Parte del grupo de amistades arqueras que formamos el Club Ithilien de tiro con arco (oficial pero no adscrito a ninguna federación o asociación deportiva) queríamos recuperar en 2022 el proyecto de escapada arquera de 2019 que ya relaté en este blog.
Mereth (plural merith) proviene del Sindarin, una de las lenguas éflicas inventadas por JRR Tolkien y significa "Fiesta". Así que es nuestra fiesta como club. Esta fiesta consiste en elegir un fin de semana de mayo propicio para los residentes en Madrid (por un tema de festivos locales) y hacernos muchos kilómetros para 3-4 días de atracón de tiro con arco.
En esta segunda mereth quisimos repetir base de operaciones en la casa rural Mas Postius en Muntanyola, Barcelona, y movernos desde allí a Terra d'Arquers en Vall-llobera y a Rupit para disfrutar de sendas propuestas arqueras de primer nivel como en breve comprobaréis.
Los tres coches con las nueve personas salimos relativamente temprano el viernes desde Madrid para llegar a la casa rural una o dos horas antes de la cena. A diferencia de hace 3 años, esta vez llegamos con suficiente luz como para disfrutar de los alrededores de la masía y relajarnos un poco paseando por el recinto hasta que se hizo la hora de cenar.
Sábado, apostamos todo a Vall-llobera
El sábado teníamos ya un plan acordado con el espacio de tiro con arco Terra d'Arquers en Vall-llobera, a menos de media hora de la masía.
Conocimos a los dos Rodrigos, padre e hijo, hace 3 años en nuestra primera visita y ambos se acordaban de algunos de nosotros. Ya se sabe que estos dos años de pandemia han hecho que la percepción del paso del tiempo sea extraña y creo que a todos nos dio la sensación de no haber transcurrido tanto desde entonces.
Calentamos brevemente antes de pasar al estupendo recorrido 3D. Para entonces yo me había enterado de que Xavi, de Archer Targets, iba a pasarse por Terra d'Arquers para entregar unas nuevas dianas en las que había estado trabajando. Conseguimos coincidir 5 minutos y fue un placer volver a verlo, tan atareado como siempre y deseando poder dedicar aún más tiempo a su gran pasión por dianas diferentes. No olvidéis pasaros por su web si tenéis curiosidad. Angela y yo tenemos dos dianas hechas por él y son fantásticas.
Siendo nueve decidimos organizarnos en dos patrullas, una de 5 y otra de 4. Angela y yo estuvimos con Tere y Juanjo, que suelen tirar en el campo 3D de Arqueros de Alto Tajo, en Trillo. Muy pronto pusimos distancia sobre la segunda patrulla y nos adentramos en un campo que lo tiene todo. Tiros largos, picados, contrapicados, limpios, entre la maleza, fauna de todo tipo. La verdad es que el valle acoge ese recorido 3D perfectamente y hace que unas pocas hectáreas cundan muchísimo. Esto en parte se debe a que el terreno es en muchos momentos arduo de patear y acabas haciendo "piernas".
Aunque pensábamos hacernos las 24 dianas en 2 horas, íbamos muy de relax y nos alargamos media hora más. Tuvimos flechas buenísimas y todo a favor para olvidarnos del mundo ahí fuera y solamente fijarnos en el vuelo de nuestras flechas.
El campo 3D de Terra d'Arquers supone un reto importante por la disposición de todas las propuestas de tiro. Además, se afronta desde distancias IFAA aunque en nuestro caso optamos por tirar desde la piqueta azul ¿la antigua de Young Adult? que hace que el hándicap se reduzca un poco aunque las distancias siguen siendo "curiosas".
Tere iba con su arco nómada con agarre mediterráneo, el mismo que emplea a caballo, y Juanjo iba con su recurvo monoblock que adquirió no hace mucho y con el que el se le ve cómodo.
Aunque íbamos cuatro o cinco propuestas por delante de nuestros amigos, intuíamos que estarían disfrutando mucho y aportando buenas dosis de guasa y buen rollo arquero.
Cuando terminamos, lo primero que se nos vino a la cabeza fue tomar algo fresquito en la taberna del lugar y sentarnos a esperar a la llegada del resto. Volvimos a estar todos juntos media hora después, a tiempo para sentarnos a la mesa a degustar un menú ya conocido por los que repetíamos experiencia pero no por ello menos bienvenido. Alubias, pollo, butifarras varias, ensaladas...
La verdad es que la comida y estar sentados un buen rato nos vino bien porque por la tarde teníamos una cierta "paliza" de subidas y bajadas por el recorrido fantástico, algo que hace a este lugar muy especial.
Así pues, cuando todavía no eran ni las tres y media de la tarde, pero con la protección de las copas de los árboles para evitar achicharrarnos, nos introdujimos en el circuito fantástico con nuestras tarjetas de puntuación "con 100 puntos de salud" y el objetivo de salir vivos. Aquí los aciertos evitaban tener que acudir a la odiosa resta vital de cada cual y los fallos (todo lo que no eran darle en el corazón pero especialmente lastimosos si la flecha erraba por completo) anunciaban 8, 10 o hasta 20 puntos de vida menos dependiendo de la ferocidad de la diana.
Este recorrido de dianas fantásticas de Xavi, de Archery Targets, muestra a las claras cuánto de estética tiene el tiro con arco. A la pose en tensión dinámica tan adictiva podías sumar una diana a lo lejos de un dragón o un trol... Solo algunas fotos consiguen hacer algo de justicia al ambiente arquero de tirar flechas a criaturas fantásticas. No es que me aburra tirar flechas a leones, osos o jabalíes, pero estas dianas tienen un poco de evocación que me gusta aún más.
Ha pasado suficientemente tiempo y no recuerdo exactamente si todo el mundo consiguió salir con vida del bosque fantástico pero sí recuerdo que nos lo pasamos muy bien y sufrimos bastante. Puede parecer una tontería pero este esquema de puntuación te hace estar mucho más metido en que cada propuesta. Sabes que cada flecha importa, no tanto para sumar sino para no perder y si ves tu barra de 100 puntos acercarse peligrosamente al 0 en las últimas dianas a tu tensión se suma la del grupo que te acompaña y el tiro con arco se vuelve mucho más tribal si cabe.
Tras un descanso volvimos a adentrarnos para una segunda visita al bosque, esta vez todos juntos y con un sistema de ayudas mutuas, una especie de regla inventada para simular que a la gente que se le daba especialmente bien una criatura fantástica podía cancelar alguna herida brutal causada por haber fallado (siempre que la persona que fallara fuera otra). De esta manera, se generaba una especie de solidaridad por cada diana (no se podían acumular entre dianas). Es otra forma de disfrutar del mismo recorrido y los resultados son muy diferentes pero igualmente muy divertido.
Con esto dimos por terminada la jornada en Terra d'Arquers aunque, antes de irnos, tuvimos una cordial charla con Rodrigo padre que nos puso al día del proyecto, los retos durante la pandemia y su resiliencia frente a rumores infundados sobre su inminente jubilación. No quiso dar nombres pero se le notaba afectado por tener que dedicar energías a desmentir estas habladurías.
Ya de vuelta en la masía, cenamos fabulosamente y nos pusimos la película La Gran Muralla, con Matt Damon, Jing Tiang, Wiliam Dafore y Pedro Pascal. La excusa era una "peli con flechas" y en ésta la verdad es que salen unas cuantas. La recomendamos para una tarde noche palomitera.
Domingo, la sorpresa de Rupit y una aventura nocturna
Así como el sábado sabíamos que íbamos a disfrutar muchísimo y el plan no nos defraudó en absoluto, el domingo no teníamos muy claro exactamente qué iba a ser de nosotros cuando llegáramos al campo de tiro con arco de Rupit, regentado por Sebastián (Sebas) Juanola Codina, pluricampeón de tiro con arco especialmente en arco desnudo. Xavi me había insistido tanto que volví a contactar con Sebas tras el frustrado intento por lluvia torencial de hacía unos años. Efectivamente, todo fueron facilidades y me dio una ubicación por GPS y las instrucciones de dejar el dinero en una cajita cerca de la primera diana.
Bueno, qué decir... Las coordenadas GPS estaban en un punto aleatorio de una carretera que salía del pueblo de Rupit y sin esa pista era imposible saber que allí había un recorrido 3D como el que tuvimos ocasión de disfrutar (muchísimo). Tanto era así que nuestro coche se lo pasó y tuvimos que esperar para poder dar media vuelta.
A Angela y a mí nos recordó un poco al esquema de muchos campos 3D en la Selva Negra de Alemania, que no tienen infraestructura de bienvenida, apenas un cartel, un sistema para pagar y poco más.
En este caso, lo que descubrimos fue un campo de bosque como pocos. Lo tenía todo. Un hayedo altísimo que creaba una especie de catedral gótica de árboles manteniéndonos en una agradable sobra. Unas propuestas muy variadas, la mayoría con más de un animal o diana y formando una especie de escena. Tiros de todo tipo, picados, rectos, entre los árboles, cortos, muy lejanos... Y en general un recorrido para pasearlo muy a gusto, con las distancias entre propuestas perfectas para dejar atrás una y descubrir la siguiente en el momento oportuno.
La única pega que se le puede poner es que está lejos de Madrid, la verdad. Es un recorrido 100% bosque que crea afición. Además, se notaba el ingenio y cariño en el diseño de muchas de las propuestas. No solo jugando con la pareja depredador-presa sino escenas muy divertidas reutilizando materiales y dianas antiguas con un uso muy inteligente (y técnico) del entorno.
Creo que aquí conseguimos algunas de las mejores fotos arqueras de los últimos años... Y también algunas de las mejores flechas, en parte porque los retos eran tan memorables que si una flecha iba al lugar adecuado, la alegría se multiplicaba. Recuerdo especialmente tres flechas. Una en un jabalí al comienzo, otra con un alce lejísimos y otra con un corzo o similar encima de una roca que amenazaba "rompeflechas".
Las dos patrullas terminamos justo a tiempo para no llegar demasiado tarde al restaurante donde teníamos una reserva para comer (nos los había sugerido también Sebas). La verdad es que comimos bastante bien a pesar de que durante un buen rato se fue la luz en el recinto. Tras un recorrido así era imposible que nos sentara mal ninguna comida.
Antes de volver a la masía, hicimos caso al consejo de Xavi y pasamos por el propio pueblo de Rupit, que no conocíamos, todo un acierto, tanto su puente colgante como el pueblo en sí, coqueto-medieval, nos dejaron alucinados. Una impresión visual perfecta previa al plan de la tarde noche, que era nada menos que una partida de juego de rol en donde interpretábamos en su mayoría personajes arqueros.
En un juego de rol de mesa hay una persona que dirige y "arbitra" la sesión y entre 2 y 6 jugadores que se meten en la piel de sus personajes e interpretan esta imaginación colectiva improvisada. En nuestro caso, éramos nueve personas lo que hubiera provocado 1 persona para dirigir a nada menos que a ocho personas; demasiado. Así que Angela y yo preparamos una doble partida en salas separadas. Ella y yo dirigíamos a nuestros grupos de 3 y 4 personas, que al final confluyeron en una épica batalla contra un dragón.
Es muy divertido haber podido tirar con arco de verdad un fin de semana y luego poder jugar a imaginar, con el resto de personas, una historia de ficción en donde puedes seguir tirando flechas y disfrutando de aventuras de película. Bueno, y que estás entre amigos, tomando unas copas, en un entorno muy acogedor y sin presión por tener que madrugar al día siguiente.
Todo tiene que concluir al final...
El lunes, festivo en Madrid, lo empleamos para volver en los diferentes coches. Juanjo y Tere seguían con sus vacaciones así que se marcharon casi en sentido contrario. Paula, Álex, Yamila, Luiyo, Juan y Angela enfilaron Madrid y yo me bajé a la altura de Manresa para ir a Barcelona y estar un par de días de trabajo allí.
Esta II Mereth de Ithilien fue fantástica. Nos hizo un tiempo impresionante, volvimos a ver a gente (la masía, Vall-Llobera, Xavi) pre-pandemia, tiramos nos hartamos de tirar flechas en dos entornos muy diferentes. Comimos genial, vimos una peli arquera, tuvimos partida de rol y descubrimos el curiosísimo campo de Rupit.
La pregunta que nos hacemos es ¿cómo superar esto para la III Mereth de Ithilien el año que viene? Creo que la respuesta es que no es necesario superarlo, basta con repetirlo. Eso sí, aprovecharemos para conocer algún otro campo, creo que eso sería muy interesante mantenerlo como tradición.
Espero que os gustara este relato y os animo mucho a planear con amistades escapadas de fin de semana largos con temática arquera sin que tenga que haber ninguna competición como excusa.
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