Precisamente porque el ritmo de práctica de tiro con arco sigue bajo por la situación anómala que permanece por la COVID-19, merece la pena sacar el máximo partido de cada visita a los campos de tiro.
Por una molestia clásica de personas que usan mucho el ordenador, Angela notó que le molestaba en los dedos anular y meñique de la mano derecha (la que usa el ratón) cuando tiraba de la cuerda de alguno de sus arcos. Independientemente de que buscará una solución médica (con su cambio postural necesario) para que esto no vaya a más, se preguntó si no sería apropiado tirar con agarre de pulgar, ya que al simular hacerlo no notaba ninguna molestia, al contrario que con el agarre mediterráneo.
Esto es fácil decirlo pero, tras casi dos años desde el curso de iniciación al tiro asiático impartido por Fer Baelo, la pregunta era ¿podría resolver mínimamente la técnica?
Como todo suele salir mejor un sábado por la tarde, ése fue el tiempo que reservamos para ir al campo de Arqueros de Madrid, sin necesidad de apurar teniendo una estupenda quiché de puerros lista para la cena a la vuelta. Mi única intervención aquí se limitó a aflojar los culatines de unas flechas de carbono que uso a veces con mi Falco Saga para que no fuera problema luchar contra el estupendo y grueso forro de la cuerda de su arco coreano. Ah, y mostrarle un vídeo que grabé del curso aquél.
Tras confirmar en los parapetos de calentamiento (a poquísima distancia) que no había molestia y que al menos la flecha salía hacia delante (la lateralidad no se juzgaba), estuvimos de acuerdo en adentrarnos en el recorrido de 24 dianas. Yo tiraría desde la piqueta azul con mi Saga y Angela se adelantaría un trecho para aumentar las posibilidades de no tener que andar buscando flechas perdidas.
Lo que Angela experimentó fue algo muy interesante. En primer lugar, tardó poco en tener la flecha controlada y pegada al cuerpo del arco (recordemos que la flecha en tiro con pulgar se suele colocar a la derecha de la empuñadura, no cruzada a la izquierda como en agarre mediterráneo o de tres dedos). En segundo lugar, experimentó un poco con diferentes referencias de anclaje (más trasero que el habitual de la comisura del labio) hasta que encontró uno que le permitía abrir muy bien de espalda y no rozarse con la cuerda en la mejilla tras la suelta.
A partir de entonces el reto se centró en evitar que la flecha se fuera muy a la derecha de la diana. Reprogramar el cerebro para que la orientación del brazo de arco y el arco mismo se mantengan correctamente a la izquierda del punto objetivo no es fácil pero a base de repeticiones al cerebro no le queda otra que incorporar la nueva información y "recalibrarse".
Hacia el último tercio del recorrido Angela ya estaba tirando desde la piqueta azul e impactando de lleno en el corazón de las dianas con algunos tiros realmente épicos. El siguiente vídeo en cámara superlenta es solo un ejemplo (se recomienda ver en monitor a pantalla completa).
Una nota importante sobre las flechas. Ambos tiramos con las mismas flechas, unas Nijora Bark de carbono de 800 de spine, 100gn entre punta e inserto y 29" de longitud del vástago. Vuelan casi perfectas con mi Saga réflex-déflex de 35" y mis 27 3/4" de apertura pero ¿y para su arco coreano de 35# a 31" de apertura y sus ~27" de apertura con pulgar? Sería muy lógico pensar que sus libras efectivas estarían en torno a ~28# y esas flechas con spine de 800 serían duras y pesadas. Mirad este vídeo con la última flecha del día.
¿Cómo es posible que la flecha vaya tan bien? Bueno, recordemos que el spine en tiro con arco asiático es menos relevante porque la paradoja del arquero se da menos, así que una flecha rígida en agarre mediterráneo no lo es tanto en agarre de pulgar. Y en cuanto a la velocidad con una flecha "pesada", la respuesta la tiene el propio arco coreano, uno de los más eficientes de la historia del tiro con arco. No obstante, si nos fijamos en este vídeo a cámara hiperlenta...
Vemos que a distancias cortas, la recuperación de la flecha sí podría ocasionar problemas de lateralidad así que el próximo pedido de flechas de carbono para ese arco (ya vendrán las de bambú) será de spine 900 pero el resto no pensamos tocarlo.
Termino con esta foto en donde se pueden apreciar tres elementos. Uno, el agarre usando el anillo coreano tipo "macho" (véase el artículo sobre enuestro viaje a Corea del Sur) que permite posar los dedos índice y corazón encima del anillo y no del pulgar. Dos, cómo de pegadas están las plumas a su cara hasta el punto de aplastarlas un poquito. Tres, dónde coloca el anclaje, en la base posterior de la mandíbula, escapando de la mejilla.
Las sensaciones no pudieron ser mejores. En solo hora y media regresó la confianza y la técnica con un arco y un estilo de tiro aparcados durante 20 meses. Sin duda, ¡el curso de Fer Baelo sentó las bases de forma excepcional! Y aunque la idea es resolver sus molestias con el nervio cubital, es reconfortante saber que hay una alternativa plenamente funcional para seguir disfrutando del tiro con arco.
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