¡Qué bien se me ha dado la última tirada! No he perdido ni una flecha, es más, no he roto ninguna flecha o culatín y para más auto-orgullo, ni un solo cero. Me voy contento, feliz, relajado, como siempre después de una tirada…
Pero empecemos desde el principio.
Hace un poco más de un año, he empezado a pensar sobre el tiro con arco, he empezado como muchos arqueros, buscando en la red a ver de qué va todo esto y aquí encontré el primer problema, no hay mucha información sobre cómo empezar esta nueva aventura, por suerte encontré una página que me ha ayudado bastante "Tiro con arco, la guía práctica para saber por dónde empezar" y pude entender las bases, ahora necesitaba hacer el siguiente paso; el curso. Seguí investigando y decidí hacer el curso en Arqueros de Madrid. Como soy un liante, animé a mi chica y a un gran amigo a hacerlo conmigo. La experiencia fue impresionante; el campo, las figuras 3D, el ambiente, ¡todo! Estaba seguro que me había enganchado a algo nuevo, así que fui a por mi primer arco. En el curso probamos tanto los recurvos como los poleas y aquí decidí pasarme al “lado oscuro”, el poleas. Sé que para algunos he hecho (por lo menos) una herejía, pero me encantó la sensación y no me pude resistir.
La compra no fue fácil, hay muchos modelos, muchos accesorios y aquí empezó la toma de decisiones, comprar algo básico o algo mejor. Empecé con un arco de poleas “de iniciación” (para lo que puede ser un poleas) y me decidí por accesorios sencillos. Cuando en un arco recurvo no necesitamos muchas cosas para tirar, con un poleas las cosas cambian, y mucho. Necesitamos un visor, un reposa flechas, un disparador, un peep, etc. La cantidad de cosas impresiona, los modelos, las marcas, las características de cada uno de los accesorios. Para alguien que se está iniciando en el tiro con arco y en el mundo de los poleas, puede parecer infinita. Aquí mi primera recomendación, antes de comprar cualquier cosa, es que consultemos con otros que ya tiran un tiempo, y si han probado muchas cosas, mejor.
Los primeros días fueron una locura, que si hay que ajustar las distancias en el arco y después, cuando se tira, calcularlas con mucha precisión. Aunque parezca mentira, “los poleas” no tiran solos, entre las distancias y la técnica casi me vuelvo loco. Pierdo una flecha, rompo otra, pero no importa, me lo estoy pasando fenomenal. Poco a poco empecé a mejorar, es decir, perdía menos flechas, a veces le daba “al bicho” y de vez en cuando ¡¡hasta acertaba al 11!! (aunque muy pocas veces).
Con cada entrenamiento y competición me enganchaba más (aunque seguía fallando la mayoría de los tiros). Muchas de las personas que conocí me animaron a conocer otros lugares, así que decidí salir de mi club para conocer nuevos sitios y hacer el ridículo en otros campos también. ¡Qué agradable sorpresa! en cada competición y en cada patrulla conoces a gente nueva, gente estupenda que te anima y con la que pasas un momento inolvidable. Las competiciones para mí son excusas para encontrarme con mis amigos. Hay tiradas de todo tipo, nacionales, nocturnas, temáticas… todas me encantan, cada una es una experiencia única. Una de las tiradas que he hecho, fue la tirada de Halloween el año pasado en Bastión de Alanos. Al principio era raro tirar disfrazado de vampiro, pero después de un par de flechas, empecé a acostumbrarme.
Este tipo de tiradas son espectaculares, los organizadores, en vez de poner las típicas figuras 3d de animales, nos han puesto figuras de zombies y otros bichos traídos directamente de una película de terror. La puntuación también era distinta, cuando normalmente la zona que más puntúa está en el pecho, aquí estaba en la cabeza, aunque ahora que lo pienso tenía su lógica, pero era difícil acostumbrarse. Es imposible olvidarse de la gran patrulla que tuve, cada uno con su disfraz, su arco y su estilo, en una patrulla tiramos vampiros, diablos y hadas. Al finalizar la tirada, como no podía ser de otra manera, ¡una riquísima paella!
Hace unas semanas, he decidido hacer una locura en mi vida como arquero, comprar un arco mejor, seguiré “cosechando” ceros, pero ahora no podré decir que la culpa es del arco… ¿o si? jajaja
Sé que muchos os preguntáis si merece la pena empezar, solo os puedo decir que sí, la gente, la experiencia, el desconectar completamente del día a día, merece la pena. Hace más de un año empecé con esto y solo lamento una cosa, no haber empezado antes…
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