A veces parece como si Angela y yo estuviéramos de tour por Europa tirando flechas y pasándonoslo genial y empiezo a pensar que eso es exactamente lo que ha estado sucediendo los últimos meses.

En esta ocasión, yo tenía un compromiso de trabajo en Londres (algo habitual por otro lado) la semana del 3 de octubre y como se trataba de un evento importante, Angela decidió coger un vuelo y asistir también. Justo ese mismo fin de semana, el domingo 9 de octubre, la SPTA (Sociedad para la promoción de la arquería tradicional) organizaba una tirada benéfica en Shackleford, Surrey, Inglaterra a beneficio del municipio de Beni en Nepal. No era la primera vez que tras el terrible terremoto que asoló Nepal en 2015 la SPTA organizaba un evento parecido y el objetivo era continuar aportando dinero para la construcción de un colegio en la zona.

Puedo afirmar con seguridad que en estos tres años, ni Angela ni yo habíamos tirado tantas flechas en retos tan diferentes como el pasado domingo. Confío en poder hacer un resumen que no se extienda mucho pero quedaos con la idea de que fue un día inolvidable tanto por el tiro con arco como por la compañía y el objetivo que nos unió a todos.

Alquilamos un coche en el aeropuerto de Gatwick por ser un punto de salida cómodo y llegamos a las 10 al campo del club Longbow Heritage de la NFAS, justo a tiempo para inscribirnos, saludar a Hilary y a otra gente que conocimos en el Cream Tea Shoot de agosto y recibir las instrucciones.

El plan del día era como sigue. Primero recibiríamos una charla sobre tiro con arco nepalí (fundamentalmente, cómo son sus dianas, cómo tiran, etc) y tiraríamos unas pocas flechas. Luego iríamos al recorrido 2D de 14 dianas en una zona boscosa en ese valle. Tras esto, tendríamos a nuestra disposición tiros en vertical a un patito de goma a unos 25 metros de altura, tiros tipo clout (objetivos a 130-165 metros), retos de velocidad de disparo en 1 minuto, tiros a franjas verticales, tiros a cubiletes mongoles a unos 90 metros, tiros a la diana nepalí y tiros para "encestar" flechas en un enorme cubo a pocos metros de distancia.

Todos teníamos nuestra hoja de puntuaciones, llena de secciones y casillas para anotar números o palitos, pero ya se nos dijo algo que prácticamente todos conocíamos, que no habría premios ni ranking hoy, simplemente diversión.


Foto durante la charla que explicaba el torneo típico nepalí, se ve la diana al fondo llena de flechas

La charla sobre tiro con arco nepalí fue muy sencilla y breve. Nos mostraron la diana típica que usan (a una distancia de unos 30 metros) y cómo sólo puntúa la flecha que impacta en un pequeño círculo de apenas 7cm de diámetro protegido por un anillo de metal para evitar dudas. Comentaron que quien impacta ha de beber alcohol mientras todos lo celebran cantando pero esa mañana dijeron que se ahorrarían el alcohol para desilusión de muchos de los alli presentes.

Vimos a Angharad y a su padre, Jonathan, y pensamos en tirar juntos el recorrido de 14 dianas pero al final vimos que estábamos en un grupo con Paul, inglés y profesor de TaijiQuan, y Bel, militar nepalí retirado y ahora afincado en Londres trabajando como chófer. Rápidamente empezamos a hacer bromas y a pasárnoslo genial.


Bel, Angela y Paul

Yo, Angela y Paul

El recorrido en sí estaba bastante bien. Nos recordaba bastante al de la otra vez, con tiros no necesariamente muy largos pero sí a animales 2D relativamente pequeños. Varios tiros nos obligaban a esquivar algunas ramas pero no estaba pensando para suponer un gran reto, algo que no impidió la ocasional búsqueda de flechas enterradas en la maleza. Angela iba con su arco Slick Stick que había llegado indemne desde Madrid y tiraba con las flechas de madera que usa excepcionalmente (en tiradas medievales básicamente). Ejecutó la técnica perfectamente, como es ya habitual en ella, pero el vuelo de las flechas de madera tardó en calar en su cerebro programado para intuir el de las de carbono de alto rendimiento que suele usar. Se ve claramente en su tablilla de puntuación cómo empieza regular (las flechas se le iban altas en general) y en la segunda mitad empieza a mojarnos la oreja a todos. Como solo eran 14 dianas, no pudo aprovechar su espectacular remontada. Ni Angela ni yo nos hubiéramos atrevido nunca a volar de nuevo con su Mollegabet y mi longbow desmontable, una pena ya que salió de las manos de Hilary.


Foto cortesía de SPTA, estábamos en las primeras dianas


Foto cortesía de SPTA. Bonito bosque.

Por mi parte, no me llevé mi Falco por miedo y por no complicar más la logística así que tiré con un arco de iniciación que tengo en Londres, el Buck Trail junto con algunas flechas de madera que uso con mi Falco. Me pasó algo parecido a Angela. Cuando empezaba a hacerme con la empuñadura y el vuelo de las flechas (es un arco menos rápido que el Falco a mismas libras) y a meter todas las primeras flechas en el muerto o casi, el recorrido había terminado.


Foto cortesía de SPTA. Se pueden ver dos patrullas.


Foto cortesía de SPTA. Aquí nos juntamos dos o tres patrullas antes de volver a separarnos. Se pueden ver arcos húngaros y nepalíes

Bel y Paul eran unos compañeros fantásticos. Los cuatro nos animábamos constantemente e íbamos contando chistes. Como nos íbamos cruzando con otros nepalíes que estaban tirando, podíamos ver lo vacilones que eran entre sí y no parábamos de reirnos.


Angela en algún momento del día

Hicimos una pausa para comer algo preparado por dos mujeres con mucha mañana con una plancha de gas y nos fuimos a probar los otros juegos. Empezamos con el tiro al patito de goma. Una auténtica pasada. Sólo podías tirar con flechas flu-flu y con punta roma así que si no tenías podías usar de un cubo. Tenías seis intentos, creo, para lograr impactar (y hacer caer) en el patito de goma colocado en una pértiga altísima. Para ello, estabas obligado a tirar prácticamente vertical, algo que nunca habíamos hecho (entre otras cosas, por seguridad). Al principio te sentías raro pero a la tercera flecha estabas en tu salsa. Este juego me encantó pero era prácticamente imposible. Creo que una de mis flechas pasó a 20 ó 30 cm del patito y Angela consiguió que al menos tres flechas casi lo rozaran. Creo que de todo el mundo solo una chica llegó a rozarlo de verdad pero no logró tirarlo.


La pértiga y el patito con alguien tirando. Se ve la flecha volando al objetivo

Bel intentándolo con todas sus fuerzas

Angela, tratando de colocarse prácticamente en vertical

Aquí yo con mi primer intento, se puede ver la punta roma de la flecha claramente

Angela justo soltando una flecha

Después de esto nos fuimos al tiro de distancia o clout. Funciona de forma muy sencillo. Ponen una diana prácticamente boca arriba y colocan unas banderas a dos distancias, algo como 120m y 150m o así. Se supone que la distancia corta es para las damas y la larga para los caballeros por el tema de las potencias de los arcos pero salvo que tuvieras un arco de 40 libras daba igual que tiraras de la distancia "corta" porque te quedabas corto. Aun así fue muy divertido. Te tenías que colocar tirando a 45 grados para maximizar la distancia. El viento hacía de las suyas, claro, así que tenías que contar con él para tirar un poco escorado. Era precioso ver el vuelo de la flecha durar varios segundos hasta caer al prado de nuevo. Ninguno conseguimos impactar, en nuestro caso es que ni siquiera pudimos llegar a la distancia aunque las flechas quedaban muy bien agrupadas en la línea correcta.


Paul en primer plano, el resto eran nepalíes que venían detrás de nosotros para el tiro tipo Clout

A continuación fuimos a tirar a los cubiletes mongoles. A unos 60 metros tirabas flechas flu-flu romas provistas por la organización con la intención de derribar la pequeña muralla de cubiletes. Es una modalidad clásica mongol muy divertida pero al mismo tiempo muy complicada. De nuevo, las 25 libras de Angela (con flu-flu ligeras) y mis 35 libras (con flu-flu normales) hicieron casi imposible llegar a la línea de la muralla pero podíamos comprobar cómo estábamos siempre muy bien agrupado en torno a la zona central de la muralla.


Ángulo de 45 grados y al fondo se aprecia la muralla de cubiletes mongoles, rojos y negros


Impresionante técnica. Una imagen vale más que mil palabras. Foto cortesía de SPTA

Lo siguiente fue el test de velocidad de disparo. A una diana a una distancia de unos 15 metros había que disparar todas las flechas que pudieras en 1 minuto. Tenías tres rondas y te quedabas con el mejor resultados (tantas flechas dentro de la diana, tantos puntos). Nosotros teníamos solo 6 flechas así que nos ofrecieron hacerlo en 30 segundos y multiplicar el número por dos. Yo conseguí una puntuación de 8 y Angela 10 (metió las cinco flechas en 30 segundos, una cada seis segundos de media). Estábamos muy orgullosos de nuestras puntuaciones hasta que vimos a Jonathan con su arco húngaro poner la diana como un alfiletero, simplemente alucinante lo rápido que tiraba ese hombre.


Panorámica de una de las zonas de dianas (mongoles, tiro rápido, franjas y nepalí)

Fantástico ambiente y un tiempo genial

Luego nos esperaba la diana de las franjas verticales. A una distancia de 20 metros había una diana cuadrada con finas líneas de colores. La central era dorada, a izquierda y derecha había sendas franjas azules, luego dos rojas y finalmente dos blancas. La puntuación decrecía desde 7 hasta 1 dependiendo de la franja. Fue un cambio interesante pero tampoco me volvió loco.

Después estaba la diana nepalí, a unos 30 metros se elevaba como una lápida alargada con el anillo metálico protegiendo la única zona de puntuación. Se notaba ya el cansancio después de tirar muchas flechas así que no hicimos un gran papel aparte de colocar una o dos flechas relativamente cerca (5-10 cm) del "bullseye".


¡Curioso ver el anillo metálico extraído por una flecha!

Para terminar sólo nos quedaba encestar unas flechas flu-flu en una enorme cubeta de plástico. Era un juego de maña realmente. La cubeta estaba a apenas 10 metros y Paul, Bel, Angela y yo probamos los dos "modos" que se nos ocurrieron. Un modo era tirar relativamente paralelo al suelo abriendo el arco muy poco. El otro modo era tirar muy hacia arriba confiando en que la flecha, al caer cual paracaídas, se metería en la cubeta. Nos estábamos todavía partiendo de risa de lo ridículo de nuestros intentos cuando se nos acabaron los intentos disponibles en la prueba (9 flechas). Creo que a Angela fue la prueba que más le gustó de todas, realmente te sentías ridículo pero en un buen sentido.


¡Parecía que sí! Pero no, jajajaja


Bel probaba todo tipo de fórmulas

Paul decidió cambiar hacia un tiro más vertical y casi lo consigue

Antes de volver al punto de encuentro para comenzar las subastas benéficas y las rifas quise volver a la zona de clout y probar desde la bandera de las "damas". Tiré tres flechas fantásticas, muy bien centradas jugando con un viento suave de izquierda a derecha (así que tiré mínimamente hacia la izquierda), y se quedaron a escasos 5 metros de la diana de 1 metro de diámetro que estaba intacta a excepción de dos agujeros (y éramos 70 arqueros).


Vista desde la primera línea de banderas en el tiro clout. Al fondo se ven dos figuras humanas pequeñas y un punto blanco, ésa es la diana

Aquí Angela y Paul vuelven de recoger dos o tres flechas de Paul que se habían pasado de largo

Cuando eran la tres y algo ya había comenzado la subasta. Consistía en pujar por objetos traídos por los asistentes y donar ese dinero para la causa benéfica. Yo me encapriché con una aljaba de cintura y pujé hasta un punto en el que ya no podía seguir. Se lo llevó un nepalí por 58 libras, creo. Luego subastaron unas bonitas acuarelas de un artista nepalí y creo que poco después empezó la rifa. Cada uno teníamos números comprados previamente y una mano inocente sacaba un número cada vez. El afortunado llegaba a la mesa con lo que quedaba del botín de objetos y elegía uno y se volvía a su sitio.


Esperando a que empiece la rifa

Tanto la organización, a cargo de Hilary y Carol, como Resham, del club nepalí, dijeron unas palabras de agradecimiento y todos aplaudimos entusiasmados. Al parecer habíamos conseguido sumar una cantidad considerable así que el día resultó ser todo un éxito en todos los sentidos. Nosotros nos despedimos rápidamente porque Angela tenía que coger un vuelo en pocas horas y no queríamos arriesgarnos a que llegara tarde, cosa que no sucedió.


El club de tiro con arco nepalí agradece a Hilary y a Carol su trabajo y dedicación

Fue un día muy intenso, no hubo apenas un momento de descanso. Estábamos todo el rato o tirando flechas o esperando para poder tirar flechas. Nos dimos unos buenos paseos y el sol brillaba en todo lo alto. Nos habíamos despertado a las 7 de la mañana para llegar a tiempo y esa noche, Angela en Madrid y yo en Londres, nos encontramos agotados pero muy contentos. Nos sentimos unos privilegiados pudiendo asistir a estos eventos y participar de la afición de tiro con arco con gente con motivaciones tan solidarias y ganas de pasarlo bien antes que cualquier cosa.


Una foto de grupo que hicimos durante la mañana. No estamos todos pero quedaba bien terminar con ella. Foto cortesía de SPTA.