En mis viajes a Londres por trabajo en este último año me he asombrado a mí mismo acertando en el corazón a dianas que estaban entre 40 y 60 metros. Cierto que eran dianas grandes, de tamaño humano, pero para las que un cálculo previo me daba siempre una probabilidad de acierto ridícula. ¿Por qué entonces era capaz de acercarme tanto o dar en el corazón (o pulmón)?
Creo que la clave está en cómo se presentan estas dianas. No son dianas 3D típicas sino dianas 2D (normalmente de animales) enmarcadas en un parapeto bastante generoso.
Efectivamente, en Reino Unido es mucho más habitual encontrar recorridos y clubes 2D que 3D. A ellos les encanta el 3D pero lo consideran particularmente caro y con alta probabilidad de que les roben las dianas así que suelen sacar las dianas 3D sólo en las tiradas sociales que organizan (normalmente 3-4 año los clubes más activos).
Un ejemplo típico de diana 2D con pintura sobre tela "hessian targets"
Al principio pensé que era como bajar de categoría, vale que no era como la modalidad campo que me aburrió soberanamente, pero luego le fui cogiendo el gusto. Seguramente ayudaba el hecho de que el entorno natural es magnífico pero también que las fotos o ilustraciones buscaban cierto realismo y usaban el terreno como obstáculo claro para un tiro limpio, es decir, que era un reto interesante.
En Reino Unido, salvo que esté todo embarrado, los campos son muy evocadores
Con carácter informal iba llevando mi puntuación sin tampoco darle mucha importancia. Al fin y al cabo en Londres tengo mi material de segunda. El arco de iniciación, un guante sin apenas velcro y medio rajado, etc. Pero empecé a cotejarla con las puntuaciones de las tiradas sociales y sistemáticamente veía que mis puntuaciones se situaban siempre a la cabeza (y estamos hablando de una modalidad, el flatbow, mucho más popular en Reino Unido que en España).
Una bonita diana con el mismo formato pero esta vez de papel tratado
Creo haber dado con la explicación de cómo es posible que dianas de media mucho más lejanas (30 metros, 40 metros, 50 metros) sean tan aparentemente agradecidas. Al menos en mí, el hecho de tener el animal enmarcado en una tela o papel tratado más grande y a su vez pegado a un parapeto más grande aún, genera una cierta sensación de seguridad de que la flecha no se va a perder. Ese "reborde" actúa como un red de seguridad y propicia que me anime a tiro más parabólicos, que es lo que normalmente resolvía el tiro (lo habitual es que las flechas se quedaran cortas en estas situaciones).
Un ejemplo de una diana que en su variante 3D sería muy tramposa y en su variante 2D elimina mucha presión psicológica
Naturalmente, las dianas tan lejanas no se resuelven simplemente con tiros más parabólicos, cualquier error de lateralidad da al traste todo el trabajo porque el error en el origen se acrecenta mucho más hacia el final. Sin embargo, me encuentro más relajado y concentrado en evitar la lateralidad porque no me preocupa tanto perder la flecha, sé que lo más probable es que si fallo por exceso se clave en la parte superior del parapeto.
Un ejemplo de diana a 50 metros, un inmenso gorila
Mi flecha prácticamente rozando el corazón, se aprecian las plumas blancas y el límite del zoom de mi cámara de fotos...
Tengo la sensación, si no la certeza, de que si esas mismas dianas fueran sólo la figura en su modo 3D, mi tasa de fallos sería bastante mayor. No puedo asegurarlo pero creo que funcionaría igual que cuando caminamos por un camino muy estrecho (de 20cm de ancho) en línea recta. Si ese camino está rodeado de terreno, caminamos con total seguridad, sin embargo, si ese mismo camino tiene uno o los dos bordes con algo de caída, nos volvemos enormemente torpes manteniendo el equilibrio. Algo así creo que puede estar sucediendo en mi cerebro y quería compartirlo en este blog.
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