Angela y yo participamos en la segunda tirada de este verano en el club Bastión de Alanos y lo disfrutamos muchísimo. No pudimos asistir a la tercera por estar en Inglaterra recogiendo nuestros nuevos arcos pero sabíamos que queríamos aparecer para la cuarta y última.

Las tiradas nocturnas en general son una fórmula que tiene un éxito relativo. Por un lado suponen una experiencia diferente del tiro con arco. Con la ayuda de linternas o frontales potentes uno vaga por el mismo campo 3D de tiro con una gran variedad de estímulos muy diferentes. El ambiente está mucho más cargado de sonidos de grillos, ranas o pájaros, el cielo nocturno estrellado, aun con contaminación lumínica de los pueblos de alrededor, está siempre ahí para cuando apartas la mirada del suelo o de la diana y la ausencia de información visual te obliga a recurrir a la parte más instintiva del tiro. Por otro lado, tirar de noche te aleja de todas las referencias de puntuaciones o rendimiento ya que es objetivamente más difícil. El pulmón o el corazón han de intuirse, las distancias presentan una dificultad muy superior y hasta visualizar la propia flecha de uno se hace muy complejo. Esto puede desanimar a mucha gente porque si en general a ninguno nos gusta fallar, menos aún fallar mucho y ¡ni siquiera es una tirada "oficial" o "formal"!

Los clubes que organizan este tipo de tiradas saben que se arriesgan a que la asistencia sea comparativamente menor o que los arqueros más competitivos se ausenten de ellas, considerándolas un juego de azar más que de técnica arquera. Sin embargo, otros muchos, entre los que nos encontramos Angela y yo, las vemos como auténticas joyas en un año lleno de tiradas y visitas al club en pleno día.

Cuando partes de una motivación así es imposible que no te lo pases bien y no fue ninguna sorpresa que Bastión de Alanos hiciera realidad los buenos presagios con los que íbamos de casa.

En esta ocasión Borja, Angela y yo contábamos con bastoncillos luminosos químicos que adheríamos a la parte inmediatamente anterior a las plumas con celo. La verdad es que no son pequeños (al menos éstos) pero sabíamos que no íban a afectar significativamente al vuelo de la flecha, nunca tanto como el error que produce tirar casi a oscuras, en cualquier caso.


Los preparativos en casa

Llegamos a Bastión de Alanos con margen para poder calentar un poco. Esto era especialmente valioso para Angela porque llevaba bastante tiempo tirando con su nuevo arco de estilo Mollegabet y tenía que recuperar rápidamente su técnica "estándar" y su programación instintiva.

Como es feliz costumbre, la familia de Bastión de Alanos nos dio la más calurosa bienvenida y tras charlar un rato nos dirigimos junto a otros a las dianas de calentamiento. Ahí nos entretuvimos una media hora larga jugando con distancias cada vez más lejanas, como si quisiéramos conjurarnos contra la dificultad que entrañaba la noche.


Borja y Angela disfrutando de la luz...

En ese rato disfrutábamos de luz más que suficiente pero se notaba el rápido declive del día y cuando estábamos considerando la última ronda de flechas, los bastoncillos químicos ya reclamaban su protagonismo eclipsando a las flechas que no contaba con ello.

A la vuelta hubo que esperar aún una media hora para que diera comienzo la espléndida cena que nos habían preparado los padres de Jacobo con las codiciadas recetas de la madre. Las mesas corridas estaban repletas de fuentes con ensalada de pasta, huevos rellenos, bocados de tomate con queso fresco o pisto. A escasos metros una inmensa paellera mostraba la fideguá de carne que habían preparado para la ocasión y que podría haber alimentado al doble de los allí presentes.

Ya a oscuras y con la luz de farolillos de batería y velas nos íbamos pasando los platos y vasos de plástico con la comida que se hallaba a más de un brazo extendido de distancia. El hecho de que me hubiera puesto como el quico en una comida con amigos horas antes no pudo impedir que cambiara de planes y picara un poco de todo hasta que mi estómago empezó a hacer saltar ya algunas alarmas y decidí parar. Durante la cena se conversó de todo y escuché historias muy divertidas con los ojos como platos pero nada de eso, me advirtieron, podría formar parte de esta crónica...


Durante la cena, yo muy cerca de la fuente de huevos rellenos :)

Nos dimos todo el tiempo que quisimos para cenar pero llegó un momento en el que los arqueros y aqueras allí presentes empezábamos a sentir el cosquilleo en las manos y fuimos a preparar el material. Nosotros íbamos en la patrulla 6 junto con Rafa y Fer, en total cuatro recurvos (BHR) y el longbow (LB) del que escribe.

Haritz fue el encargado de recordarnos las normas. 2 flechas por diana, piqueta negra sin luz o piqueta azul más lejana con apoyo de frontales. 14 dianas.

Al poco de estar ubicados en nuestra piqueta oímos con claridad un claxon de coche que daba la señal para comenzar. La primera propuesta consistía en dos liebres no idénticas, así que había que disparar una flecha a cada una y así lo hicimos, de uno en uno, ayudados por el resto iluminando con un par de linternas. Después nos fuimos a la zona de la charca, con dos ranas gigantes esperándonos abajo y obligando a un tiro ligeramente picado. Las sensaciones que teníamos de mayor dificultad comparada con la 2ª tirada se fueron confirmando en las siguientes dianas.

En la propuesta número 1 (que era nuestra tercera, empezando en la 13ª) nos vimos obligados a esperar unos minutos a que la anterior patrulla arrancara, lo suficiente para que llegara otra patrulla por detrás y se formara cierto tapón. Esta situación duró unas pocas dianas generando un sandwich muy particular. Delante de nosotros, una patrulla numerosa que iba más lenta y detrás de nosotros una patrulla rápida que nos azuzaba sin piedad, jajajajaja. Nos lo tomamos con bastante filosofía pero no con la suficiente como para no aprovechar una parada técnica de la patrulla que nos antecedía en la zona común y adelantarlos sin ningún miramiento:D

Estas paradas técnicas fueron relativamente frecuentes, según pudimos comprobar. La noche estrellada estaba espléndida y la temperatura era muy agradable (es la ventaja de una pequeña ola de calor). La zona común, con sus casetas de madera y bancos y mesas corridos tenía poco que envidiar a un buen chiringuito playero por la noche y no es de extrañar que más de uno decidiera alargar la parada técnica indefinidamente, al fin y al cabo, Bastión de Alanos estaba cumpliendo el objetivo a la perfección, todos nos lo estábamos pasando de fábula eligiendo nuestra proporción personal de flechas y "refrescos". Qué gusto no ser estudiante universitario y poder hacer por estas fechas lo que a uno le parezca mejor...


Plena felicidad

En fin, volviendo a la tirada, yo no me encontré especialmente fino. La verdad es que tenía un empacho bastante importante entre la comida a base de encurtidos y embutido y la cena con pisto, huevos rellenos y fideguá y yo siempre digo que los dolores de estómago y de pies te dejan KO. Nada grave pero lo suficiente para perder ese punto de concentración que una tirada nocturna te exige. Un día antes había logrado mi récord personal en el recorrido fijo en Arqueros de Madrid con 327 puntos (jugando con distancias diferentes) y creo que me encuentro en un buen momento de forma así que me anoté los errores más graves y me relajé todo lo que pude.


Un buitre que desde lejos creíamos que era un oso pequeño. Se puede observar la diferencia entre los lumenocks y los bastoncillos químicos...

Angela, en su vuelta repentina al Slick Stick tiró muy bien. Sus sueltas eran ejemplares y sus flechas (las de "descarte") volaban muy bien. Sus errores se limitaban a fallos de altura, lógicos en la oscuridad, pero no de lateralidad. La verdad es que aunque yo sujetaba el frontal para iluminar su diana, la mayor parte de las veces me dedicaba a observar su técnica y no a mirar al animal.

Borja, que lleva 3 tiradas nocturnas seguidas pero que no ha hecho más tiradas desde que se inició en el tiro con arco a finales de mayo, se defendió bastante bien a pesar de ser un recorrido bastante complicado. De hecho, por comparación, hizo mejor papel que la otra vez aun con algo menos de puntuación. De todas formas, para tener una referencia de avanca en la técnica estas tiradas nocturnas no son muy útiles, es mejor una tirada estándar de 24 ó 28 dianas, de día, etc. No tendrá que esperar mucho, septiembre está lleno de oportunidades.

Fer y Rafa tuvieron un papel muy bueno, muy cerca uno del otro y ejecutando muy buenos tiros. Sus lumenocks nos servían a menudo para visualizar mejor la diana. Tuvieron una puntuación fabulosa, 155 y 156 respectivamente, si no recuerdo mal. Yo creo que hicimos una buena patrulla, con ganas de charla pero centrados en cada tiro, estuvo muy bien y hacía mucho tiempo que no tiraba con Rafa (González Ripoll).

Cuando terminamos el recorrido y volvimos a la zona común, la fiesta llevaba un rato en marcha. Como decía antes, nada que envidiar a un chiringuito, incluso había música ambiente (un poco demasiado discotequera para mi gusto, me va más el heavy metal :D). Aquí ya las flechas pasaron a un segundo plano pero las conversaciones seguían girando alrededor del tiro con arco de una u otra forma. Incluso se escucharon conversaciones sobre la Tierra Media de Tolkien y los Montaraces del Norte...

En cuanto a los resultados (de recurvo y longbow, que es lo que más me atrae), en recurvo masculino Rafa García Bózquez siguió con su particular "rodillo" mientras que Angela, con un mejor resultado que la otra vez, volvió a quedar primera en recurvo femenino. En longbow femenino Mioara Pacila se llevó el gato al agua y en longbow masculino Javier Gamboa repitió como primer clasificado. ¡Enhorabuena a todos!

Eran casi las tres de la mañana cuando empezamos a pensar en irnos, sobre todo porque Borja primero tenía que acompañarnos a casa y luego coger su coche. Cuando nos lanzamos a la cama a las cuatro de la mañana estábamos cansados pero felices y con planes para organizar alguna tirada nocturna más aunque fuera de carácter estrictamente privado, son demasiado buenas para tener sólo dos al año.

Os dejo con un breve vídeo que incluye algunas secuencias de tiro en la noche en donde "algo" se puede llegar a intuir. Gracias a Bastión de Alanos una vez más y espero con mucha ilusión cualquier nuevo proyecto que vaya a surgir de esa familia arquera en los próximos meses.