y la verdad es que fue fantástico. En esta crónica no creo que sea tan importante la tirada en sí, aparte de que ya dije que no tengo fotos para hacerla más digerible, así que mejor hago un resumen de expectativas y cómo fue la cosa y así gano espacio para contar el domingo sin que me quede una reseña kilométrica.

Mi patrulla del primer recorrido. De izquierda a derecha, yo mismo, David, Fran y Pepe. Foto cortesía de Jota Merino

Llevando mucho tiempo sin dedicarme al longbow (moderno), había decidido coger mi Falco Saga y una remesa de flechas a estrenar y ver hasta dónde podía llegar "en frío". No es cierto que no hubiera practicado un poco, las últimas tres semanas había ido alguna vez entre semana para volver a "conectar" con un arco ciertamente diferente a un palo inglés o danés y había experimentado con algunos ajustes en mi estilo de tiro (no tanto en la técnica de base, que no cambia). Así las cosas, me había puesto un objetivo respetable, superar los 280 puntos en ambos recorridos. En un recorrido 3D de entrenamiento o de alguna liga, esto sería un objetivo muy asequible pero en un campeonato de españa hay que tener en cuenta el factor "tensión".

Este primer recorrido conseguí algo que empiezo a sospechar que es una muy buena noticia, la regularidad. Estoy particularmente contento con esto en los últimos meses, ya sea con el longbow histórico o el moderno. En general, mantengo un ritmo estable de diana en diana, sin baches o altibajos notables. Esto tiene una parte buena y es que son muy resistente mentalmente y no decaigo pero he experimentado también su reverso tenebroso, que me cuesta levantarme de un mal comienzo. Es decir, mi rendimiento es bastante plano durante las 24 dianas. Mi esperanza es que vaya mejorando mi "suelo" poco a poco, descubriendo fallitos y eliminándolos del gesto técnico, para aprovecharme cada vez más de esa regularidad.

El caso es que acabé con 288 puntos, muy satisfecho por haber mantenido el tipo todo el recorrido, muy concentrado en todo momento y olvidando la última diana para cuando me enfrentaba a la siguiente. El resto de la patrulla se movió en ese orden, Fran y David 285 y José Luis alcanzó los 300. Debo decir que la patrulla genial, muy profesionales todos pero muy relajados y seguramente ayudó el hecho de que nos movimos todos en el mismo rango todo el tiempo, algunos de más a menos y otros de menos a más. El recorrido no era muy complicado pero tenía dianas técnicas que te ponían a prueba. Estoy especialmente orgulloso de cómo resolví el lince en un tiro picadísimo enmarcado entre un arbusto y una encina, un tiro puro de bosque que me confirmó que estaba haciendo un buen recorrido para mi nivel.

Esta puntuación me dejó a las puertas del corte del clasificatorio así que todo podía pasar pero lo que yo en ese momento no sabía es que mi concentración iba a caer en picado y que el segundo recorrido sería una lucha por no caer a los infiernos.

El solazo pegando bien en el descanso

Pero antes de eso aproveché para descansar, conversar con la gente y visitar el puesto de Gabriel Montalbán sin intención de comprar nada, sólo de comentar antiguos y futuros encargos.

El segundo recorrido lo compartí con mi referente Pedro Antonio Martín Jorge, Fran Peña de nuevo y Dioni Martínez. En fin, no es por fardar pero menuda patrulla de nuevo. Sobre todo tuve la oportunidad de coincidir por primera vez con Dioni que compartió generoso su amplio conocimiento de la historia del 3D en España. Aquí, sin embargo, se me había agotado el "mojo". Aún no sé bien qué pasó. Quizá fuese el calor, que no llevo muy bien, la luz dura y sin sombra, el parón del descanso, el haberme zampado un bocadillo a destiempo o, simplemente, la inexperiencia de lidiar con dos recorridos 3D. Debo admitir que disfruté mucho el recorrido pero por todo menos por mi rendimiento en sí (que fue pobre casi exclusivamente por un problema de alturas). La zona, pegada al sembrado, es la que más me gusta, y la compañía resultó muy agradable y con sus dosis de socarronería. Sí que vivimos momentos un poco tensos cuando nos avisaron de la existencia de avisperos, algo que a Dioni le obligó a mantenerse especialmente vigilante debido a su alergia.

Cuando solo sumaba 113 puntos a la mitad del recorrido intuía que no ya los 300 sino directamente los 280 estaban prácticamente imposibles. Aún así quise seguir en el recorrido, sin "desconectar". A veces es difícil, estás frustrado, no sabes bien qué está fallando en un recorrido en apariencia más fácil, y puedes empezar a hacer tonterías. Yo ahí al menos supe mantenerme como una roca, con fallos estúpidos pero sin renunciar a la técnica de base. Firmé los 247 puntos y decidí quedarme con el primer recorrido y olvidarme del segundo, jajajaja.

Mis compañeros lo hicieron mejor. Fran con algo menos de 280 pero Pedro Antonio y Dioni bien arriba de los 320, algo que les iba a meter en el corte y disfrutar las eliminatorias de la tarde ¡bien por ellos!

Tocaba hacer la pausa para comer y devorar una paella que se había estado preparando toda la mañana. Luiyo no andaba muy contento, el segundo recorrido le había sobrado a partir de la mitad pero el propio campeonato tenía más que ofrecer que exclusivamente los resultados y a ello ayudaba una organización ejemplar que estaba siempre en contacto permanente con walkies y móviles y moviéndose constantemente por los recorridos y en las zonas comunes. Ahí se demostró la capacidad de movilización del club para tener controlados a 300 participantes en todo momento, pocos clubes se pueden permitir este despliegue y aunque Arqueros de Madrid lo demostró, estoy seguro de que habrá sido a un coste personal y económico muy considerable.

El formato de eliminatorias de la tarde no parecía favorable a los curiosos porque se iban a repetir recorridos así que Luiyo y yo decidimos despedirnos por el momento y en todo caso volver al día siguiente para presenciar el final del campeonato.

Domingo 7

El domingo quedaban las semifinales y finales de todas las divisiones pero antes era necesario quedarse con 4 participantes y había 6 del día anterior así que se produjeron una serie de cruces para determinar qué 2 de 4 se sumaban a las 2 clasificadas directas desde el sábado por ránking.

Yo llegué sobre las 8.30h para asegurarme de que tenía sitio privilegiado en la zona de público, algo que luego vi que no era nada complicado ya que habían balizado todo un recorrido de dianas para poder seguir "desde la barrera" y con comodidad al estilo que se suele ver en el golf, en donde el público se va desplazando a una distancia prudencial de los arqueros. Desayuné porras y café con leche, saludé de nuevo a algunas personas deseándoles lo mejor y me fui a grabar algunas secuencias de cada parte.

Línea de calentamiento, mucho más espacio que el sábado

El domingo el público era mucho menor. Casi con toda seguridad, yo era de las poquísimas personas, si no la única, que estaba en el campo sin pertenecer ni a arqueros en liza, ni parejas ni organización de ni federación, un radical libre absoluto. Cierto es que tenía ganas de ver hacer un buen papel a gente más cercana y en algunos casos eso fue exactamente lo que sucedió, pero no había motivo alguno para pasarme el domingo salvo el placer de disfrutar de las finales como público.

Momentos previos a cruces para semifinales en longbow masculino

Me centré más en longbow e instintivo, claro, y traté de grabar algunas tiradas sin que eso monopolizara todo, ya que también quería simplemente mirar. Se notaban los nervios y en el público, la mayoría parejas de participantes, se suspiraba y se comentaba con las entrañas desbocadas.

La segunda diana de los cruces para pasar a semifinales

La primera eliminatoria que seguí fue la de María Ruedas, longbow femenino, y habitual de Arqueros de Madrid junto con Avelino, que tuvo una actuación sobresaliente y se clasificó para las semifinales en cuarta posición. Esto la enfrentaba contra la todopoderosa Encarna Garrido, a la que mantuvo a raya hasta que Encarna metió un 11 espectacular en la tercera diana de su semifinal. Posteriormente cayó en la lucha por el bronce. Todo esto lo cuento como si fuera un plano secuencia pero lo cierto es que se iban alternando los enfrentamientos finales de todas las divisiones, luego se iban a semifinales y luego a finales, de forma que si uno corría mucho podía estar viendo las diferentes fases de todas las divisiones en procesión.

Una foto pura de bosque

Montse, de Arqueros de Madrid, se metió en la finalísima de instintivo y acabó con un subcampeonato impresionante. Nieves, en compuesto, siguió los mismos pasos y obtuvo una merecidísima plata. Noelia, también de instintivo, y clasificada directa para las semifinales, vio como se le atragantaba primero la semis y luego la pelea por el bronce, qué rabia.

Pedro Antonio vuelve derrotado pero satisfecho y sereno

Por su lado, Pedro Antonio, con el que había tirado el sábado en el segundo recorrido, había ido eliminando en cruces a todo el mundo hasta llegar a la mañana del domingo, en donde tiró muy bien con 50 puntos en 6 flechas y 6 dianas, pero su contrincante sacó 53 y aunque por puntos era segundo, lo que valía era su derrota en el cruce y quedó fuera de las semifinales.

Tanteando la última diana de los cruces para decidir quién iba a semifinales

Había ambiente y muchos nervios, como decía, y a medida que el público se agolpaba en las zonas habilitadas empezó a escucharse más ruido y comentarios en voz alta de gente armada con potentes prismáticos que cantaban "es un 5" "8 rayero" o "desde aquí no se ve bien" mientras los jueces iban confirmando el tanteo y se actualizaban los paneles informativos. Igualmente aquí, la organización resolvió todo fantásticamente.

Con Anna y Jordi, ella luciendo la pulsera hecha en el momento para Angela que le llevé de recuerdo
Arqueras de ARI pegadas al público, apenas se distingue la baliza
Begoña y Noelia frente a unos conejos fantasiosos. Quise comprar uno pero me dijeron que nanay
Foto de ARI femenino
El público en la zona de las dos dianas finales, muchos nervios
Foto final de ARI masculino. Marian porta encantada el cartel que muestra el bronce de su pareja ¡Hola, Marian!

Creo que lo mejor es irlo dejando, poneros un vídeo resumen del domingo y concluir ya está crónica del fin de semana no sin antes hacerme eco de los únicos dos comentarios negativos que escuché la mañana del domingo. El primero, que la tarde del día anterior el formato de clasificatorios y cruces había sido desastroso para algunas personas que habían tenido que esperar hasta 2 horas en sus piquetas asignadas en el caso de Arco Desnudo. No estaba claro el porqué pero alguna gente apuntaba a un fallo de organización de los jueces pero reconozco que no investigué más. Y el segundo comentario negativo que escuché fue la ausencia del Presidente de la Federación, Vicente Martínez Orga, el domingo. En su lugar estaba el Vicepresidente José María Rioja Puras. Es verdad que la temporada 3D tiene pocos momentos especialmente importantes desde el punto de vista competitivo y en el Campeonato de España 3D se le echó en falta en las finales. Cuando sí estuvo fue cerca de dos horas el sábado sobre todo por el circuito blanco, me "chivan" Benavente y Nieves.

Por lo demás, el veredicto fue unánime; por organización, por cuidado con los detalles, por calidad y número de dianas (estrenando hasta en semifinales), por recorridos bien preparados, por la logística, por ambiente, por todo, este Campeonato de España 3D organizado por Arqueros de Madrid fue un auténtico éxito, tanto a nivel competitivo con muchísimo nivel como por el disfrute de los presentes. ¡Enhorabuena a Arqueros de Madrid y gracias a todo el mundo que lo hizo posible!

Ahora sí, el vídeo.