Desde julio llevo tirando prácticamente en exclusiva con arcos históricos, ya sea el arco vikingo o el longbow inglés. Lo hice para asegurarme de que acumulaba suficientes "horas de vuelo (de flecha)" para poder tirar con soltura con ese tipo de arcos. Tanto el agarre como cierta parte de la técnica eran diferentes y requería continuidad para "programar" mi cerebro.
Esto me vino bien y mal desde el punto de vista puramente competitivo. En la liga de Arqueros de Madrid, donde competía en categoría longbow, evidentemente fue un handicap, pero en el Open IFAA de la Comunidad de Madrid en donde pude participar en la categoría de Arco histórico, me supuso el primer puesto.
El caso es que pensé en retomar el longbow moderno (mi Falco Force) para la tirada de Navidad de Arqueros de Madrid. Ya antes me había pasado que me encontraba raro cogiendo un arco con ventana de nuevo pero en un solo día de flechas recuperé las sensaciones. Una semana antes de la tirada de Navidad, me fui al campo (creo que fue el 7 de diciembre) y decidí anotar los puntos (mentalmente). Me encontré muy cómodo en todos los aspectos. Anclaba bien, soltaba bien y las flechas volaban bien. Para mi sorpresa, terminé el recorrido fijo con 341 puntos.
341 puntos son para mí muchos puntos. Muy rara vez supero los 300 y mi mejor marca personal estaba en los 320 o así de hace un año. De pronto, tras casi seis meses tirando con el histórico, destrocé mi mejor puntuación personal al segundo día. No solo no se me había olvidado tirar con longbow moderno, sino que había mejorado claramente mi técnica y mis resultados.
En la tirada de Navidad no me fue nada mal pero algunas flechas se me fueron por encima, desaprovechando puntos fáciles, pero lo achaqué a que aún no había recuperado la visualización de los tiros hacia arriba. Tirar, tiré bien.
Así he empezado el recorrido. Un corazón y un pulmón.
Hoy sábado 23 me he venido sobre las 10 al campo. Me he traído de nuevo el Falco, he calentado con unas 15 flechas y me he metido en el recorrido. Esta vez he llevado la cuenta de la puntuación en una app con la esperanza de que fuera un buen día y pudiera analizar más tarde los resultados. Me planteé superar los 300 puntos, imaginando que los 341 puntos eran fruto de un día excepcional.
En este lince corregí una de las únicas 3 flechas que tiré fuera con un once precioso.
A mitad de recorrido llevaba ya más de 180 puntos, a ritmo de 360. ¿Cómo era esto posible? Desde luego no me "sé" este recorrido, no lo he tirado tantas veces, pero aunque me lo supiera, no tengo esta capacidad de agrupación. No soy mal arquero, pero mi objetivo es llegar a ese "nivel 13" (pulmón + cuerpo) de forma habitual (~310 puntos), no pensar en puntuaciones más allá de 320.
Uuuuy, esa segunda flecha con los nervios de un once en la primera...
Y, sin embargo, estaba enchufando dieces y onces con mucha facilidad, por no decir pulmones en general. Me dio un poco de vértigo, lo reconozco. Cada vez que me presentaba ante una diana me decía a mí mismo "tranquilo, tú sigue como si nada, ejecuta la técnica sin agobios". Y bueno, seguía sumando una media de más de ese nivel 13 por animal. El problema es que a medida que seguía sumando, más cerca veía la posibilidad de superar mi reciente mejor marca personal. Lo que había visto como algo extraordinario de pronto podía perder esa misma condición. No me hacía falta competir contra nadie, competía contra mí mismo y el miedo a pegar un bajón y sentir la frustración.
Una magnífica agrupación
Enfilé las últimas cuatro dianas con 300 puntos exactos. Los 341 puntos estaban a tiro.
La diana 21 es un cérvido tumbado. La primera flecha se me fue a la izquierda del pulmón y la segunda, tras una suelta de risa, se clavó en la tierra a la derecha de la cabeza. 5 y 0. Empezábamos fatal.
La diana 22 era otro cérvido tumbado pero en cuesta. La primera flecha se clavó en la panza abajo. Aquí me dije, "mira, no la fastidies así ahora, céntrate que puedes tener un buen final". La segunda flecha fue un 11.
Aquí me recuperé mentalmente
La diana 23 era un oso complicado. Es el oso que está apoyado en un árbol (aunque no había árbol en este caso). Es una diana traicionera porque es muy fácil que la flecha pase por debajo o por arriba de la zona del cuerpo donde está el corazón. La primera flecha fue un corazón precioso que me arrancó una exclamación de alegría. La segunda se me fue arriba a la izquierda, a la cabeza. Buf..., qué suerte.
En la diana 24 tenía 336 puntos. A 5 de mi mejor marca y con un leopardo con un pulmón y un corazón "cambiados" tras una operación de reciclaje que los dejó muy bajos y peligrosamente cerca de la panza por abajo. Reconozco que estaba nervioso pero al mismo tiempo decidido a arrancar al menos 10 puntos. Metí dos pulmones, uno a cada lado y casi me pongo a bailar de camino a recoger las flechas. Con esto, obtuve 352 puntos, mi nueva mejor marca personal.
Dos pulmones casi al límite para acabar. Me supieron a gloria.
¿Cómo es esto posible? Comentándolo con Antonio Cámara después, creemos que la alta exigencia de los arcos históricos ha conseguido un efecto colateral muy bienvenido, una mayor concentración en todos los aspectos de la técnica. A día de hoy es la única explicación que se me ocurre. Que el enorme handicap que acepté voluntariamente durante meses me haya sido devuelto en forma de mayor calidad arquera cuando dispongo de un arco menos crítico.
¿Era este recorrido especialmente fácil? No parece que lo sea si preguntas a la gente. Tampoco creo que sea particularmente complicado, un término medio. ¿Cuánto durará esta marca? ¿se convertirá en inalcanzable en un par de semanas? ¿Estoy con el síndrome de arco nuevo? No tengo ni idea pero lo que quiero es volver de nuevo a tirar cuanto antes para seguir analizando lo que pasa. Aunque los puntos no definen a un arquero, lo que sí he visto es que esos 341 o 352 puntos han representado fácilmente muy buenas flechas.
Para un longbow, 352 puntos son muchísimos puntos. Ya lo son para recurvo, no lo van a ser para longbow... Cierto es que una cosa es lo que una persona puede hacer en solitario, sin presión de grupo, ni competición mediante, y otra muy distinta es estar en una patrulla jugándote algo. Pero si mi referencia se consolida en, digamos, 340 puntos en solitario y en competición bajo hasta los 300, me parece un excelente trato en mi trayectoria como arquero ahora mismo.
¡Tengo mucha curiosidad por lo que sucederá en las próximas semanas!
Actualización 4/1/2018: He vuelto a ir dos días más al campo desde que escribí este artículo y obtuve 298 y 312 puntos. 312 puntos es exactamente un "nivel 13" así que la cosa pinta muy bien. En el caso de los 312 la cosa ha sido muy regular pero en la vez de los 298 puntos tuve 175 puntos en la segunda mitad cuando me di cuenta de que estaba abriendo la boca todo el rato y fue un final con un fantástico sabor de boca porque fue todo ir recuperando terreno.
Aquí en plena remontada final en el día de los 298 puntos
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